Los océanos han estado absorbiendo el calor extra del Planeta con un precio muy alto
Las temperaturas superficiales récord del mar sugieren que la Tierra se dirige a un 'territorio inexplorado' en términos de aumento del nivel del mar, inundaciones costeras y condiciones meteorológicas extremas.
Las temperaturas superficiales récord del mar sugieren que la Tierra se dirige a un 'territorio inexplorado' en términos de aumento del nivel del mar, inundaciones costeras y condiciones meteorológicas extremas.
A finales de marzo, las temperaturas superficiales de los mares de todo el mundo superaban cualquier cifra registrada en los 40 años que los satélites llevan midiéndolas.
Los récords “se salieron de las gráficas” y, dado que el calor se negó a desaparecer durante más de un mes, la Tierra se adentró en un “territorio inexplorado”, señalaron los científicos.
Las temperaturas superficiales del mar –al igual que las terrestres– aumentan debido al calentamiento global, no obstante, pueden cambiar de un año a otro según las variaciones de los sistemas meteorológicos.
Sin embargo, en los 2 km por debajo de la superficie, prácticamente no se aprecia esa variabilidad. El aumento del calor en esa zona no ha dejado de aumentar desde hace décadas, gracias a la quema de combustibles fósiles.
“La capacidad de retención de calor del océano es descomunal”, comenta el Dr. Paul Durack, investigador científico especializado en mediciones y modelos oceánicos del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore del Departamento de Energía de Estados Unidos.
“El océano captura más del 90% del desequilibrio de energía que estamos creando a causa del cambio climático antropogénico”.
El océano tiene una capacidad de reflexión mucho menor que la Tierra y absorbe una mayor cantidad de la energía directa de la luz solar.
Sin embargo, a medida que los gases de efecto invernadero atrapan una mayor cantidad de la energía que se refleja –lo cual permite que una menor cantidad escape al espacio–, el océano intenta equilibrarse a sí mismo con el calor de la atmósfera.
Una gráfica técnica incluida en un capítulo de la última evaluación climática de la ONU mostró el inconmensurable aumento de calor. Entre 1971 y 2018, el océano aumentó 396 zettajulios (ZJ) de calor.
¿Cuánto calor supone eso? Los científicos calculan que equivale a la energía de más de 25 mil millones de bombas atómicas de Hiroshima. Además, ese aumento de calor se está acelerando.
Un estudio realizado en enero reveló que el océano acumuló 10 ZJ más en 2022 respecto al año anterior, es decir, calor suficiente para hervir 700 millones de teteras por segundo.
En comparación con el océano, según un estudio realizado en enero, la atmósfera ha retenido aproximadamente el 2% del calor adicional provocado por el calentamiento global desde el año 2006.
Para comprender qué está ocurriendo debajo de la superficie del océano, fuera de la vista de los satélites, los científicos recurren a una vasta red de miles de termómetros instalados en boyas, barcos, planeadores submarinos y anclas permanentes.
Durack explica que no fue hasta principios de la década de 2000 cuando se empezó a tener una visión clara de los cambios en el océano –predichos desde hace tiempo por los científicos del clima– a medida que se disponía de un mayor número de datos.
No obstante, los científicos han logrado obtener una perspectiva más amplia que se remonta a muchas décadas atrás mediante el uso de modelos climáticos.
“Cuando observamos los modelos climáticos y los comparamos con las observaciones, obtenemos resultados coherentes tanto en la Tierra simulada como en la Tierra real. Todos ellos indican un calentamiento constante”.
La Dra. Bernadette Sloyan investiga los cambios que se producen en el océano en la agencia científica gubernamental australiana CSIRO y pasa sus días analizando datos sobre el océano.
“En este caso, el océano es como un volante de inercia que dirige nuestro clima y todo ello se debe a la cantidad de energía que se necesita para calentarlo”, explica.
“Tenemos esta conversación constante entre el océano y la atmósfera que está determinando nuestras condiciones meteorológicas y, anualmente, es nuestro clima”.
Sloyan señala que el océano ha actuado como el aire acondicionado del planeta, absorbiendo sin descanso el calor extra. “Pero ese aire acondicionado no es simplemente pasivo. No es un servicio gratuito. La adición de ese calor está acompañada de la acidificación de los océanos, el aumento del nivel del mar y los cambios en la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos”.
