Jorge F. Hernández: Macho es el que acusa a los demás de misoginia
Imagen del escritor Jorge F. Hernández en la FIL Guadalajara 2013. Foto: FIL Guadalajara / Fotógrafa Paola Villanueva Bidault

Luego de 27 llamadas del director de diplomacia cultural, Enrique Márquez, Jorge F. Hernández recibió el sábado la noticia de que había sido cesado como agregado cultural en la Embajada de México en España, aunque fue hasta el martes que se hizo oficial la decisión.

Fue esa medianoche en Madrid, tarde en la Ciudad de México, cuando el autor de La emperatriz de Lavapiés dio a conocer a través de su cuenta de Twitter que había sido separado como ministro para Asuntos Culturales de la Embajada de México en España, decisión que de inmediato se comenzó a asociar con un artículo que publicó en Milenio en el que hizo una dura crítica a Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), sobre un comentario respecto de la lectura hecha con un fin de goce.

Jorge F. Hernández, con su pluma como lanza y seguidores, amistades y compañía cual adarga, siguió informando en torno a su caso, con comunicados signados por el doctor Márquez y en los que había erratas como señalar que el mexicano trabajó en la Embajada de España, o bien eliminando una palabra en el porqué del cese.

Continuando con la presión en torno a que el verdadero motivo detrás del despido del escritor fue su crítica al director general de Materiales Educativos de la SEP, Enrique Márquez, en su cuenta personal, publicó un “alcance” en el que agregó que Jorge F. Hernández se refirió “en términos muy ofensivos y misóginos” a su jefa, aunque con el segundo apellido equivocado de la embajadora María Carmen Oñate Muñoz, con quien el narrador, dice, tomaba un café cuando leía ese reporte.

En entrevista para La-Lista, el autor de Réquiem para un ángel y Un bosque flotante, habla sobre la notificación de su cese, el cual, según en la finalización de su contrato, fue por “término de comisión” y no por los “términos muy ofensivos y misóginos” de los que se le acusó.

La-Lista (L-L): ¿Cómo y cuándo le notificaron de su cese como agregado cultural?

Jorge F. Hernández (JFH): El director de diplomacia cultural me notificó el sábado en una llamada de WhastApp, luego de 27 llamadas donde no terminaba de decir si me quería decir algo. Cuando me dijo, aseguró que la decisión ya estaba tomada desde el viernes, con lo cual me daban ganas de decir ‘eso me lo hubiera dicho desde la primera llamada’, pero todo era falso porque en realidad oficialmente fui cesado el martes 10 de agosto. En la finalización de mi contrato consta que fue por fin del encargo de la comisión que yo ejercía.

L-L: ¿Se manejó lo de las actitudes misóginas?

JFH: Por supuesto que no, por lo visto eso fue a título personal (de Enrique Márquez) en un ridículo documento que se llamó alcance, que es un título o fórmula que no se usa desde el Porfiriato. En el alcance, el doctor Márquez mintió diciendo que yo había dicho cosas muy agresivas y misóginas en contra de la embajadora María Carmen Oñate, escribiendo mal el nombre de ella, le cambió el apellido, y además señalando que yo había trabajado en la embajada de España, cuando no lo he hecho, yo trabajé en la Embajada de México en España.

Ese párrafo lo leímos juntos la embajadora y yo, estaba con ella en su residencia tomando un café y no dábamos crédito de que un hombre, un macho, tome a una mujer como burladero o pretexto para tratar de justificar un cese que no está debidamente explicado.

L-L: ¿Desde este anuncio ha estado en contacto con la embajadora?

JFH: Por supuesto, ayer (martes) todavía fui a la embajada a firmar la finalización de mi contrato. Con la embajadora tengo una extraordinaria relación porque ella me apoyó en todo lo que hicimos en el instituto cultural, que es la mejor cara de México ante España en esta época tan complicada de la relación bilateral.

