8M | Mujeres en México: mayoría y jóvenes, pero sin trabajo
Foto: AmarADestiempo / Pixabay.

Más allá de detonar situaciones adversas para las mujeres, la pandemia incrementó las tendencias ya observadas en diversos rubros que colocan a la mujer en situaciones más precarias y vulnerables que los hombre, como el desempleo, la informalidad y la falta de presencia política, entre otras.

Las mujeres son mayoría en México, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, con el 51.2% de la población total, es decir, 64 millones 540,634 mujeres; y su edad mediana nacional es de 30 años.

Mientras que el promedio de escolaridad de las mujereses de 15 años y más de 9.6 años, de acuerdo con datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi) en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

Desempleo, una secuela de la pandemia en las mujeres

Esas cifras destacan un crecimiento en la tasa de participación económica de las mujeres en la última década, al pasar de 33.3 en 2010 a 49.0 en el año pasado. Sin embargo, la crisis derivada de la pandemia provocó que millones de mujeres se quedaran sin empleo.

En la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) se muestra que alrededor de 12 millones de trabajadores salieron del mercado laboral en abril pasado, de los cuales 45% eran mujeres y que se sumaron a la población no económicamente activa.

La tasa de participación femenina en el mercado
laboral se redujo a 40.71% en, por debajo del
42.63% registrado en la crisis financiera de 2009.
Fuente: ENOE.

Los datos de enero de este año señalan que la población femenina no económicamente activa, pero disponible para trabajar (mujeres que no trabajaron ni buscaron empleo, pero que aceptarían una plaza) fue de 5.7 millones; esto es el 60% del total.

Desempleo de mujeres en América Latina
El alto nivel de desempleo en las mujeres ocurre no sólo en México, sino a nivel regional, como señaló el último “Panorama Laboral” de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el qeu se destaca que la crisis y la pandemia agudizaron las brechas de género en el campo laboral, generando un retroceso de al menos una década.

El informe apunta que la tasa de participación laboral de las mujeres en 2020 sufrió una baja histórica de 5.4 puntos porcentuales y cayó al 46.4%, es decir, 12 millones de mujeres se quedaron sin empleo en América Latina y el Caribe por la desaparición de sus empleos.

De acuerdo con la OIT, hace más de 15 años que no se registraba una tasa tan baja de participación de las mujeres en el mercado laboral.

A ritmo lento

Si bien la pérdida de empleo durante la fase inicial de la pandemia (de febrero a mayo de 2020) afectó por igual a hombres y mujeres, la recuperación ha mostrado diferencias para el sexo femenino, ya que se han reincorporado al mercado laboral de forma más lenta, destaca el estudio “La tasa de participación laboral ante el choque de Covid-19”, del Banco de México (Banxico).

El informe detalla que si bien la gradual reapertura de los sectores catalogados como no esenciales y la recuperación de la demanda externa impulsaron la recuperación del mercado laboral, para diciembre de 2020 los niveles de empleo, tanto de hombres como de mujeres, aún se encontraban por debajo de los observados en febrero de ese año; y mientras a finales del año pasado se había recuperado 81.3% de los empleos perdidos entre febrero y mayo para hombres, en las mujeres este dato era de 67.7%.

Entre las causas de que las mujeres se han reincorporado al mercado laboral de forma más lenta, el Banxico señala el cuidado del hogar y de familiares durante la pandemia, así como el el cierre de escuelas y guarderías.

Asimismo, advirtió que es preocupante ver un aumento de mujeres que reportan no estar interesadas en un empleo, aun si se les ofreciera uno.

México le tomará 60 años regresar a los niveles prepandemia
en cuanto a incorporación de mujeres en la economía,
si no se implementan políticas públicas focalizadas
IMCO

Para los dos géneros, y para todos los grupos de edad también se observa un aumento en las personas que reportan haber dejado la fuerza laboral para dedicarse, principalmente, a actividades domésticas, aunque este fenómeno es más marcado en el caso de mujeres, apunta el estudio.

“Resulta particularmente preocupante observar un aumento relativamente importante de mujeres que reportan no estar interesadas en obtener un empleo, aun si se les ofreciera uno”.

Sin empleo y sin formalidad

Por su parte, las mujeres desocupadas (sin empleo, pero disponibles y que buscaron un empleo) sumaron 970,253 en enero de 2021, con lo que la tasa de desempleo en la población femenina económicamente activa registró un 4.7%, es decir, siete décimas por encima del dato de un año previo.

Para el primer mes de este año, la proporción de mujeres sin empleo se concentró en las que tienen hasta un mes buscando trabajo, con 37.8%, cifra 9.6 puntos por debajo de la del mismo mes de 2020. Mientras que la proporción de las desocupadas en busca de trabajo mayor a tres meses fue de 26.3%, 10 puntos más que al arrancar 2020.

