8M | Soy ferrocarrilera de corazón y éste era mi sueño: Wendy González

Desde pequeña Wendy quiso ser ferrocarrilera. Pero no fue si no hasta un par de décadas después cuando su sueño se volvió realidad y hoy se dice orgullosa de estar en una empresa ferroviaria que le abrió las puertas para cumplir esta meta.

Wendy Cristina González Ruiz, de 34 años, recuerda que desde que tenía 10 años, cuando veía trabajar a su papá como maquinista, se despertó ese interés por estar arriba y controlar un ferrocarril.

“Desde que tenía 10 años yo le decía a mi papá que quería ser ferrocarrilera. En ese momento no había tantas oportunidades para las mujeres como ahorita. Antes era una cuestión general que las mujeres no teníamos oportunidades de entrar a empresas donde hay más hombres”, cuenta Wendy a La-Lista.

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La base de la división sexual del trabajo, y de la subordinación y discriminación femenina en el ámbito laboral, estaba fundamentada en un conjunto de ideas y representaciones culturales sobre los estereotipos, los roles y las funciones que se han asignado a las personas de acuerdo con su género.

“Es a partir de estas representaciones como se atribuyen supuestas habilidades diferenciadas e innatas a las mujeres y a los hombres: las funciones de reproducción se asocian a lo femenino, que incluye el desarrollo de actividades no remuneradas y sin reconocimiento social: la limpieza de la casa, la elaboración de alimentos, el cuidado de personas enfermas o con capacidades diferentes y de adultas mayores; y las funciones de producción a lo masculino, cuyas actividades son valoradas y remuneradas, generan poder, autoridad y estatus”, señala el análisis “Las mexicanas y el trabajo”, publicado pro el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

El mismo apunta que si bien ha habido avances en diversos indicadores sociodemográficos y es cada vez mayor el interés de la mujer por desarrollar una actividad productiva, como parte de su autonomía personal y de su proyecto de vida, aún hay prácticas que las colocan en condiciones de desigualdad y menores oportunidades.

Pero si bien esta nueva realidad y sus efectos en distintos ámbitos han fomentado una mayor sensibilidad y solidaridad social frente a la discriminación y otras prácticas que ponen de manifiesto las condiciones de desigualdad en que han vivido las mujeres, “la mayoría sigue enfrentando limitaciones tanto para conciliar sus actividades y roles en el núcleo familiar como para acceder, en igualdad de condiciones que los hombres, a las oportunidades de desarrollo humano, laboral y económico; continúan integrándose al mercado laboral en un marco de desprotección, informalidad e inequidad salarial”.

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Wendy aprovechó la oportunidad cuando se presentó. Hace poco más de dos años, recuerda, Kansas City Southern de México (KCSM) lanzó una convocatoria y aplicó para un puesto operativo como similar, después de hacer el proceso de selección y saber que ya tenía el empleo, Wendy renunciió a su trabajo como vendedora en una farmacia.

“Lo dejé porque esto era lo que yo realmente quería. No he encontrado dificultades, es un trabajo que me apasiona y el ambiente es muy bueno”, cuenta Wendy sobre este trabajo que quería desde niña y en el cual cumplirá tres años en unos meses más.

Ahora está más cerca de del puesto de maquinista que tenía su papá, el cual falleció hace 5 años. Hoy es similar, un puesto que hace mancuerna con el proveedor- quien maneja las máquinas del tren- señalando las vías por las que se puede ir y avisando sobre los cambios que vienen en la misma, una especie de copiloto.

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Se sigue preparando y en dos años espera dar el siguiente paso a proveedor; y en un par de años más volverse maquinista de patio. Sabe que puede tomar más tiempo, pero la meta ya la tiene clara.

Volverse maquinista toma tiempo, agrega, dependiendo de la escuela, por ejemplo, ahorita que hay pandemia están paradas las escuelas donde nos capacitan sobre el procedimiento del tren, cómo se manejan las maquinas, para obtener una licencia federal, entre otros puntos

“Soy ferrocarrilera de corazón. Me apasiona estar en los trenes, es algo que me gusta mucho. El mensaje que quiero recordar es que todas las mujeres pueden. Podemos hacer lo que nosotras queramos. Donde una mujer pisa, puede hacer lo que quiere y lo que se propone”.