El primer ministro italiano Mario Draghi renuncia tras su fracaso para salvar la coalición
Es probable que su salida dé lugar a unas elecciones precipitadas que se podrían llevar a cabo tan pronto como a finales de septiembre.
Es probable que su salida dé lugar a unas elecciones precipitadas que se podrían llevar a cabo tan pronto como a finales de septiembre.
Mario Draghi confirmó su renuncia al cargo de primer ministro de Italia, tras el fracaso de un intento para salvar su amplia coalición cuando tres partidos clave rechazaron una votación de confianza, sentando las bases para unas elecciones precipitadas que se podrían llevar a cabo tan pronto como a finales de septiembre.
Respaldado por un gran apoyo público, el exjefe del Banco Central Europeo intentó mantener su gestión con la condición de que su alianza “reconstruyera un pacto de confianza” que le permitiera trabajar conjuntamente para superar los grandes retos en los próximos meses.
Draghi presentó formalmente su renuncia al presidente Sergio Mattarella en la mañana del jueves y la misma fue aceptada.
No obstante, el populista Movimiento 5 Estrellas (M5S), el partido de extrema derecha La Liga de Matteo Salvini y el Forza Italia de Silvio Berlusconi no participaron en la votación de confianza realizada en el Senado en la noche del jueves, en la que básicamente se pedía a los partidos que aprobaran el espíritu de cooperación.
La crisis política se desencadenó la semana pasada después de que el M5S boicoteara una votación relativa a un paquete de 26 mil millones de euros concebido para ayudar a los italianos a hacer frente a la inflación y a los precios de la energía, argumentando que era insuficiente. El partido tampoco estaba conforme con que el paquete incluyera una disposición para construir una gran planta de incineración de residuos en Roma.
Los partidos de La Liga y Forza Italia habían reclamado un nuevo gobierno dirigido por Draghi, pero sin incluir al M5S, al tiempo que exigían la reorganización del gabinete. Al M5S le molestó que Draghi no hubiera asumido las prioridades políticas que le presentó en su plan de “nueve puntos”, que incluía un plan de ingresos básicos y bonos para viviendas ecológicas.
La renuncia de Mario Draghi ocurre a pesar de las peticiones para que permanezca en su cargo, incluso por parte de líderes mundiales que lo consideran fundamental no solo para garantizar la estabilidad en Italia, sino como un socio para enfrentar los desafíos de la guerra de Rusia en Ucrania.
Draghi instó a la unidad para afrontar retos como la guerra en Ucrania, la crisis energética, la desigualdad social y la promulgación de las reformas necesarias para obtener el próximo tramo de los 200 mil millones de euros que Italia debe recibir del fondo de recuperación postpandemia de la Unión Europea. También reprendió a sus socios de la coalición por las luchas internas y por la búsqueda de puntos en los últimos meses.
Lo más probable es que su salida conduzca a unas elecciones precipitadas que se podrían llevar a cabo el 25 de septiembre o el 2 de octubre. Es posible que Mattarella pida a Mario Draghi que se quede como primer ministro interino hasta que se forme un nuevo gobierno después de las elecciones.
Una encuesta sobre las últimas consultas revela que, si se llevan a cabo elecciones prematuras, una coalición liderada por el partido de extrema derecha Hermanos de Italia y que incluiría a La Liga y a Forza Italia, podría ganar la mayoría.