La primera fábrica del mundo renace como un museo del hacer

En más de tres siglos, la devastó el fuego y las demoliciones. Pero ahora la primera fábrica del mundo se levantará de las cenizas de su viejo ser, como una nueva catedral para el movimiento de los fabricantes. 

Entre un gran interés por crear y arreglar cosas, el Museo de la Fabricación de Derby, que abre esta primavera, se lanza en un momento prometedor. 

“Mira lo populares que son los programas de televisión como The Repair Shop”, dijo Tony Butler, el director ejecutivo de Derby Museums. “Fabricar resuena con el público”. 

El movimiento de los fabricantes es una subcultura que acepta y celebra el acto físico de crear algo. Al tomar prestado de actividades tradicionales como carpintería, diseño textil y metalistería, hay un gran énfasis para darle otro uso a objetos existentes y encontrar diversión y satisfacción en el acto de creación. 

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Junta el gran interés en la fabricación con el deseo del Reino Unido de comprender su nuevo rol post Brexit en el mundo mientras lidia con su pasado colonizador y la crisis climática, puede transpirar que el museo no es la atracción que el país no sabía que necesitaba ahora. 

“Tratamos de impulsar la idea de que cada joven puede ser un fabricante”, dijo Butler. “A los retos a los que nos enfrentamos en el Siglo XXI, cosas como el cambio climático y pérdidas ambientales, los mitigan la tecnología, ingeniería e ingenuidad, y esos son los tipos de fabricantes que necesitamos en el futuro”. 

El museo está en el centro de Derby en el sitio de una fábrica de seda que abrió en 1721 y su afirmación de que es la primera fábrica en el mundo recae en el hecho de que es la primera fábrica completamente mecanizada con energía suministrada de una sola fuente. 

Con un financiamiento de 18 millones de libras de la lotería del Reino Unido, agencias de desarrollo local y el Consejo de las Artes, hay esperanza de que el museo, ubicado en la Fábrica Derwent Valley Patrimonio Cultural de la Humanidad UNESCO, demostrará cómo atraer a la gente de regreso a los centros de las ciudades en un mundo post Covid. 

Aquellos detrás del museo dicen que hubo consultas extensivas con la comunidad local, con su retroalimentación que ayudó a conformar su diseño. Los voluntarios incluso limpiaron 11,000 ladrillos de la fábrica original para reutilizar en el nuevo edificio. 

“El sitio cambió desde que la primera fábrica se quemó”, explicó Hannah Fox, la directora de proyectos y programas del museo. “Partes de ella cayeron y hubieron desastres mayores en los 300 años de su vida, pero cada vez que algo pasaba la ciudad la reconstruía porque era muy importante”. 

Bauman Lyon Architects diseñó el nuevo edificio, retiene la torre italiana de la fábrica original, sus arcos y sus entradas de hierro, pero en palabras de Fox será “un tipo de mezcla de muchas épocas diferentes”. 

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“Lo redefinimos para lo que se necesita en este momento, y eso es un lugar que realmente cuente una historia e inspire a la gente a verse como fabricantes”, dijo Fox. 

Butler explicó que una “cultura entera” emergió del movimiento mundial de fabricantes. “No solo son tipos con barbas en sus cobertizos en Shoreditch arreglando bicicletas viejas. Esta cultura de fabricar resuena con alguien, aunque este en San Francisco o Londres o Derby”. 

Él dijo que el nuevo museo explorará los vínculos entre la primera encarnación de la fábrica y el Derby de hoy, hogar de algunos como Rolls-Royce y Toyota. Pero también confrontará la relación entre la revolución industrial y los problemas de hoy, como el legado devastador de los combustibles fósiles y la dependencia de la industria textil en la esclavitud. 

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“La perspectiva general, dominante, de la revolución industrial en Gran Bretaña es aquella de la narrativa del ‘gran hombre’”, dijo Butler. “Está esta idea de que la revolución industrial fue única del excepcionalismo británico. Queremos reconocer que la innovación se maneja por revelaciones individuales y genialidad, pero la revolución también dependió de, en el caso del sistema de las fábricas, un suministro de trabajadores listos y materias primas”. 

Casi todos los 30,000 estarán en exhibición. “Muchos museos tienen la mayor parte de sus colecciones almacenada pero este museo tendrá casi todo disponible al público”, dijo Fox. “Van desde un motor enorme que donó Rolls Royce hasta un fantástico motor pequeño que trabaja con un solo cabello humano que se expuso en la Feria Mundial de Chicago en los treintas”. 

El museo también le retribuirá a las raíces manufactureras de la fábrica original al hacer fabricar cosas. Incluirán aparadores que se construirán en el sitio y se venderán a otros museos. “Será un espacio entero para un taller para que negocios nuevos hagan prototipos y manufacturen cosas que quieran vender”, dijo Fox. “Es un lugar para fabricar en todos los sentidos”. 

Un museo anterior en el sitio cerró a mitad de la primera década de 2000. “Los números de visitantes bajaban”, explicó Butler. “Tuvo que ver con la forma en la que la narrativa se compartió como si fuera algo inherente del pasado. Significó que cada vez menos visitaban el museo. Era casi como una oda a una era industrial perdida. Lo que tratamos de hacer con este museo es volverlo contemporáneo y relevante para todos los tipos de trabajos que se hacen ahora”.