Investigador descubre documento falso atribuido a Galileo
El documento, atribuido durante décadas a Galileo, en realidad es una falsificación de 1930. Foto: Cortesía Universidad de Michigan

Gracias a su pericia y a su “sentido arácnido”, el investigador Nick Wilding descubrió que una de las joyas de la biblioteca de la Universidad de Michigan, un manuscrito atribuido a Galileo Galilei, era falsa.

El texto, que contendría la información sobre la observación de Galileo de las lunas de Júpiter, la primera evidencia de cuerpos celestes que orbitan en torno a otros planetas lo que, a la postre, terminaría con las teorías que proponían que el universo giraba en torno a la Tierra.

“Algunas cosas sobre el texto me saltaron. Se supone que son dos distintos documentos que están en una sola hoja de papel, ¿por qué todo es exactamente del mismo tono café?”, señaló Wilding en declaraciones a The New York Times.

El presunto texto de Galileo le fue legado a la Universidad de Michigan por Tracy McGregor, un magnate de Detroit, tras su muerte, en 1938. Cuatro años antes, McGregor había adquirido la pieza en una subasta, pero la autenticación del tratado ocurrió en 1931, cuando un cardenal de Pisa, Italia, lo entregó en propia mano a Tobia Nicotra, famoso por las falsificaciones que realizó en Milán.

“Tan pronto como escuché la palabra Nicotra, saltó mi sentido arácnido”, bromeó Wilding.

Tobia Nicotra fue responsable de múltiples falsificaciones a principios del siglo pasado. De hecho, se conoce que por lo menos replicó tres documentos atribuidos a Galileo, incluidos los dos empleados para dotar de autenticidad al manuscrito ostentado por la Universidad de Michigan. Tras ser encontrado culpable, en 1934, Nicotra fue condenado a solo dos años de prisión.

No es la primera vez que Wilding, historiador y profesor de la Universidad de Georgia, hace un descubrimiento de este tipo. En 2012, Wilding localizó otra de las falsificaciones de Nicotra en la colección de la Biblioteca Morgan de Nueva York.

Uno de los factores importantes en este descubrimiento fue un monograma grabado en la hoja en la que está escrito el documento atribuido a Galileo. El papel contiene las siglas AS/BMO, lo que lo data en Bérgamo, Italia, pero este tipo de inscripciones comenzaron a hacerse en 1770, más de 100 años después de la muerte del científico.

“Estamos agradecidos con el profesor Wilding por compartir sus descubrimientos, y estamos trabajando para reconsiderar el rol del manuscrito en nuestra colección”, señalaron autoridades de la Universidad de Michigan en un comunicado.

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