La mejor cara es la cultura, lo mejor que tenemos para presumir ante el mundo a contrapelo de los narcos y de tanta sangre y muertos, son los escritores, los pintores, los escultores, los jóvenes creadores, entonces ella y yo tenemos una relación más sana porque ya solo somos amigos.

L-L: En este momento que es clave por la conmemoración del encuentro de dos mundos y que tomen estas actitudes de censura es un completo atropello…

JFH: Es que eso tampoco está claro y quiero decir que, por ejemplo, resultamos lastimados en primer lugar la embajadora, porque no se le tomó en consideración para cesarme, tampoco para usarla de pretexto; salió golpeada la Secretaría de Relaciones Exteriores, que en términos oficiales a mí me cesó por fin del encargo, pero incluso toda la confusión que generó el director de diplomacia cultural llegó a golpear al Presidente de la República y a doña Beatriz Gutiérrez Müller, porque queda muy dudoso el tema de que esto también tiene que ver con lo que publiqué el jueves pasado, un artículo en contra de Marx Arriaga, y lo seguiré haciendo.

L-L: Es el placer de la lectura lo que a muchos nos permite escapar de esta violencia…

JFH: Es lo que he estado haciendo y ahora ya solamente soy lector y escritor, y hago mis dibujitos. Por ahí seguiré. También creo que voy a tratar de partir una lanza siempre que se pueda y cuando nos toque revisar la labor del señor Marx Arriaga al frente de los libros de texto, porque el adoctrinamiento acartonado y muy ideologizado es lo que realmente contiene el discurso de ese señor.

L-L: Hablando de esta ideologización, ¿cuál es el estado de la libertad de expresión donde se censura a las voces críticas e intelectuales?

JFH: Eso es lo que está sobre la mesa y en la mente de mucha gente, tenemos que sentarnos a platicar y dialogar. Lo primero que quiero decir es que yo no estaré de acuerdo con Marx Arriaga, pero defenderé hasta la muerte su derecho de opinar libremente y de disentir conmigo. En ese sentido lo que quiero es que todo mundo tenga un libro en la mano y que se enteren que tenemos voz propia, sentido común y una opinión que se tiene que respetar.

L-L: Enrique Márquez lo invitó a colaborar como agregado cultural, ¿cierto?

JFH: Sí y él mismo fue quien me cesó y ha declarado que es porque me perdió la confianza. En ningún momento me mostró desconfianza en llamarme y en buenos términos decirme que había decidido cesarme. Incluso a mí me dijo que no había sido decisión de él, lo cual es mentira, y lo es si además está argumentando que me cesó él por falta de confianza. Él es el que generó todo este marasmo y yo ya quiero dejarlo atrás, dedicarme a ver a qué.

L-L: Ante las difamaciones que le están haciendo, ¿piensa demandar?

JFH: Son cosas que tendré que pensar porque yo no soy muy afecto a entrar en controversias y quiero mantener la sobriedad y serenidad por encima de todo.

L-L: ¿Cuál es su pensamiento respecto al machismo que hay en la actualidad?

JFH: Es penoso porque es muy engañoso. El macho es el que utiliza a una mujer sin consultarla como pretexto, como burladero; el macho es el que acusa a los demás de misoginia; mi caso que él atribuye a una sobremesa, fue en una comida donde estaba yo con mi esposa y mis mejores amigas. A todas las mujeres que me han apoyado en las redes, les agradezco que hacen constar que jamás he permitido que se haga el mínimo comentario misógino en mi presencia.

L-L: ¿Querer obligar a los intelectuales a aprobar una serie de pensamientos es volver a los viejos tiempos?

JFH: Parece, pero no. Hay países donde todavía se ejerce, como en Corea del Norte. Ya hemos pasado por eso en México y mi generación ayudó a romper el cascarón del autoritarismo, del sectarismo y de la ideologización obligatoria, pero hay personas que todavía quieren tablas gimnásticas, grandes monumentos y fanfarrias cívicas. Que hagan lo que quieran, pero que no nos impongan esos patrones.

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