Las conspiraciones electorales ‘suceden todo el tiempo’, les dice abogado de Trump a los jurados del juicio
Donald Trump en un tribunal de Manhattan el mes pasado. Foto: Jabin Botsford/Reuters

El complot secreto de Donald Trump para enterrar la prensa negativa antes de las elecciones de 2016 privó a los estadounidenses de su derecho a elegir un candidato en las urnas, dijo la fiscalía en su resumen el martes en el juicio por soborno del expresidente en Nueva York.

El alegato final de Steinglass recordó a los jurados una reunión en la Torre Trump en el verano de 2015 en la que el magnate inmobiliario se sentó con su entonces consejero Michael Cohen y el mandamás de los tabloides David Pecker.

En esta reunión, dijo Pecker, acordó informarles de historias desfavorables que podrían frustrar la campaña de Trump, para que pudieran enterrarlas; esto vendría a incluir la acusación de la estrella de cine para adultos Stormy Daniels de una relación extramatrimonial con Trump unos 10 años antes.

“Tres hombres ricos y poderosos, en lo alto de la Torre Trump, trataron de hacerse aún más poderosos controlando la información que llegaba a los votantes”, dijo Steinglass.

“El valor de este corrupto acuerdo resultó ser una de las contribuciones más valiosas a la campaña de Trump. Este esquema cocinado por estos hombres, en ese momento, podría muy bien ser lo que hizo que Donald Trump fuera elegido”.

Steinglass habló de cómo funcionó el supuesto complot a raíz de unos titulares vergonzosos. Cuando el 7 de octubre de 2016 salió a la luz una grabación de Donald Trump en la que se jactaba de agarrar a las mujeres “por la vagina”, su campaña entró en una espiral de pánico. El personal de la campaña controló los daños y calificó los comentarios de Trump durante la grabación de Access Hollywood de “bromas detrás de bambalinas”.

“La estrategia de los medios de comunicación pasó de negar, negar y negar a dar de vueltas”, dijo el fiscal Joshua Steinglass durante su alegato en el juicio penal de Trump por sobornos en Nueva York.

Dos denuncias de mujeres por conducta sexual inapropiada salieron a la luz días después. El equipo de Trump sabía que su control sobre la narrativa se estaba desvaneciendo y que una acusación más podría hundirlo frente a las mujeres votantes. Cuando la actriz de cine para adultos Stormy Daniels, quien afirmó haber mantenido una relación sexual con Trump en 2006 se mostró dispuesta a recibir dinero a cambio de su silencio, fue una oferta irresistible.

“Realmente no se puede entender este caso sin apreciar el contexto”, dijo el fiscal Steinglass. “Estaba negociando para amordazar a una estrella del porno” que amenazaba con hacerlo público.

“Stormy Daniels era un recordatorio andante y parlante de que el acusado no solo era peor: ella habría arruinado totalmente su estrategia para echar a andar la cinta de Access Hollywood”.

“En términos más simples, Stormy Daniels es el motivo”, dijo Steinglass antes en su sumario.

El cierre de Steinglass, que dijo que podría durar cuatro horas y media, se produjo después de que el equipo de defensa de Trump presentara un resumen que le tomó horas y que incluyó elementos que hicieron levantar las cejas, incluida su afirmación de que las conspiraciones para ganar elecciones ocurren todo el tiempo.

“No importa si hubo una conspiración para intentar ganar unas elecciones”, dijo el abogado de Trump, Todd Blanche, sobre el supuesto complot de sobornos que involucra a Trump, acusado en otros estados de intromisión electoral y de fomentar disturbios civiles para impedir que Joe Biden asumiera el cargo. “Cada campaña en este país es una conspiración para promover a un candidato”.

El comentario de Blanche se produjo mientras insistía ante los jurados en que Trump no falsificó registros comerciales, ni lo intentó, y que los jurados ni siquiera necesitan considerar sus supuestos esfuerzos para influir en la carrera de 2016 enterrando una cobertura de noticias potencialmente dañina. Los fiscales alegan que Trump tramó un plan maquiavélico durante una reunión en el verano de 2015 con su entonces consejero Michael Cohen y el magnate de los tabloides David Pecker.

“Muchos políticos trabajan con los medios de comunicación para tratar de promover su imagen”, dijo también Blanche, quien añadió que Pecker había proporcionado cobertura favorable a Trump durante décadas, mucho antes de su candidatura, “porque era bueno para el negocio”. Calificó esta simbiosis entre medios y políticos como un “procedimiento operativo estándar”.

Blanche no admitió que Trump conspirara con sus compinches para influir en los resultados electorales con un pago por soborno, y negó que hubiera una conspiración o colusión, sino que lo presentó más como una hipótesis: incluso si se produjo una colusión entre medios y campaña, no había “nada criminal, nada delictivo al respecto, se hace todo el tiempo”, dijo Blanche.

“Hay que constatar que este esfuerzo se hizo por medios ilícitos”, dijo en un momento dado.

Al final de su resumen, Blanche proporcionó 10 razones por las que los miembros del jurado deberían encontrar una duda razonable, y absolver a Trump. Entre estas razones: Cohen creó las facturas por servicios legales, no Trump, y no había pruebas de que alguna vez viera los comprobantes o cheques que los fiscales afirman que son ilegales, dijo Blanche.

Blanche también dijo que no había pruebas de que Trump tratara de defraudar a nadie, señalando que se emitió un documento fiscal a Cohen. Dijo que no había razón para hacer nada ilegal para encubrir la cuenta de Daniels, señalando que ya había sido pública.

El número 10 en la lista de Blanche fue Cohen.