Los efectos del exceso de calor son prácticamente generalizados. A medida que el océano se calienta, se expande, lo cual eleva el nivel del mar en todo el planeta. Poco más de un tercio del aumento del nivel global del mar es consecuencia de la expansión térmica.
Más calor significa más olas de calor marinas que devastan los ecosistemas marinos, provocando el blanqueamiento de los arrecifes de coral y la muerte de plantas submarinas que actúan como bosques, proporcionando hábitats para la vida marina y funcionando como criaderos para la pesca.
El calentamiento de los océanos también podría alterar radicalmente las redes tróficas marinas, ya que las condiciones más cálidas favorecen a las especies más pequeñas y a las algas a costa de las especies más grandes que suelen consumir los seres humanos.
En las profundidades del océano, donde las especies se han adaptado a unas temperaturas estables, los científicos señalan que el calentamiento en las próximas décadas podría devastar la vida marina en dichas zonas.
Alrededor de los trópicos, donde los océanos son más cálidos, los científicos han descubierto que las especies ya están migrando hacia los polos en busca de aguas más frías. Sin embargo, dado que no existen otras especies capaces de ocupar su lugar, esto provoca que las aguas quedan desprovistas de vida marina.
En lugares como el Mediterráneo, donde la tierra obstruye el paso a aguas más frías, el profesor David Schoeman señala que muchas especies se quedarán sin océano.
“Los peces simplemente no pueden salir del agua, por lo que es posible que tengan que dirigirse a aguas más profundas”, comenta Schoeman, de la University of the Sunshine Coast, en Australia, que ayudó a coordinar el trabajo sobre el océano realizado en la última evaluación climática de la ONU.
No obstante, si las especies se adentran en aguas más profundas para sobrevivir al calor, esto podría representar otro problema. Schoeman explica que las aguas cercanas a la superficie se mezclan fácilmente con el aire de la superficie para proporcionar suficiente oxígeno a la vida marina. Pero a medida que las aguas más profundas se calientan, retienen menos oxígeno, lo cual podría eliminar otra opción de supervivencia para algunas especies.
Schoeman comenta que gran parte del calor que ha elevado las temperaturas superficiales a nuevas cifras máximas en las últimas semanas probablemente procede de las profundidades.
“Cada año, el océano retiene aproximadamente 134 millones de bombas atómicas de calor. Ha permitido que las temperaturas globales se mantengan bajas y que la tierra siga siendo habitable, pero tenemos que darnos cuenta de que no ha desaparecido esa energía”.
El último informe de la ONU sobre el clima indica que es probable que el calentamiento del océano continúe “al menos hasta el año 2300”, aunque las emisiones de gases de efecto invernadero sean bajas, debido a la “lenta circulación de las profundidades marinas”.
El profesor Matthew England, oceanógrafo y científico del clima de la Universidad de Nueva Gales del Sur, está hablando por videollamada y muestra una foto del globo terráqueo tomada sobre el Pacífico, donde casi no se ve tierra.
“Recuerden que el océano cubre el 70% del planeta. Debería haberse llamado Océano, no Tierra”, señala.
England explica que, por simple física, el océano “tiene esta enorme capacidad para absorber calor y después retenerlo”.
England extiende sus brazos para mostrar el tamaño de un metro cúbico de aire. Para que ese aire se caliente 1°C, comenta que se necesitan unos 2 mil julios. Pero para calentar un metro cúbico de océano se necesitan aproximadamente 4 millones 200 mil julios.
“Al absorber todo este calor, el océano induce a la gente a la falsa impresión de que el cambio climático está progresando lentamente”.
“Pero el precio a pagar es enorme. Es abrumador cuando empiezas a analizar todos los efectos negativos del calentamiento del océano”.
“Está el aumento del nivel del mar, las inundaciones costeras, mayores inundaciones y ciclos de sequía, el blanqueamiento de los corales, la intensificación de los ciclones, las repercusiones ecológicas, el deshielo en las latitudes más altas de los márgenes costeros… eso supone un doble golpe para el aumento del nivel del mar”.
“Los océanos han almacenado el problema”, señala England. “Pero nos pasará factura”.