Los llamados al alto al fuego y a la desinversión se han extendido más allá de los campus estadounidenses, y se esperan más protestas estudiantiles con el comienzo de la ofensiva de Rafah.
La mayor protesta en Europa continental tuvo lugar en la Universidad de Ámsterdam, donde la policía antidisturbios tuvo que desalojar un campamento de tiendas de campaña. Foto: Piroschka Van De Wouw/Reuters
Los campus universitarios de todo el mundo han sido escenario de un creciente número de protestas estudiantiles que exigen a las instituciones académicas que desinviertan de las empresas que suministran armas a Israel.
Las protestas estudiantiles, que primero se extendieron por los campus universitarios de Estados Unidos, han llegado a universidades de Reino Unido, el resto de Europa, así como Líbano e India.
Los estudiantes afirman que se oponen a lo que describen como “complicidad” de sus universidades en el ataque israelí contra Gaza, que ha causado más de 34 mil 700 muertos. Israel declaró que su ofensiva militar era una respuesta al ataque de militantes de Hamás del 7 de octubre, en el que murieron unas mil 200 personas y 250 fueron tomadas como rehenes.
Hasta la fecha se ha detenido a más de 2 mil 500 manifestantes en Estados Unidos, y las protestas estudiantiles en los campus universitarios han atraído la atención de los medios de comunicación de todo el mundo y la reacción de los palestinos atrapados en la asediada Gaza.
Se esperan más protestas estudiantiles, ya que el asalto israelí a Rafah ha suscitado la condena internacional. Algunos estudiantes han iniciado huelgas de hambre en protesta por el “silencio y la inacción” de sus universidades.
Desde que comenzaron las protestas en la Universidad de Columbia, en Nueva York, se han celebrado manifestaciones en casi 140 campus universitarios de Estados Unidos, repartidos por 45 estados y Washington DC.
Hace una semana se produjeron escenas dramáticas en Columbia, cuando más de 100 estudiantes fueron detenidos tras la entrada de agentes de policía en el campus.
La universidad recurrió a la policía para hacer frente a los manifestantes que habían ocupado Hamilton Hall, rebautizándolo como Hind’s Hall, en honor a una niña palestina de seis años asesinada en Gaza.
Posteriormente, Joe Biden, rechazó las afirmaciones de que las protestas estudiantiles no eran violentas. “Destruir propiedades no es una protesta pacífica; va contra la ley”, declaró el presidente estadounidense.
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Biden añadió: “No hay lugar para la incitación al odio ni para la violencia de ningún tipo, ya sea antisemitismo, islamofobia o discriminación contra los estadounidenses de origen árabe o palestino”.
Desde entonces, estudiantes de unas 14 universidades británicas también han levantado campamentos.
Hala Hanina, estudiante palestina que ha participado en las protestas de la Universidad de Newcastle, declaró: “Es muy importante para la comunidad estudiantil y británica que se luche por la justicia”.
Más de una docena de estudiantes de Princeton y 10 de Edimburgo han declarado que iniciarán una huelga de hambre en protesta por las políticas de sus universidades.
El catedrático Peter Mathieson, rector y vicerrector de Edimburgo, declaró: “Recientemente se nos ha notificado la intención de un número indeterminado de estudiantes de iniciar una huelga de hambre como muestra de su firmeza y determinación en torno a las cuestiones relacionadas con Palestina e Israel”.
“Aunque reconocemos su autonomía corporal, hacemos un llamado a ellos y a otras personas para que no corran riesgos con su propia salud, seguridad y bienestar. Estamos en contacto diario con los manifestantes para asegurarnos de que son conscientes del apoyo a su salud y bienestar que tienen a su disposición”.
Se han producido pequeñas protestas estudiantiles en universidades de Francia, Países Bajos, Alemania y España, aunque la mayoría fueron rápidamente dispersadas por la policía.
La mayor fue la de la Universidad de Ámsterdam, donde la policía antidisturbios, a petición de las autoridades universitarias, el ayuntamiento y la fiscalía, intervino a primera hora de la mañana del martes para disolver un campamento que había aparecido el lunes.
La policía utilizó una excavadora mecánica para derribar las barricadas de palés y bicicletas levantadas por los manifestantes y utilizó porras para dispersar a la multitud, 125 de los cuales se negaron a marcharse y fueron detenidos. La mayoría fueron liberados al cabo de unas horas.
La universidad declaró: “Compartimos la rabia y el desconcierto por la guerra, y entendemos que haya protestas estudiantiles por ello. Insistimos en que, dentro de la universidad, el diálogo al respecto es la única respuesta”.
Muchos quieren que las universidades vendan acciones, activos u otras inversiones en empresas vinculadas a Israel y su guerra en Gaza, una medida conocida como desinversión.
Los activistas afirman que las universidades que invierten en empresas israelíes o en organizaciones que hacen negocios en Israel son “cómplices” de la guerra de Gaza.
Los manifestantes también piden un alto al fuego, que las universidades reconozcan que el conflicto en el asediado territorio palestino es un “genocidio” y que “condenen la destrucción de todas las universidades de Gaza”.
Algunos estudiantes también han fusionado sus demandas sobre Gaza con sus llamados para que las universidades ayuden a hacer frente a la crisis climática.
Más de 100 estudiantes ocuparon la Universidad de Gante, en Bélgica, exigiendo medidas concretas para cumplir los planes climáticos de la institución para 2030, así como que se corten los lazos con empresas relacionadas con el ejército israelí.
La universidad no respondió a la petición de comentarios, pero su director, Rick Van de Walle, publicó un comunicado en el que afirmaba que sus políticas éticas no cambiarían, y añadía: “No se utilizará ninguna desviación de la actual política de derechos humanos con respecto a un país concreto, en este caso Israel”.
La respuesta de las instituciones académicas a las protestas estudiantiles ha sido variada, desde medidas drásticas hasta negociaciones.
La Universidad Brown de Rhode Island llegó a un acuerdo con los estudiantes la semana pasada para que el máximo órgano de gobierno de la institución, The Corporation (la Corporación), votara sobre la desinversión en empresas afiliadas a Israel durante una reunión en octubre. A cambio, los estudiantes desalojaron los campamentos.
La Universidad Northwestern de Illinois y el Evergreen State College de Olympia (Washington) también han llegado a acuerdos con los estudiantes, mientras que Columbia ha suspendido su principal ceremonia de graduación.
La concentración de estudiantes en Goldsmiths, en Londres, también llegó a su fin después de que la universidad accediera a las demandas de los estudiantes, entre ellas cambiar el nombre de una sala de conferencias por el de la periodista de Al-Jazeera, Shireen Abu Akleh, conceder becas humanitarias a estudiantes palestinos y revisar la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto.
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