Van Gogh pagó por el cuidado de su hermana enferma décadas después de su muerte
Detalle de la memoria del jardín de Etten , 1888, de Vincent van Gogh. Fotografía: Museo Estatal del Hermitage, San Petersburgo

Vincent van Gogh nunca tuvo dinero y su vida trágica terminó en suicidio poco después de una temporada en un hospital para enfermos mentales. Sin embargo, los cuadros que regaló a su hermana se vendieron para pagar sus tratamientos en un hospital psiquiátrico y pagaron tanto dinero por ellos que se pudieron cubrir años de tratamiento, se lee en las cartas que se publicaron en un nuevo libro.

Willemien, la menor de las tres hermanas de Van Gogh, compartía su amor por el arte y la literatura y, al igual que él, tuvo que luchar con su enfermedad mental. Van Gogh fue internado en un asilo después de que se cortó un pedazo de oreja y se lo dio a una prostituta en un ataque de locura, su hermana estuvo internada en un hospital durante casi 40 años hasta su muerte en 1941.

En 1909, la hermana mayor, Anna, escribió que vendió un retrato que Vincent le había regalado a Willemien, lo que le permitió pagar los gastos médicos; “Recuerdo cuando Vincent le dio el cuadro a Wil, pero ¡qué cosa! ¿Quién hubiera pensado que Vincent contribuiría a mantener a Wil de esta forma?”

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Anna, había trabajado como asistente de maestra en Inglaterra, y le escribía a Jo Bonger, la esposa del hermano de Van Gogh, Theo, quien era corredor de arte y siempre creyó en el talento de Vincent cuando los demás no.

Después de 1905, cuando se presentó una exhibición de Van Gogh en el Stedelijk Museum de Amsterdam, sus pinturas ya tenían cierto éxito.

En una carta de 1909, Anna hablaba de vender pinturas: “Theo siempre dijo que eso pasaría, pero ¡cómo han cambiado las cosas! ¡qué resultados tan sorprendentes!

También escribió sobre la vacía existencia de Willemien en el asilo: “El único libro que a veces lee es  Aurora Leigh, de Elizabeth Barrett Browning, y el resto del tiempo sólo se sienta y cose para las enfermeras. En las mañanas, se sienta en el porche para alimentar a las aves, y si una enfermera trata de llevarla a caminar al jardín, se niega”.

Anna escribió de comprarle unas “zapatillas de piel suave” para consolarla: “He probado con todo tipo de cosas y sigo esperando que algo le interese”. Pero la condición de su hermana empeoró con los años.

Esta es una de las cientos de cartas no publicadas de las hermanas, sus amigas y los miembros de la familia que se incluyen en un libro llamado The Van Gogh Sisters, que nos da una idea de la tragedia y la agitación de sus vidas.

El historiador de arte holandés Willem-Jan Verlidenautor es el autor del libro que se publicará en abril en la editorial Thames & Hudson, después de la editorial en holandés. “Las cartas sólo están en holandés así es que nunca han estado disponibles… y no en inglés.

Las hermanas Van Gogh tuvieron que vender sus pinturas para vivir. Mientras más famoso se volvía, los precios de sus pinturas aumentaron y así, de alguna manera, estaba ayudando a sus hermanas, mucho tiempo después de su fallecimiento”.

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Las cartas se encuentran en los archivos del Museo de Van Gogh en Amsterdam. Hans Luijten, el investigador encargado y autor de la próxima biografía, All for Vincent, dijo: “Son una mina de oro, las observaciones son maravillosas. Quiero hacer de lo que los miembros de la familia piensan de Vincent. Son tan interesantes. Una por una, intentamos publicarlas en un futuro cercano.”

Otros materiales incluyen la correspondencia de la amiga de Willemien, Margaretha Meijboom, cuyo hermano tenía también una historia de problemas de salud mental. Cuando llegaron las noticias de que Van Gogh se había cortado la oreja y terminado en el asilo, ella consoló a Willemien con una carta con fecha del 1888: “Ese pobre hombre, qué terrible, qué enfermo, quiero decir, de esa forma, y además de eso, tan lejos. Entiendo lo que sientes a la perfección. Estar en un sanatorio suena terrible, pero ¿sabías que los expertos recomiendan no posponer mucho eso? Los pacientes sufren menos porque reciben el tratamiento correcto”.

Y continúa: “¡Qué bendición que no estaba solo, que tenía ayuda! ¿Quién te va a avisar ahora de lo que sucede? ¿Paul (Gauguin), o el doctor del asilo?

El 27 de julio de 1890, Van Gogh se disparó en el pecho con una pistola. Theo se apresuró a llegar de París a Auvers y estuvo presente cuando su hermano murió a causa de sus heridas el 29 de julio.

Willemein también terminó en un asilo en 1902. Verlinden se pregunta si sus problemas mentales se podrían controlar en la actualidad con medicina: “En ese entonces, eso quería decir que tenías que ir al asilo. Estuvo allí la mitad de su vida. Eso es muy triste. Lo hermoso es que tenía 17 cuadros que Vincent le hizo a ella y a su madre y la venta de ellos sirvió para su manutención”.

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