Fotogalería | El duelo por el Covid cuelga en las paredes de la Basílica de Guadalupe

Fotos: Daniel Hernández/La-Lista

Dos de las ideas que más se repiten en las hojas de papel de unos 2 por 4 centímetros que cuelgan en el memorial a los fallecidos por Covid-19 de la Basílica de Guadalupe son “descanso” y “te extraño”. La primera es un deseo para los que se fueron. La segunda, lo que les dejaron a los que aún están.

“La gente tiene la necesidad de venir porque busca el consuelo de la Virgen de Guadalupe”, explica a La-Lista, el sacerdote Enrique López García, segundo sacristán de la Basílica. “Esa paz la van consiguiendo a través de la oración y la van viviendo en su interior”.

El memorial se instaló a finales de febrero, justo detrás de la escultura del papa San Juan Pablo II. En la entrada, una lona blanca cubre una pequeña tienda donde venden las veladoras y las hojas para los que quieran depositan ahí su duelo.

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El espacio tiene forma de U cuadrada. En las paredes de los costados hay unos hilos de los que cuelgan las hojitas. Hay más de 4,000. Al centro, cuatro escaleras de cinco escalones forman un pequeño altar con velas. En la pared del fondo, más veladoras, algún ramo de flores, recordatorios y fotos colgadas con cabello de los fallecidos.

En México, la mediana de edad de fallecimientos por Covid son 57 años. En los datos de la Secretaría de Salud, se observa que las defunciones se disparan a partir de los 65 años de edad. Pero en las imágenes del memorial, no importan los datos. 

Una instantánea de pareja en sus treintas, vestidos de blanco, ella con una corona de flores en la cabeza, sosteniendo las letras L, V E para formar la palabra love, cuya O es la pancita de embarazada de ella. Una foto de carnet de un joven en sus 20, con el fondo azul y una playera negra con el símbolo Nike. Otra de una persona mayor, con el pelo recogido para atrás, lentes rectangulares a medio ojo, suéter azul, fondo negro y mirada al frente, seria. 

“Para los difuntos de la Familia

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• Santacruz
• Gutierrez
• Garibay

Y por los amigos que murieron en esta pandemia, que los tengas en tu gloria”, reza una de las hojitas colgantes del memorial.

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Aunque no todas las oraciones y veladoras son para los que se fueron. Magdalena y Julio Morales son dos hermanos que acuden a agradecer a la Virgen que librara a él del Covid. Vienen del estado de Guerrero y a ella aún se le nublan los ojos cuando explica el motivo de la visita a la Basílica. “Es una oportunidad de vida más que me dio la Virgen”, asegura él.

La Basílica sólo estuvo cerrada durante los meses de confinamiento de 2020, aunque las misas siguieron retransmitiéndose por varias plataforma, incluyendo sus redes sociales. Cada día, a mediodía, también puede seguirse en vivo la oración que hace un sacerdote para pedir “descanso eterno” y “paz perpetua” a los difuntos por Covid, desde el memorial.

El templo es un ir y venir de gente de todos lados. Una joven de 37 años, Carina Delgado, emigró a Los Ángeles cuando tenía 13 y en esta ocasión viajó expresamente a la capital de México para visitar la Basílica. Explica que, de niña, su mamá le colgó una medalla de la Virgen y ella la agarraba cada vez que sentía miedo. Algunos se encontraron por casualidad en el memorial y después de sacarse una foto junto a la escultura de San Juan Pablo II, aprovechan para prenderle una vela.

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El sacerdote explica que además de acompañamiento espiritual, la Basílica ofrece el apoyo de psicólogos a los que acuden a ellos para pasar el duelo. “Es cuestión de ir reconociendo que somos limitados y por eso llegan momentos de enfermedad. Hoy en día no queremos sufrir”, explica el sacerdote. 

Por cifras oficiales, México es el tercer país con más muertos acumulados a lo largo de esta pandemia, con 205,598, aunque en un reporte sobre el exceso de mortalidad, la Secretaría de Salud reconoció la semana pasada que la cifra real podía ser por lo menos un 60% mayor. Ello colocaría a México por encima de Brasil en cuanto a la cifra de fallecidos y solo por debajo de Estados Unidos. 

Ante la búsqueda de respuestas a “por qué a mí”, “por qué esta pandemia”, el sacerdote Enrique dice que puede tratarse de un toque de alerta del más allá.

“A veces son consecuencias de los malos actos (de los seres humanos), de nuestros egoísmos”, dice. “A veces Dios permite este tipo de crisis para regresar a él y cambiar nuestra actitud, ser mas humanos y mas sensibles ante el dolor y sufrimiento”.

El memorial se mantendrá mientras la cifra de muertos siga creciendo.

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