Huamantla rompe récord con alfombra de aserrín
La alfombra mide casi 4 kilómetros. Foto: EFE / Hilda Ríos

Una alfombra de aserrín de 3 mil 932 metros rompió el récord Guinness del tapete más largo del mundo de este tipo en Huamantla, Tlaxcala, donde participaron 240 artesanos con 80 toneladas de aserrín multicolor.

El hito se consiguió durante la madrugada, cuando las calles de Huamantla se convirtieron en lienzos para que artesanos expresaran su arte como parte de las festividades en honor a la virgen de la Caridad del 14 y 15 de agosto, conocidas también como la Noche que nadie duerme.

El acto consiste en un arte efímero de alfombras de aserrín y flores que lucen desde 3 a 19 colores, que se planean desde casi un año y que pueden verse tanto la noche del domingo como el lunes, además de una procesión de más de seis horas con la imagen de la Virgen de la Caridad. El récord superó al impuesto en Guatemala, que mantuvo el puesto por varios años con una alfombra de 2 mil 319 metros.

“Estamos muy contentos por volver a ver los tapetes de nuevo en nuestras calles para alegrar la ciudad y dar vida a la tradición de Huamantla”, aseguró María Beatriz Romero González, quien a sus 28 años de edad participó por primera vez en la colocación de las alfombras, un evento suspendido dos años por el Covid-19.

El artesano Jaime Servín Altamirano compartió que desde los 7 años de edad apoyaba a su padre a colocar tapetes en la ciudad, donde aprendió a combinar colores, diseñar imágenes para plasmarlas en moldes elaborados con cartón y entonces colocarlas en un arco de madera.

Expuso que en la antigüedad los fieles solo arrojaban flores o pétalos al paso de la Virgen, pero desde hace aproximadamente 70 años se comenzó con la tradicional colocación de tapetes, que han sido mejorados al paso de los años con diversas técnicas, pero sin dejar lo artesanal.

“Antes los tapetes solo llevaban 3 colores ahora podemos combinar hasta 19 colores en uno solo. Con esto damos gracias a la Virgen y a Dios por los favores concedidos y un año más de vida, por lo que para mí es una alegría y un orgullo participar con fe en esta celebración”, dijo.

La artesana Inés Vinicio García se siente orgullosa de ayudar con sus manos a la creación de este arte efímero que ha caracterizado al pueblo. Enunció que preparan materiales como cartón, aserrín pintado de varios colores con anticipación y coladores elaborados con latas perforadas para distribuir el material básico encima del molde y dar forma a los tapetes, que tienen más de 1.5 metros de ancho y pueden rebasar los 5 metros de largo.

“Es lo más maravilloso del mundo que hay”, expresó Bienve, visitante de origen español tras recorrer más de 40 calles que participan en la celebración.

“Lo que hemos visto nos parece espectacular, porque algo que parece ser tan sencillo es una labor de horas y de la participación de mucha gente”, coincidió Aurelia Arroyo, visitante poblana.

La festividad fue un impulso para los turistas como Estefanía, una joven que tenía muchos años intentando conocer esta tradición.

“Yo quiero saber por qué se realiza esta tradición, qué motiva a la gente a salir a las calles, adornarlas y ponerles muchos colores y alegría, por eso vengo a disfrutar de esta ‘noche que nadie duerme'”, comentó.

Con información de EFE

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