México traza otros futuros en la Bienal de Venecia con <i>Hasta que los cantos broten</i>
"Hasta que los cantos broten" es la propuesta de México para la edición 59 de la Bienal de Venecia. Foto: Twitter

Estamos a unas semanas para que dé inicio la 59 Exposición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia. México participará con Hasta que los cantos broten, un pabellón sobre la posibilidad de contar con un futuro diferente al que trazamos en la actualidad.

Desde 1895 este encuentro se realiza cada dos años. La primera vez que México participó fue en 1950, pero con esta sería la octava ocasión continua en la que participan creadores nacionales en esta exposición internacional.

Mariana Munguía, coordinadora nacional de Artes Visuales, afirmó en conferencia de prensa que el tema de este año de la Exposición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia gira en torno a la situación en que vivimos, lo cual toma mayor importancia ante la supervivencia de la humanidad.

Hasta que los cantos broten contó con la curaduría de Catalina Lozano y Mauricio Marcin. La especialista aseguró que se tuvo la suerte de que el proyecto de México se seleccionara en un tiempo convulso porque busca la exploración de nuevos paradigmas, ahondar en los procesos de colonización y generar tensiones con las realidades existentes en el territorio nacional.

“Los artistas se interesan por epistemologías que se alejan del pensamiento hegemónico y que aportan a la construcción del conocimiento de forma histórica y que son conocimientos borrados o suprimidos dentro de la construcción del Estado-Nación”, aseguró Lozano.

Hay otros futuros posibles que no sean los del racismo, el extractivismo y otros problemas que siguen abundando en el mundo. Creemos el pabellón de México puede proponer esas imágenes en un panorama internacional como es el de la Bienal de Venecia”, añadió.

El pabellón contará con el arte de Mariana Castillo Deball, Fernando Palma Rodríguez, Naomi Rincón Gallardo y Santiago Borja Charles, cada uno planteando una propia inquietud y temática que va desde los problemas sociales hasta sus inquietudes personales.

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Los artistas Mariana Castillo Deball, Fernando Palma Rodríguez, Naomi Rincón Gallardo y Santiago Borja Charles. Foto: Cortesía Secretaría de Cultura

Castillo creó para el pabellón de México en la Bienal de Venecia un piso que consiste en un calendario que se colapsó y que perdió la ruta en el sentido en que todos los símbolos se están cayendo y tiene que ver con las transformaciones.

En el caso de Naomi Rincón se trata de un audiovisual llamado Soneto de alimañas, investigación sobre la creación de inframundos en México y Mesoamérica. La reflexión a la que invita es a ver los proyectos extractivistas que destroza las hábitats de las especies.

Caminar con los muertos se ha vuelto un proceso y tarea colectiva importante para seguir trayendo nombres y recordándolos”, opinó Naomi Rincón.

El artista Fernando Palma presentará un proyecto en el que a través de 43 motores se activarán la misma cantidad de vestidos infantiles, una readaptación de un trabajo que se presentó en León.

“A mí lo que me motiva de participar en este reencuentro es poder tener la palabra para expresar el paisaje que percibo en México. Cualquiera puede testificar que es hermoso, pero a pesar de eso es siniestro por los feminicidios y la cantidad de vestidos hacen referencia a los estudiantes de Ayotzinapa. Para mí es una analogía y forma de mostrar las realidades que se viven en Milpa Alta“, indicó el artista.

En lo que corresponde a Santiago Borja, el artista explicó que presentará en el pabellón de México en la Bienal de Venecia un proyecto que desarrolló en una comunidad del municipio de Chamula, Chiapas, junto a 11 tejedoras del Camino de Los Altos, asociación que agrupa a más de 130 tejedoras de diferentes comunidades.

“Por un lado tenemos lo que heredamos, el patrimonio cultural, pero también eso es hasta cierto punto una abstracción que se ve materializada por personas con una experiencia de vida y que tienen una manera de entender las cosas”, señaló.

Para la participación de nuestro país en este encuentro internacional, uno de los más importantes en el mundo del arte, la Secretaría de Cultura detalló que bajó el presupuesto, pero sin especificar la cifra. Sostuvo que en la edición anterior fue de 12 millones de pesos.

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