China inicia simulacros de ‘castigo’ en torno a Taiwán tras la investidura del nuevo presidente
China inicia simulacros en torno a Taiwán tras la investidura de su nuevo presidente. Still de The Guardian

Decenas de aviones de combate de China, con misiles reales, han llevado a cabo ataques simulados contra objetivos taiwaneses, según el ejército chino, en el primer día de los simulacros de ejercicios militares sorpresa anunciados como “castigo” tras la investidura del nuevo presidente de Taiwán.

El jueves por la mañana, el Ejército Popular de Liberación (EPL) anunció el inicio inmediato de dos días de simulacros, cuyo nombre en clave es Espada Conjunta-2024A, en torno a Taiwán y sus islas cercanas a la frontera china.

China inicia simulacros en torno a Taiwán tras la investidura de su nuevo presidente.

Afirmó que los simulacros eran una respuesta directa a lo que denominó “actos separatistas” del gobierno de Taiwán. El lunes, Lai Ching-te fue investido nuevo presidente de Taiwán, tras ganar las elecciones democráticas celebradas en enero.

Los medios de comunicación estatales chinos afirmaron que aviones cargados con misiles practicaron con éxito ataques contra “objetivos militares de alto valor” durante los simulacros, en los que participaron unidades del ejército, armada, fuerza aérea y fuerza de cohetes, así como los guardacostas chinos. En las imágenes propagandísticas difundidas por Internet y republicadas por medios de comunicación estatales también se mencionaban los misiles balísticos Dongfeng con base en territorio chino, pero no se decía si se iban a utilizar.

El Ministerio de Defensa de Taiwán informó de que había detectado 15 buques de guerra del Ejército Popular de Liberación alrededor del perímetro del territorio, 16 embarcaciones de la policía marítima y 49 aviones de guerra, de los cuales 35 cruzaron la línea media, la frontera de facto entre China y Taiwán. No hubo simulacros con fuego real en el mar y las autoridades chinas no declararon ninguna zona de exclusión aérea. Los buques de la armada del Ejército Popular de Liberación se acercaron a menos de 24 millas náuticas de la isla principal de Taiwán y permanecieron allí el jueves por la noche.

“Tengo confianza en el ejército”, dijo Lai el jueves en una base militar. “También pido a todos mis compatriotas que estén tranquilos”.

La oficina presidencial de Taiwán declaró que las maniobras amenazaban la libertad y democracia de Taiwán, y su ministerio de Defensa acusó a China de “provocación irracional y perturbación de la paz y estabilidad regionales”.

El Ministerio de Defensa declaró que sus fuerzas habían sido puestas en alerta, que se había reforzado la seguridad de las bases y que se había ordenado a las fuerzas de defensa aérea y de misiles que vigilaran posibles objetivos. También se está preparando para operaciones de guerra cognitiva.

“No buscamos conflictos, pero no vamos a rehuirlos. Tenemos la confianza necesaria para salvaguardar nuestra seguridad nacional”, declaró.

Los simulacros son la primera respuesta contundente de China a la toma de posesión de Lai, que aprovechó su discurso para afirmar la soberanía de Taiwán, prometer defenderla e instar a China a cesar las hostilidades. Lai y su predecesora, Tsai Ing-wen, pertenecen al Partido Democrático Progresista (PDP), favorable a la soberanía, que Pekín considera separatista.

Un portavoz del EPL, Li Xi, dijo que los simulacros “servirían como un fuerte castigo a los actos separatistas de las fuerzas independentistas de Taiwán y una severa advertencia contra la interferencia y provocación de fuerzas externas”, informó la agencia de medios estatal Xinhua.

La emisora estatal dijo que el discurso de Lai era “extremadamente dañino” y que los simulacros, que denominó “contramedidas”, eran “legítimos, legales y necesarios”.

Los analistas dijeron que el nombre del ejercicio, con el sufijo “2024A”, sugería que este año podrían esperarse más simulacros dirigidos contra Taiwán.

“Se trata de una señal para dar forma a las narrativas internacionales”, afirmó Wen-ti Sung, analista político y experto en China de la Universidad Nacional de Australia, en X. “El verdadero ‘castigo’ contra Taiwán puede estar aún por llegar, pues lleva su tiempo”.

