Tener sexo por la mañana, pero siempre hornear por la noche: los expertos revelan el momento perfecto del día para todo
Elegir el momento óptimo para hacer las cosas puede marcar una diferencia real. Aquí te mostramos cómo aprovechar al máximo tus 24 horas.
Elegir el momento óptimo para hacer las cosas puede marcar una diferencia real. Aquí te mostramos cómo aprovechar al máximo tus 24 horas.
MAÑANA
Tener Sexo, Marianne Johnson, terapeuta psicosexual y de relaciones:
Si tienes niños pequeños o vives con tus padres, habrá algunos problemas prácticos que probablemente se interpongan en el camino del sexo matutino. Pero si no, existen varios beneficios del sexo que sugieren que la mañana es el momento ideal. Por ejemplo, los estudios muestran que tu respuesta al estrés mejora con una relación sexual reciente. Tus niveles de energía son más altos y aumentarás tus niveles de oxitocina, aumentando los sentimientos de unión, confianza y relajación, lo que lo convierte en una muy buena manera de comenzar el día. Puedes aprovechar el momento o, si eso no funciona, programarlo para un momento en el que sepas que estarás solo; si planeas una buena comida fuera de casa, ¿por qué no el sexo?
Escribir una novela, Linda Grant, escritora:
La mayoría de los escritores que conozco, aunque no todos, estarían de acuerdo en que la mañana es el mejor momento para escribir una novela, cuando te acabas de despertar y estás cerca del estado de ensoñación antes de que la aburrida racionalidad del día entre en acción con sus preocupaciones mundanas. Me despierto alrededor de las 7:30 de la mañana y trabajo desde las 8:30 por dos o tres horas. El inconsciente y la imaginación necesitan ser los amos.
Tener una conversación difícil, Philippa Perry, psicoterapeuta y autora:
Siempre tenemos nuestras conversaciones importantes los domingos por la mañana en el desayuno. Estamos frescos, tenemos cosas buenas que esperar durante el día y no pensamos en las conversaciones como “difíciles” sino como “interesantes”. Es importante no enmarcar las cosas negativamente.
Escribe un diario, Kara Cutruzzula, autora de Do It for Yourself
Para cosechar los beneficios de escribir un diario, debe sentarse a las 6:32 a.m. con una taza de té oolong calentada exactamente a 84.9°C y escribir 2 mil 200 exquisitas palabras con tu bolígrafo favorito. Es una broma. Pero escribir un diario inmediatamente después de despertar hace maravillas. Tómate 10 minutos para establecer una intención: ¿qué quieres que suceda hoy? Garabatea tus dudas o ansiedades y dedica el espacio a un proyecto significativo. Además, escribir un diario temprano te ayuda a evitar el “terrible paraguas”, esa sensación abrumadora de que deberías hacer algo más tarde en el día (pero que rara vez lo haces).
Ver a un terapeuta, Anouchka Grose, psicoanalista:
El mejor momento del día para hablar con un terapeuta es a las 9 de la mañana. Es probable que ambos se sientan relativamente frescos y aún podrías recordar tus sueños. El terapeuta aún no está insensibilizado ni ha sufrido los traumas de otras personas, así que te puede escuchar con atención. Un poco antes de esa hora, te arriesgas a que te guarde resentimiento.
Limpiar la casa, Aggie MacKenzie, locutora:
Si te gusta limpiar, hazlo en cualquier momento del día; pero si es algo que no te gusta, hazlo cuanto antes y acaba con ello. Otro truco es establecer una hora en tu mente en la que debes terminar: digamos, limpiar el baño en los próximos 15 minutos. Hazlo rápidamente para que no te tome demasiado de tu día.
TARDE
Ir a una cita, Vicki Pavitt, entrenadora de relaciones:
No te compliques y queda en una cita para tomar un café al final de la mañana, un almuerzo o una caminata en un parque temprano en la tarde. La belleza de las citas diurnas es su flexibilidad: tienden a ser más cortas para que puedas ser flexible con la forma en que se desarrollan las cosas. Si la conversación no fluye, puedes dejarlo allí, pero si es así, hay espacio para continuar con la cita si ambos lo desean. Otra posibilidad es irse con un buen sabor de boca y agendar la próxima cita.
Dormir la siesta, Camilla Stoddart, entrenadora del sueño:
Es mejor tomar una siesta cuando tus niveles de energía están en su punto más bajo, durante el bajón de media tarde, que para la mayoría de la gente sucede alrededor de las 3 de la tarde. A menudo atribuido erróneamente a lo que comemos, esta disminución diaria de energía y aumento de somnolencia es en realidad parte del ritmo circadiano que rige nuestro ciclo de sueño/vigilia durante 24 horas. Tomar una siesta de 20 minutos a esta hora está lo suficientemente lejos de la hora de acostarte para no interrumpir tu sueño y puede ayudar a mejorar la función cognitiva y el estado de alerta general durante el resto del día.
Hacer la tarea, Lola Okolosie, profesora:
El mejor momento para hacer la tarea tiene que ser ese dulce momento entre llegar a casa, relajarse durante media hora, tomar un refrigerio, y la hora de la cena. Has tenido un breve descanso de la escuela, pero aún tienes las lecciones frescas y puedes volver a mentalizarte en la tarea. Un poco más tarde y se alarga hasta la noche, convirtiéndose en la temida tarea que pospones. Como mucha tarea ahora se hace en línea, es mejor mantener los dispositivos apagados a medida que avanza la noche para que la luz azul de las pantallas no trastorne tu sueño.
