‘El narco no terminará mientras sea negocio y haya consumidores’: Bobadilla

El 11 de diciembre de 2006 la vida de México cambió. Su expresidente, Felipe Calderón, declaró la guerra contra el narco, suceso que dentro del periodismo llenó varias páginas de periódicos con historias, notas, recuentos y cartones políticos, unos de ellos los de Ricardo Sánchez Bobadilla.

El monero originario de Tierra Blanca, Sinaloa, dedicó años de su vida a dibujar este fenómeno a través de sus personajes, mismos que ahora lleva al libro Narkomics presenta: El Ñacas y el Tlacuachi, quienes aparecieron por primera vez en 2009.

La caricatura surgió en una revista titulada La Noche, misma que surgió con la intención de manifestar a través de un humor irónico al comercio de drogas en México.

“Había otras tiras de los otros caricaturistas, pero el único que sobrevivió y pasó al semanario Río Doce fue este y ahí sigue y esperemos continúe por mucho tiempo”, contó en entrevista para La-Lista Bobadilla sobre sus dibujos de diferentes escenas relacionadas con el narco.

Narkomics presenta: El Ñacas y el Tlacuachi es una compilación de cerca de 700 caricaturas que hacen un recuento del recrudecimiento del narcotráfico desde que se declaró la guerra a esta actividad ilegal por parte del expresidente Felipe Calderón.

El caricaturista mexicano contó que a partir de su nacimiento en Tierra Blanca, comunidad que se encuentra en Culiacán, fue como toda su vida se vio marcada por la delincuencia, mismo que le permitió tomar cosas de la realidad a partir de su memoria, pero otras de sus historias son inventadas por el artista.

“Cuando te apasiona algo, contar historias no es tan difícil”, dijo Ricardo Sánchez Bobadilla, quien a la hora de hablar del narco en su infancia recordó el corrido de Lamberto Quintero en voz de Antonio Aguilar.

“Si hago un recuento desde mi niñez, el cómo eran vistos, sabíamos que existían, pero no había tanta violencia. No eran aceptados en la high society de las entidades porque eran delincuentes, pero a medida que crecieron y repartieron dinero todo cambio“, contó.

“Cuando Felipe Calderón declaró la guerra, las cosas se pusieron muy feas. Mis cartones al principio no eran tan grotescos, pero después comenzaron a circular las noticias de decapitados y personas colgadas de puentes con letreros, cosa que no pasaba. Antes sabías que habían aventado a alguien una cobija de Moroleón con cinta canela, ya después todo fue más crudo. Cambió todo el panorama del narcotráfico de antes de Calderón”, añadió.

Cuestionado respecto a la posibilidad de que deje de realizar las tiras de El Ñacas y el Tlacuachi, el caricaturista reconoció que lo evalúa semana a semana, pero siempre encuentra un tema el cual abordar, de ahí la importancia de Narkomics presenta, pues siempre descubre algo cuando ha dicho casi todo.

“Alguna vez un amigo me dijo que hiciera otro tipo de monos porque algún día terminará el narcotráfico, pero le dije que esto no va a terminar, seguirá mientras sea negocio y haya quién compre”, dijo el artista.

En páginas de medios como A Discusión, El Debate y RíoDoce es donde seguirán apareciendo las caricaturas de Bobadilla, quien continúa el legado que dejaron Ernesto “El Chango” Cabral, Naranjo, Helioflores, Magú, Rius y otros maestro del cartón político a pesar de los tiempos inundados por lo memes.