“Cohen es la encarnación humana de la duda razonable”, dijo Blanche. Se refirió al acrónimo GOAT, que se refiere a los atletas y artistas en la cima, al mejor de todos los tiempos.

“¿Han oído hablar de GOAT, una cabra, el más grande de todos los tiempos?”, dijo, señalando que Tom Brady es llamado el GOAT del fútbol americano. “Michael Cohen es el GLOAT: el mayor mentiroso de todos los tiempos”.

Trump, que casi con toda seguridad asegurará la nominación presidencial republicana, está acusado de falsificar registros comerciales relacionados con el pago de 130 mil dólares (2 millones 183 mil pesos) a la estrella de cine para adultos Stormy Daniels por su silencio sobre una supuesta relación sexual.

Los fiscales argumentan que el registro de estos pagos en los archivos empresariales equivale a una interferencia electoral, ya que Trump se presentaba a la carrera por la Casa Blanca en 2016 en el momento de este pago y buscaba encubrir un escándalo potencialmente perjudicial.

Durante semanas, el testimonio se ha apoderado de Estados Unidos y el mundo en medio de la perspectiva de que el expresidente de Estados Unidos podría ser declarado culpable de un delito. Pero a medida que los detalles del caso y la relación de Trump con Daniels se han ido presentando ante un jurado de Manhattan, han tenido aparentemente poco impacto en la carrera de 2024, donde Trump sigue a estrechamente por delante de Joe Biden en las encuestas cara a cara y se está desempeñando fuertemente en los estados oscilantes que son cruciales para la victoria.

Trump niega todas las acusaciones.

Trump, luciendo una corbata carmesí y una camisa blanca impecable, estuvo acompañado por su hija Tiffany y dos de sus hijos, Eric y Donald Jr. en la corte.

En el centro del caso está el testimonio de Cohen, el exabogado de Trump y otrora temido consejero. Cohen aportó pruebas vitales sobre el papel que desempeñó Trump en el supuesto complot del soborno, pero también fue brutalmente interrogado por los abogados de Trump por su historial previo de mentiras y su evidente aversión a su antiguo jefe y deseo de verlo entre rejas.

El peso que el jurado otorgue a la fiabilidad del testimonio de Cohen probablemente decidirá el caso en uno u otro sentido. Si es declarado culpable, Trump podría enfrentarse a la posibilidad de ir a la cárcel, aunque en general se considera poco probable. Cualquier veredicto de culpabilidad también desencadenaría casi con toda seguridad una larga serie de apelaciones.

En su alegato final, Blanche insistió repetidamente en la credibilidad de Cohen. “Las palabras que Michael Cohen les dijo en ese estrado, importan. Importan”, dijo Blanche. “Les dijo varias cosas en ese estrado que son mentiras”.

Hizo hincapié en que las facturas del caso fueron presentadas por Cohen, y añadió: “No se puede condenar al presidente Trump. No puedes condenar al presidente Trump por ningún delito más allá de una duda razonable basándote en la palabra de Michael Cohen.”

Blanche instó a los miembros del jurado a querer algo más que el testimonio de Cohen y, refiriéndose a Daniels, “algo más allá de la palabra de una mujer que afirma que algo sucedió en 2006”.

También insistió en que la acusación clave de los fiscales, que los registros comerciales fueron falsificados porque afirmaban erróneamente que los reembolsos eran por servicios legales, cayó por su propio peso, insistiendo en que Cohen era el abogado personal de Trump y “estaba prestando servicios al presidente Trump en 2017 como su abogado personal”.

Durante su cierre, Steinglass trató de abordar las preocupaciones sobre la credibilidad de Cohen, ya que la defensa dijo repetidamente que Cohen era deshonesto y estaba empeñado en vengarse. Steinglass admitió que Cohen tenía un interés en este caso más allá de simplemente testificar, y dijo a los miembros del jurado que eran libres de tener eso en cuenta durante las deliberaciones.

“Michael Cohen está comprensiblemente enfadado”, dijo Steinglass. “Hasta la fecha, él es el único que ha pagado el precio. Pecker obtuvo un acuerdo de no enjuiciamiento. Cohen cumplió las órdenes del acusado durante años, su mano derecha, su consejero… y cuando le fue mal, el acusado lo soltó, como una papa caliente, y tuiteó al mundo que Cohen era una basura, un canalla, y todo el tiempo, ¡las violaciones a la ley electoral de las que Cohen se declaró culpable se hicieron bajo las órdenes del acusado!”

Steinglass continuó diciendo que Cohen aprovechó su última oportunidad y “difícilmente se le puede culpar por hacer dinero con lo único que le quedaba, que era su conocimiento del funcionamiento interno del fenómeno Trump”.

“Es obvio que quieren hacer este caso sobre Michael Cohen. No lo es: eso es una distracción”, dijo. “Este caso no es sobre Michael Cohen. Este caso es sobre Donald Trump y si debe rendir cuentas por hacer entradas falsas en sus propios registros de negocios”.

“La importancia de Michael Cohen en este caso es que proporciona color y contexto a los documentos. Es como un guía turístico”.

Trump también se enfrenta a otros tres juicios penales: uno por intentar influir en las elecciones de 2020 en Georgia, otro por su conducta en torno al ataque del 6 de enero contra el Capitolio y un tercero relacionado con su tratamiento de documentos confidenciales tras abandonar la Casa Blanca. Sin embargo, los tres han sufrido serios retrasos y no se ve probable que ninguno concluya, o siquiera comience, antes de las elecciones presidenciales de noviembre.

Traducción: Ligia M. Oliver

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