La tasa promedio de participación económica de las
mujeres de los países de la OCDE era de 56% en 2019.

Las posibilidades de conseguir un empleo se han presentado en el sector informal, pues mientras la población ocupada femenina perdió 194,000 plazas formales entre abril de 2020 y enero del año que corre, en ese mismo periodo se han creado 3.1 millones de puestos en la informalidad, lo que representa una caída en sus condiciones laborales, ingresos y acceso a instituciones de salud.

Por otro lado, las mujeres emprendedoras son propietarias de un tercio (36.6%) de los establecimientos micro, pequeños y medianos de manufacturas, comercio y servicios privados no financieros, y ocupan 24.7% del personal en este tipo de empresas.

Pero estos negocios representan sólo 15.2% del valor agregado censal bruto y 9.9% de las remuneraciones, pues casi todos son micronegocios (99.5%), que ocupan un máximo de dos personas (84.5%), y en su mayoría son informales (78.4%).

Las mujeres propietarias contratan más mujeres para trabajar, aproximadamente dos mujeres remuneradas por cada hombre. Además, 86.1% del personal en empresas con una mujer como propietaria, permanece empleado todo el año.

Las trabajadoras independientes participan mayoritariamente en el sector terciario (81.2%) en actividades de comercio, restaurantes y servicios diversos; no obstante, este sector ha sido de los más afectados por las medidas implementadas para contener la pandemia, particularmente por la suspensión de actividades no esenciales.

Funcionarias y directivas

Del total de la población ocupada de 25 años y más que se desempeña en puestos directivos de los sectores público, privado y social, 39% son mujeres, de acuerdo con datos del Inegi. La menor brecha de género ocurre en el grupo de edad de 25 a 44 años, en el que las mujeres que se desempeñan como funcionarias o directivas representan el 43.4%.

En el servicio público municipal, en 2010 las mujeres ocupaban el 21.6% de los puestos de alta dirección, para 2018 esa cifra había aumentado a 30.4.

En 2018, el 40.7% de las judicaturas y magistraturas en los juzgados y tribunales superiores de justicia estatales estaban a cargo de mujeres. En seis entidades federativas los juzgados y tribunales superiores de justicia estaban compuestos por 50.0% o más mujeres.

En 2019, solo 18% de las titulares de las dependencias
de la Administración Pública Federal fueron mujeres.

Por otro lado, tanto el Senado de la República como la Cámara de Diputados han transitado hacia la paridad en los últimos años; en 2018, 49.2% y 48.2% de las posiciones estaban ocupadas por mujeres, respectivamente.

En 2010 la participación de las mujeres como regidoras, síndicas o presidentas municipales de los ayuntamientos era de 25.5%, para 2018 la cifra aumentó a 44.9% del total. Considerando solo las presidencias municipales, en 2018 sólo una de cada cinco estaba a cargo de una mujer.

El reto: sumar mujeres a la economía

En su reporte “MujerEnLaEconomía: Los Beneficios Económicos de Sumar a más Trabajadoras”, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) estima que si se suman a 8.2 millones más de mexicanas al mercado laboral en los próximos 10 años, el Producto Interno Bruto puede ser 15% mayor en 2030 en comparación con el de 2020.

También señala que la inclusión laboral femenina podría sumar 1.4 puntos porcentuales de crecimiento económico al año y que aumentaría el ingreso nacional atribuible a las mujeres en 31% en los próximos 10 años, lo que equivale a 122,000 pesos anuales por cada mujer incorporada.

Luego de que las mujeres alcanzaran una tasa de participación económica de 45% en 2019, la mayor en los últimos 15 años, la pandemia las empujó a niveles de 2005 con una tasa de 41% el año pasado, destaca el estudio.

Más mujeres en el mercado laboral se traduce en libertad económica para ellas y beneficios económicos para sus familias y el país, apunta el IMCO; y advierte que no implementar una agenda sustantiva y real para la igualdad, así como mantener la tendencia actual, México tardaría casi 60 años en alcanzar la tasa de participación económica promedio de los países de la OCDE.

Para lograrlo, el IMCO propone los siguientes puntos:

  • Invertir en un sistema universal de cuidados, empezando por uno que se enfoque en el cuidado y desarrollo infantil.
  • Cambiar los permisos de paternidad por licencias de cinco días intransferibles, obligatorias y financiadas por el IMSS o el ISSSTE.
  • Incentivar la certificación de las empresas con la norma 025 en Igualdad Laboral y No Discriminación.
  • Impulsar créditos fiscales a las pymes que contraten a mujeres que regresan al mercado laboral después de un embarazo o cuidado de familiares.
  • Fomentar inversiones responsables enfocadas en mejorar las condiciones laborales de las mujeres.
  • Transparentar las políticas de inclusión y representación de las mujeres en las empresas mexicanas.

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