¿Estamos preparados para la gripe aviar humana? La cuestión es cuándo apretar el gatillo
Ilustración: Observer design; Getty; Freepik.com

El virus de gripe aviar ya ha devastado poblaciones de aves y ahora está infectando también a mamíferos. ¿Será la transmisión entre humanos la siguiente? ¿Estamos preparados para otra pandemia?

En los últimos cuatro años, una pandemia silenciosa ha hecho estragos. Una pandemia cuyo número de víctimas se estima en cientos de millones, pero que ha recibido muy poca atención hasta ahora: la gripe aviar.

La pandemia en cuestión es la gripe aviar, la cepa H5N1 de la gripe, que desde 2020 ha ido mucho más allá del mundo aviar y se ha extendido a mamíferos que van desde el ganado lechero hasta los animales domésticos, pasando por especies que llegan hasta nuestras puertas, como los zorros. La presencia del virus se ha detectado en todos los continentes, incluso en la Antártida. Aunque todavía no ha desarrollado la capacidad de propagarse entre seres humanos, el mes pasado saltó la alarma después de que un trabajador de una granja lechera en Texas contrajera el H5N1, al parecer del ganado vacuno.

Parece ser el primer caso conocido de gripe aviar que salta a los humanos desde otro mamífero. “Existe una creciente preocupación a nivel científico y de salud pública”, afirma el Dr. Gregory Poland, director del grupo de investigación sobre vacunas de la Clínica Mayo, que ya había comparado el aumento de las tasas de infección entre los animales con “los estruendos previos a un terremoto”.

“Está claro que hace un par de años, la cepa actual de la gripe aviar cambió para volverse superpotente”.

Aunque el virus H5N1 es bien conocido por su devastador impacto en las poblaciones de aves silvestres y en las granjas avícolas de Estados Unidos, al 5 de mayo, 91 millones de aves de granja habían sido infectadas en 48 estados del país, Poland se ha mostrado especialmente alarmado por los informes de gatos domésticos que contraen el virus del ganado y enferman gravemente o mueren. “Tenemos muy pocas investigaciones que nos digan cómo está ocurriendo todo esto en el ganado y cómo se está propagando”, afirma.

En Reino Unido, el virólogo Paul Digard y su equipo del Instituto Roslin de Edimburgo recibieron el año pasado una financiación adicional de 3.3 millones de libras (73 millones 930 mil pesos) para intensificar sus investigaciones sobre la gripe aviar y evaluar el riesgo que la cepa actual del H5N1 puede suponer para los humanos.

“La gripe evoluciona constantemente, y está claro que hace un par de años, la cepa actual de la gripe aviar cambió para convertirse en superpotente”, afirma Digard. “Ahora que parece estar bastante extendida entre la población de vacas en Estados Unidos, ésa es una vía mucho más directa por la que podría transmitirse a la gente y adquirir las adaptaciones que necesita para convertirse en pandémica”.

La tarea del equipo de Roslin consiste en averiguar los cambios precisos en la secuencia vírica que parecen permitirle infectar a las vacas, y luego probar la cepa en células humanas y miniórganos en el laboratorio. El objetivo final será predecir si empieza a ser más peligrosa para los seres humanos y los animales que viven cerca de nosotros, y transmitir esa información a las autoridades de salud competentes.

Si los resultados suscitan preocupación, el gobierno podría disponer de más pruebas para empezar a reforzar el suministro nacional de vacunas antigripales. El año pasado se informó de que la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido había puesto en marcha un ejercicio de adquisición para conseguir las vacunas adecuadas, mientras que Estados Unidos acumuló una reserva nacional de cuatro tipos de vacunas antigripales que podrían proporcionar cierta protección contra el H5N1 en caso de un futuro brote. Pero ni siquiera esta reserva sería suficiente para todo el país, y Digard explica que los gobiernos se enfrentan a una decisión desesperadamente difícil cuando se trata de equilibrar el costo económico de las vacunas con el intento de asegurarse de que están lo más preparados posible para un brote.

“La cuestión es intentar decidir cuándo apretar el gatillo para actuar”, dice. “Porque si esperas a que ya sea una pandemia, entonces estás jugando a ponerte al día, y sabes que no vas a poder fabricar suficientes vacunas rápidamente para proteger a todo el mundo”.

El cuello de botella de la vacuna contra la gripe aviar

Si el virus de gripe aviar H5N1 empezara a propagarse entre la población, la buena noticia es que el mundo tiene mucha experiencia reciente en el despliegue de programas de vacunación a gran escala. Ya se han administrado más de 13 mil millones de dosis de vacunas Covid-19, que cubren al 70% de la población mundial, mientras que en el momento álgido del brote de gripe porcina de 2009 se produjeron alrededor de 3 mil millones de dosis de vacunas.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, hay dos vacunas candidatas contra una cepa afín de virus de la gripe que podrían enviarse en cuestión de semanas, si fuera necesario. Varios fabricantes también tienen dispensas especiales de los reguladores para actualizar sus vacunas antigripales con objetivos relevantes de la cepa H5N1, sin necesidad de solicitar nuevas licencias.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que, según sus estimaciones, podrían producirse entre 4 mil y 8 mil millones de dosis de vacunas antigripales en el plazo de un año en caso de pandemia de H5N1. Los expertos afirman que para ello sería necesario ampliar considerablemente la capacidad mundial de fabricación de vacunas antigripales, situada en torno a los mil 200 millones de dosis.

“Hay que recordar que se necesitan dos dosis, con un intervalo de tres a cuatro semanas, para lograr una inmunidad protectora”, afirma Poland. “Se pueden hacer rápidamente las cuentas y ver a dónde nos lleva eso”.

