Las partículas de plástico pasan de madres a fetos, demuestra un estudio con ratas
La contaminación por microplásticos ha llegado a todas las partes del planeta, desde la cima del monte Everest hasta los océanos más profundos. Fotografía: a-ts / Alamy Stock Photo

Pequeñas partículas de plásticos en las ratas preñadas pasan rápidamente a los corazones, cerebros y otros órganos de sus fetos, revela un estudio. Este es el primer estudio en un mamífero vivo que demuestra que la placenta no detiene ese tipo de partículas.

Los experimentos también demostraron que los fetos de ratas expuestos a las partículas reducen el peso del producto hacia el final de la gestación. La investigación se da después de que en diciembre se publicó otro estudio que revela que se encontraron pequeñas partículas plásticas en la placenta humana, lo cual, consideran los científicos, es un “asunto de gran preocupación”. En estudios anteriores de laboratorio, en placentas humanas donadas por las madres después de un nacimiento, también se encontraron partículas de poliestireno que atravesaron la barrera de la placenta.

La contaminación de microplásticos se encuentra en todos los rincones del planeta, desde la cumbre del Monte Everest hasta los océanos más profundos, y se sabe que la gente consume pequeñas partículas por medio de los alimentos y el agua, y los respiran.

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No se conoce todavía el impacto que tienen en la salud las pequeñas partículas de plástico en el cuerpo, pero los científicos dicen que es urgente estudiar el asunto, especialmente en fetos en desarrollo y en bebés, ya que los plásticos pueden acarrear químicos y provocar daños a largo plazo.

La profesora Phoebe Stapleton, de Rutgers University, quien llevó a cabo el estudio en ratas, dijo: “Encontramos nanopartículas de plástico por todas partes, en los tejidos maternos, en la placenta y en los tejidos del feto. Las encontramos en el corazón del feto, en el cerebro, en los pulmones, en el hígado y en los riñones”.

Dunzhu Li, de Trinity College Dublin, en Irlanda, que no participa en el estudio, dijo: “Este estudio es muy importante porque prueba el potencial de la transportación de partículas plásticas durante el embarazo de mamíferos y esto puede haber estado sucediendo desde el inicio de la vida humana. Las partículas se encontraron en todo el feto y también pueden atravesar la barrera del cerebro para la sangre. Esto es muy impactante”.

El profesor John Boland, también del Trinity College, dijo. “Sin embargo, es importante no sobreinterpretar estos resultados. Las nanopartículas que se usan son de forma casi esférica, mientras que los microplásticos reales tienen formas irregulares, como hojuelas. La forma es importante ya que dicta el comportamiento de las partículas con el medio ambiente”. En octubre, Li, Bolsnf y otros colegas demostraron que los bebés que toman fórmula en biberones de plástico se tragan millones de partículas al día”.

El estudio de las ratas se publicó en la revista Particle and Fibre Toxicology. Se realizó mediante la colocación de nanopartículas en la tráquea de los animales. Stapleton dice que el número de partículas estimado era el equivalente al 60% del número al que una mujer estaría expuesto en un día, aunque la opinión de Li es que este cálculo es demasiado alto.

Las piezas de plástico de 20 nanómetros estaban hechas de poliestireno, que es uno de los cinco plásticos que más se encuentran en el ambiente, dijo Stapleton. Tenían una marca fluorescente para poder identificarlos. Un experimento diferente demostró que las nanopartículas cruzaban la placenta 90 minutos después de la exposición de la madre.

Veinticuatro horas después de la exposición, el peso de los fetos era en promedio 7% menos que en los animales de control, y el peso de las placentas 8% menor. La pérdida de peso se vio también en otros experimentos con partículas de dióxido de titanio. Las ratas fueron expuestas a las nanopartículas de plástico el día 19 de la gestación, dos días antes de la fecha de nacimiento y cuando el feto debería estar subiendo de peso al máximo”.

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“Nuestra teoría de trabajo es que algo cambia en la vascularidad materna, se reduce el flujo de la sangre, que a su vez se convierte en una reducción de nutrientes y de oxígeno”, dijo Stapleton.

Dijo que se necesitan hacer más estudios. “Este trabajo responde algunas preguntas y provoca otras. Ahora sabemos que las partículas pueden cruzar el compartimento fetal, pero no sabemos si se alojan allí o si el cuerpo las detiene allí para que la toxicidad no aumente”.

Stapleton dijo que las nanopartículas que se utilizaron  en su estudio eran un millón de veces más pequeñas que los microplásticos que se encontraron en placentas humanas y, por tanto, más difíciles de identificar en estudios humanos. “Pero sabemos que las nanopartículas tienen mayor toxicidad que las micropartículas de la misma sustancia química, ya que las partículas más pequeñas llegan a más profundidad en los pulmones”.

El siguiente paso para los investigadores es colocar a las ratas en una “cámara de inhalación”, para que las partículas entren por medio de la respiración y no tengan que colocarse en la tráquea. Esto también permite observar la exposición prolongada, en la que se dan dosis menores durante períodos más largos, en lugar de una sola dosis.

Estudios previos en ratas demuestran que las nanopartículas de plata y carbón pasan de la madre al feto y dañan la salud. En los humanos, cuando se respiraron nanopartículas de oro, se encontraron después en la sangre de los voluntarios, y seguían allí después de tres meses.

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