Pekín afirma que Taiwán es una provincia de China y ha prometido anexionarla, por la fuerza si es necesario. El gobierno y el pueblo de Taiwán rechazan mayoritariamente la perspectiva de un gobierno del PCCh, y los líderes taiwaneses han prometido aumentar las medidas de prevención y reforzar las defensas, al tiempo que instan a China a cesar sus amenazas y volver al diálogo.

En los últimos años, China ha intensificado su presión sobre Taiwán, con un aumento en las incursiones de su fuerza aérea en su zona de identificación de defensa aérea, la coerción económica y la guerra cognitiva, diseñadas para convencer a Taiwán de que acepte una toma de poder china sin guerra.

Los mapas de las zonas de simulacros publicados el jueves por la mañana mostraban que operaban en áreas similares a las de 2022, cuando China cercó Taiwán con simulacros con fuego real en respuesta a una visita a Taipéi de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi. Sin embargo, los analistas señalaron la inclusión de las islas de Taiwán en alta mar, lo que sugiere que el EPL estaba practicando nuevas estrategias.

En 2023, China volvió a realizar simulacros a gran escala en respuesta a una reunión en Estados Unidos entre Tsai y el entonces presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. Esos simulacros intensificaron las tácticas mostradas en 2022, simulando un bloqueo a Taiwán y ataques previos a una invasión.

El martes, la oficina china de asuntos de Taiwán advirtió de “contramedidas” indefinidas al discurso de investidura de Lai. Cualquier discurso de un presidente perteneciente al Partido Democrático de Taiwán que no capitulara ante la postura de Pekín de que Taiwán pertenece a China provocaría probablemente una airada respuesta. Simulacros militares como los iniciados el martes requieren una planificación exhaustiva y probablemente se prepararon mucho antes del discurso de Lai.

El jueves, el teniente general Stephen Sklenka, subcomandante del Mando Indo-Pacífico de Estados Unidos, declaró a la prensa en Canberra que las amenazas de China debían tomarse en serio, pero que un ataque o una invasión no eran inevitables ni inminentes. Dijo que los gobiernos extranjeros, en particular los de esta región, tenían que condenar públicamente las acciones de China.

“La normalización de acciones anómalas, eso es lo que está ocurriendo. Que esperemos ese comportamiento no significa que no debamos condenarlo”, afirmó Sklenka. “Así que es preocupante, pero también creo en el fondo de mi corazón que un conflicto entre nuestras dos naciones no es inevitable ni es una conclusión anticipada”.

Los guardacostas chinos también participaron en los simulacros del jueves, y la rama de Fujian anunció simulacros de aplicación de la ley en torno a las islas taiwanesas cercanas a la costa continental china. Este año, Kinmen y Matsu, islas próximas a la China continental, han sido cada vez más blanco de las patrullas de guardacostas chinos.

Tras un choque mortal entre un pesquero ilegal chino y un buque guardacostas taiwanés cerca de Kinmen en febrero, China respondió con un aumento en las patrullas y un rechazo explícito de las fronteras marítimas, que hasta entonces había respetado tácitamente. Desde entonces, las patrullas por las aguas restringidas de Kinmen se han hecho más constantes, en lo que algunos analistas consideran una estrategia de China para reducir el espacio territorial de Taiwán y normalizar las incursiones.

El secretario jefe del gabinete japonés, Yoshimasa Hayashi, declaró el jueves que su gobierno se pondría en contacto con Pekín para comunicarle “directa y claramente” la importancia de mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán.

Japón mantiene una sólida relación con Taiwán y es un estrecho aliado de Estados Unidos. Su preocupación por las acciones de China en el estrecho de Taiwán es cada vez mayor, en parte debido a la proximidad de territorio japonés a Taiwán. Durante los simulacros por Pelosi, Tokio presentó fuertes quejas a Pekín por el lanzamiento de misiles del Ejército Popular de Liberación a través de la isla de Taiwán y hacia la zona económica exclusiva de Japón.

Representantes de Corea del Sur, Australia y Estados Unidos también hicieron un llamado a la paz, y la ministra de Asuntos Exteriores australiana, Penny Wong, advirtió de que “el riesgo de un accidente, y de una posible escalada, es cada vez mayor”.

Traducción: Ligia M. Oliver

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