Leones cazan menos cebras: reacción en cadena provocada por hormigas invasoras
La caza de los leones kenianos se ve obstaculizada por una “reacción ecológica en cadena”, ya que las hormigas cabezonas no consiguen impedir que los elefantes arranquen las acacias, que les sirven de escondite a los felinos.
La caza de los leones kenianos se ve obstaculizada por una “reacción ecológica en cadena”, ya que las hormigas cabezonas no consiguen impedir que los elefantes arranquen las acacias, que les sirven de escondite a los felinos.
Cuando un león decide perseguir a una cebra parece que nada puede detenerlo. Pero ahora los investigadores han descubierto que estos enormes depredadores se ven frustrados por un enemigo diminuto: las hormigas.
Científicos han descubierto que la propagación de hormigas cabezonas en África oriental desencadena una situación que lleva a los leones a cazar menos cebras.
El profesor Todd Palmer, de la Universidad de Florida, coautor de la investigación, declaró que los resultados habían sido una sorpresa. “Me quedé estupefacto”, afirmó. El menor número de presas parece ser consecuencia de la ruptura de la relación entre las hormigas autóctonas y los árboles en los que viven, lo que provoca una pérdida de cobertura para los leones.
Palmer dijo que el descubrimiento ponía de relieve la importancia de las interacciones entre especies. “A menudo hablamos de conservación en el contexto de las especies. Pero son las interacciones el pegamento que mantiene unido todo el sistema”.
Las hormigas de acacia protegen a las espinosas plantas al morder y picar a los elefantes que buscan un tentempié. A cambio, ellas obtienen néctar y refugio. Pero las hormigas cabezonas, una especie de hormiga invasora que puede apoderarse de las acacias matando a las hormigas de acacia adultas y comerse sus huevos y larvas, no ofrecen esa protección.
“En las zonas invadidas, los elefantes rompen y comen árboles a un ritmo entre cinco y siete veces superior al de las zonas no invadidas”, escriben Palmer y sus colegas en la revista Science.
Para desentrañar las repercusiones ecológicas, Palmer y sus colegas estudiaron primero una serie de parcelas en Laikipia (Kenia), algunas con presencia de elefantes y otras excluidas.
El equipo descubrió que cuando había hormigas cabezonas y elefantes se producía un descenso de la cubierta arbórea y un aumento espectacular de la visibilidad.
A continuación, los investigadores construyeron un modelo informático basado en observaciones en la naturaleza para estudiar si la presencia de hormigas cabezonas y el aumento de la visibilidad afectaban a los movimientos de las cebras, a los lugares donde las cazaban y a los movimientos de los leones.
El equipo descubrió que las muertes de cebras eran casi tres veces más probables en zonas de baja visibilidad donde no había hormigas cabezonas que en zonas de alta visibilidad donde sí las había. Sin embargo, el análisis descartó la relación con la densidad de cebras o la actividad de los leones, y sugirió que el descenso de las muertes se debe probablemente a que los leones son más visibles para sus presas.
“Como los leones necesitan cubrirse para acechar y emboscar a sus presas, están más expuestos cuando hay menos árboles tras los que esconderse, lo que parece dificultarles la tarea de capturar a las cebras”, explica Palmer.
Aunque los investigadores afirman que las poblaciones de leones parecen estables en la actualidad, al parecer como consecuencia de que han pasado de cazar cebras a cazar búfalos, Palmer afirma que una de las preocupaciones es que no hay forma de detener la propagación de las hormigas cabezonas.
“Si la invasión continúa, se perderán cada vez más acacias”, explica. “Y como las acacias son un alimento importante para muchas especies, incluidos rinocerontes y jirafas, estos cambios a nivel de paisaje podrían cambiar de forma bastante drástica la ecología de la zona”.
No te pierdas: Corea del Sur se enamoró de los perros y prohibió sacrificarlos para obtener su carne