Al menos 50 personas se ahogaron: embarcación procedente de Senegal naufraga frente a costas canarias
Nueve personas rescatadas de una embarcación que navegaba por la peligrosa ruta atlántica y que, al parecer, partió de Senegal con 60 personas a bordo hace nueve días.
Nueve personas rescatadas de una embarcación que navegaba por la peligrosa ruta atlántica y que, al parecer, partió de Senegal con 60 personas a bordo hace nueve días.
Se teme que al menos 50 personas se hayan ahogado después de que una embarcación, procedente de Senegal, que navegaba por la peligrosa ruta atlántica desde África occidental a Europa comenzara a hundirse a 60 millas al sur de la isla canaria de El Hierro.
Nueve personas fueron rescatadas de la embarcación a primera hora del lunes después de que un buque granelero alertara al servicio de salvamento marítimo español, que envió una lancha rápida y un helicóptero desde su base en Tenerife hacia la embarcación de Senegal.
Un portavoz de Salvamento Marítimo declaró: “El helicóptero llegó, rescató a nueve personas de la embarcación semisumergida y las trasladó al aeropuerto de El Hierro, donde fueron atendidas por personal médico”.
“El barco de rescate confirmó que no había nadie más en la embarcación y regresó a la base”.
El portavoz dijo que las nueve personas rescatadas procedían del África subsahariana, y añadió que la Guardia Civil española había informado a Salvamento Marítimo de que, al parecer, había 60 personas en la embarcación cuando zarpó de la ciudad senegalesa de Mbour nueve días antes.
En octubre de 2020, 140 personas que habían zarpado del mismo puerto murieron tras naufragar frente a la costa senegalesa. A las pocas horas de viaje, la embarcación se incendió y volcó cerca de Saint-Louis, en la costa noroeste de Senegal. Cincuenta y nueve personas fueron rescatadas por pesqueros cercanos y barcos de las marinas senegalesa y española, y se recuperaron los cadáveres de otras 20.
El desastre llevó a la Organización Internacional para las Migraciones a pedir a los gobiernos que colaboren “para desmantelar las redes de trata y tráfico que se aprovechan de los jóvenes desesperados”, y a instar a la creación de “canales legales mejorados para debilitar el modelo de negocio de los traficantes y evitar la pérdida de vidas”.
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Decenas de miles de personas que huyen de la guerra, la pobreza y la inestabilidad en el África subsahariana intentan llegar a España por la ruta atlántica cada año, y muchas mueren en el intento.
Un informe reciente de la ONG de migración Caminando Fronteras estimaba que 6 mil 618 personas, entre ellas 384 niños, murieron intentando alcanzar las costas españolas en 2023, un promedio de 18 muertes al día.
Según el Ministerio del Interior español, entre el 1 de enero y el 15 de abril de este año llegaron a España 16 mil 621 inmigrantes en barco, lo que supone un aumento de 11 mil 681 respecto al mismo periodo del año anterior. La mayoría de los que han llegado a España por mar este año, 14 mil 030, desembarcaron en las islas Canarias.
La peligrosidad de la ruta quedó aún más patente hace quince días, cuando se encontraron nueve cadáveres en estado de descomposición en una embarcación que flotaba frente a las costas de Brasil. La policía federal declaró que los fallecidos procedían de Mauritania y Mali, y las autoridades brasileñas creen que la embarcación llegó a sus aguas tras cruzar el Atlántico a la deriva. En los últimos años se han producido descubrimientos similares frente a las costas de Tobago y las Islas Turcas y Caicos.
La última tragedia se produce mientras los ministros de Interior de la Unión Europea se reúnen en Gante en una conferencia de dos días para debatir la aplicación del largamente esperado pacto europeo sobre migración y asilo, ideado en respuesta a la crisis migratoria europea de 2015, cuando 1.3 millones de personas, en su mayoría refugiados sirios, cruzaron a la Unión Europea.
El pacto ha sido denunciado por más de 160 organizaciones de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional, Human Rights Watch y el Comité Internacional de Rescate, que sostienen que el acuerdo provocará más sufrimiento, menos protección y más violaciones de derechos.
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