MEDIA TARDE
Lavarse la cara, Sali Hughes, columnista de belleza de The Guardian:
Es importante lavarse la cara dos veces al día, pero la más importante de ellas (quitarse el protector solar, el maquillaje y la suciedad del exterior antes de acostarse) se siente como una tarea mucho más pesada porque se produce en un momento en que es probable que estés agotado y sin ganas de hacer nada, como lavarte. Por eso siempre recomiendo la limpieza tan pronto como llegues a casa del trabajo. Hay algo encantador en quitarse el mundo exterior tan pronto como regresas al nido (también me gusta lavarme los pies, práctica estándar en muchas culturas asiáticas, y ponerme la pijama), y esa motivación adicional que probablemente te faltará más tarde, hace que la rutina de cuidado de la piel sea más consistente y cuidadosa.
Regar las plantas, Alice Vincent, columnista de jardinería de The Guardian:
Prefiero regar por la noche porque por la mañana hay muchas posibilidades de que llueva más tarde y sentirme como una tonta. No querrás hacerlo a la mitad del día cuando hace calor porque el agua se evaporará antes de que llegue a las raíces. Como jardineros conscientes del medio ambiente, debemos tener cuidado con la forma en que regamos y debemos escoger plantas que sean resistentes a la sequía o que capten agua del suelo. Cuando plantes directo en el suelo, riega muy bien para fomentar un crecimiento más profundo de las raíces, lo que les ayudará a sobrevivir períodos de sequía. Cada vez que riegues, asegúrate de hacerlo por mucho tiempo y con menos frecuencia, en lugar de poco y con frecuencia.
Ver arte, Jonathan Jones, crítico de arte de The Guardian:
La tarde es mi momento favorito para visitar una galería o un museo. Resulta un poco atrevido y travieso contemplar obras de arte un poco antes de que caiga el sol. Es como si las propias pinturas se comportaran de manera diferente y se sintieran más cómodas. En verano, en un lugar como la Galería Nacional o el V&A que tienen luz natural, los sutiles cambios de sombra y color añaden aún más misterio. Ir a una galería no debería ser una obligación, y por la noche se convierte en un verdadero placer.
NOCHE
Hornear un pastel, Kim-Joy, panadera:
Depende del tipo de persona. Pero para mí, hornear es mejor por la noche porque hay menos estímulos. Hay menos interrupciones, está más oscuro y todo se siente más tranquilo y silencioso. Tener un ambiente relajado me hace sentir mucho más creativa porque mi cerebro piensa con más claridad.
Leer un libro, Damian Barr, autor y fundador de Literary Salon:
El día es para escribir, evitar los correos electrónicos y hacer como si no checaras tu Twitter. Novelas e historias cobran vida en la penumbra de la tarde. Me gusta leer a altas horas de la noche a la luz de una lámpara, pero no en la cama porque existe la tentación de dormir por muy bueno que sea el libro. Me resulta difícil leer si hay ruido, así que prefiero las horas de la madrugada. Cuanto más tranquilo está el mundo, más disfruto lo que sea que estoy leyendo.
Escuchar música, Alexis Petridis, crítico de rock y pop de The Guardian:
Hay algo en la noche que potencia la música. Hay todo tipo de teorías sobre por qué la música puede sonar mejor a esa hora del día: desde el hecho de que hay menos ruido ambiental y distracción sensorial hasta un aumento de la melatonina (que, aparentemente, mejora nuestra percepción del sonido). Para cualquiera que creció escuchando la radio en secreto o con auriculares debajo de las sábanas, quizás también haya una resonancia histórica, una potente sensación de aislamiento y enfoque: una comunicación directa entre la música y tú.
DEPENDE…
Ver una película, Peter Bradshaw, crítico de cine de The Guardian:
Hay tres franjas horarias distintas para ir al cine. Para grupos de tres o más, lo mejor es después de las 9 de la noche. Para mí, este es el momento más parlanchín: todos cenamos juntos lo más cerca posible del cine, preferiblemente en el local de al lado (odio preocuparme por el tiempo), y luego salir en tropel para una animada noche de cine después de cenar. Para dos personas en una cita, especialmente una primera cita, la mejor hora es a las 6 de la tarde para luego ir a comer algo y tener de qué hablar. Pero si vas por tu cuenta tiene que ser durante el día, preferiblemente justo después de almorzar, o tal vez incluso por la mañana, saboreando la poca gente que hay, y luego salir estremeciéndote a la luz del día.
Tener una gran cena, Tim Spector, autor y cofundador de la aplicación de nutrición Zoe:
Hemos escuchado el dicho: desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo. Pero como ocurre con muchos mitos alimentarios, esto es incorrecto. Según los datos de Zoe, en realidad no vemos ninguna diferencia entre comer por la mañana o por la noche en términos de picos de azúcar en sangre y metabolización de grasas. Cada vez más, pensamos que retrasar u omitir el desayuno podría ser bueno para el metabolismo. Animo a las personas a tener una gran comida cuando se sientan más felices haciéndolo, y si no se despiertan con hambre, intenten retrasar el desayuno para que sus microbios intestinales tengan tiempo de descansar.
Ejercitarse, Omar Mansour, entrenador personal:
Una sesión de entrenamiento por la mañana puede ser más productiva y mejorar tu estado de ánimo a lo largo del día, ya que el ejercicio libera endorfinas, esas hormonas que te hacen sentir bien. Hago ejercicios cardiovasculares de baja intensidad alrededor de las 10 de la mañana para despertar mi cuerpo y mi sistema nervioso central. Habiendo dicho eso, la energía y el rendimiento tienden a mejorar más adelante, ya que la mayoría de las personas tienen niveles más altos de testosterona a medida que avanza el día. Por lo tanto, es posible que desees hacer un entrenamiento de fuerza por la noche, alrededor de las 6 de la tarde, cuando tus hormonas están en su nivel óptimo, ya que esto puede mejorar los resultados del entrenamiento.
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