Aunque los fabricantes llevan trabajando en vacunas contra el H5N1 desde mediados de la década de 2000, las investigaciones siempre han indicado que plantean un reto técnico mucho mayor que las vacunas contra la gripe estacional que se distribuyen cada año. En concreto, las vacunas parecen requerir una dosis mucho mayor para generar una respuesta inmunitaria suficiente. Una dosis de la vacuna candidata contra el H5N1 fabricada por la empresa farmacéutica francesa Sanofi es de 90 microgramos, seis veces más que una vacuna típica contra la gripe estacional. Según Poland, esto haría mucho más difícil producir la vacuna a la escala necesaria.

Las previsiones de capacidad de la OMS pueden basarse en el aumento de la producción de vacunas reforzadas. Éstas utilizan un ingrediente adicional, o adyuvante, que se combina con la vacuna para reforzar la respuesta inmunitaria, lo que permite una dosis mucho menor y más fácil de producir en grandes cantidades. La empresa farmacéutica GSK afirma que su vacuna contra la gripe pandémica Adjupanrix, que utiliza un adyuvante, tiene una dosis de 3.75 microgramos. “En 2022, firmamos un contrato con la Autoridad de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias de la Unión Europea para la reserva de la producción futura y el suministro de 85 millones de dosis de Adjupanrix”, dice la compañía. “En caso de una pandemia de gripe declarada por la OMS, esto garantizará la producción y el suministro listos de Adjupanrix a 12 estados miembros de la Unión Europea”.

Sin embargo, la velocidad de producción podría seguir siendo un cuello de botella. En caso de pandemia de H5N1, la OMS calcula que el 79% de las vacunas producidas se fabricarían con las tecnologías tradicionales de referencia, que requieren la incubación en huevos de gallina. Aunque un portavoz de Sanofi declaró que durante la pandemia de gripe porcina de 2009 se produjeron vacunas en tres meses, se sabe que las plataformas basadas en huevos requieren más tiempo: el proceso puede durar hasta seis meses.

Nuevas tecnologías

En cambio, la tecnología del ARN mensajero (ARNm), que resultó tan valiosa para generar las vacunas Covid-19, podría volver a ser una herramienta vital, ya que se sabe que esta plataforma es más rápida y eficaz que las antiguas tecnologías que emplean huevos. Tanto Moderna como GSK y CureVac están colaborando en ensayos clínicos para probar vacunas contra el H5N1 en humanos. Sin embargo, dadas las dificultades pasadas para estimular respuestas inmunitarias suficientes contra el H5N1, Digard afirma que no hay datos suficientes para examinar la posible eficacia de las vacunas de ARNm.

“Es una tecnología potencialmente aplicable a esto”, afirma. “No creo que tengamos aún datos para afirmar que funciona igual de bien”.

Dado que el H5N1 sigue confinado en gran medida a la población animal, una idea para reducir la transmisión y limitar la posibilidad de que salte a los humanos podría ser vacunar a gran escala a las aves de corral y los animales de granja. Sin embargo, Karen Grogan, profesora asociada del Centro de Diagnóstico e Investigación Avícola de la Universidad de Georgia, no está convencida de que esto suponga una diferencia significativa.

“Si destinamos toda la producción de vacunas al H5N1, dejaremos de fabricar vacunas contra la gripe estacional”.

“La vacunación comercial de las aves de corral no reduciría la cantidad de virus viable en el medio ambiente, ya que las aves silvestres excretan muchos”, afirma. “La propagación al ganado lechero está probablemente relacionada con las aves silvestres en esas lecherías”. No hay vacunas contra el H5N1 aprobadas para su uso en animales de granja o domésticos; habría que desarrollarlas, un proceso que lleva unos cuatro años”.

Si se produce una pandemia de H5N1, Poland predice que los servicios de salud de todo el mundo tendrían que depender parcialmente de la medicación antiviral durante los primeros seis meses del brote, hasta que se dispusiera de reservas de vacunas suficientes para proporcionar una cobertura total a nivel de población. Según los CDC, el análisis de las cepas que circulan entre las vacas muestra que el virus debería ser susceptible a la gama actual de antivirales aprobados contra la gripe.

Pero tanto si se trata de almacenar antivirales como de ordenar a las empresas farmacéuticas que se dediquen a producir vacunas contra el H5N1, Digard afirma que los gobiernos se enfrentan a un difícil dilema a la hora de decidir cuál es la mejor forma de responder a la amenaza de la gripe aviar.

“Todo esto cuesta dinero”, afirma. “Es un juego de malabares muy delicado. Con las vacunas, por ejemplo, si empezamos a desviar toda la producción de vacunas para fabricar inyecciones contra el H5N1, eso significa que no fabricaríamos vacunas contra la gripe estacional. Así que, si se inicia un programa de vacunas contra el H5N1 antes de tiempo, se interrumpe el suministro de vacunas contra la gripe estacional, que siguen siendo necesarias”.

Aunque la prevalencia del H5N1 en la naturaleza es preocupante, Digard quiere señalar que, si bien se ha informado ampliamente de que el virus tiene una tasa de letalidad del 52% en humanos, basada en 882 casos de infecciones entre enero de 2003 y diciembre de 2023, parece que se ha vuelto mucho menos patógeno para la gente en los últimos años.

“Ha habido casos humanos en Reino Unido en los últimos dos años, pero han sido muy leves y generalmente asintomáticos”, afirma. “No estoy minimizando el riesgo: si esto se convirtiera en pandemia, incluso con un virus muy leve, la gente acabaría muriendo debido a la enorme cantidad de infectados. Incluso la gripe porcina, que es la pandemia de gripe más leve de la que tenemos constancia, mató a cientos de miles de personas. Pero no sería una pandemia al estilo de las de ciencia ficción”.

Traducción: Ligia M. Oliver

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