Jennifer Clement: ‘El triunfo de Claudia Sheinbaum fue algo muy grande, ojalá suceda en EU’
La escritora asegura que la llegada de Claudia Sheinbaum a la silla presidencial da un gran mensaje al mundo.
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La Ciudad de México y Nueva York son dos ciudades que marcan la vida de la escritora Jennifer Clement, pero a la vez son dos países que trazan un camino rumbo al futuro de las mujeres en las estructuras de poder, gracias al triunfo de Claudia Sheinbaum y la participación de Kamala Harris en las contiendas electorales de sus países.
Aunque ve como un gran triunfo de la mexicana que da un mensaje inspirador alrededor de la región y del mundo, considera que la política estadounidense aún no tiene el éxito asegurado y que en los próximos tres meses podrían pasar muchas cosas rumbo al 5 de noviembre.
La escritora y defensora de los derechos humanos, así como presidenta internacional de la organización PEN (La asociación mundial de escritores), ve con preocupación la actualidad del mundo en el que hay un liderazgo “muy poco democrático” y en el que las guerras y dictaduras aprehenden las vidas de las personas.
Jennifer Clement acaba de publicar sus memorias bajo el título La Fiesta Prometida, donde a través de diversos personajes muestra los momentos excepcionales que vivió su generación, a la vez que se marcó un parteaguas hacia lo que vivimos en la actualidad.
A partir de las personas que conociste en tu vida como Suzanne, Chona, Aline, Ruth María, ¿cómo han cambiado los tiempos para las mujeres?
Por un lado han cambiado mucho y por otro lado nada. Lo que cuento en La Fiesta Prometida que tiene que ver con México sobre el acoso en la calle, creo todas las mujeres hemos vivido de alguna manera u otra. Incluso digo cómo ahora en México hay vagones en el metro y camiones donde puedes subirte y estar en un mundo de mujeres.
Luego también explico en Nueva York cómo las leyes de protección para mujeres víctimas de violación o violencia doméstica no entraron sino hasta los 90. En las dos ciudades toco estos momentos de la mujer.
Hoy tenemos a una presidenta electa en México y a Kamala Harris como candidata a la presidencia de Estados Unidos, ¿qué mensaje da al mundo esta situación?
Creo que es un gran mensaje y creo —y espero— que haya cambios, que uno sienta la diferencia en términos de cierta humanidad.
Ante la experiencia que tienes por vivir en ambos países, ¿crees que haya algún cambio significativo si gana Kamala Harris?
Creo que sí, pero creo que todavía hay tres meses por delante y nunca se me puede olvidar que en Estados Unidos el hombre afrodescendiente tuvo el voto 40 años antes que la mujer.
Para mí era claro que Barack Obama o cualquier hombre afrodescendiente llegara antes que una mujer a la presidencia. Y en México no tuvimos el voto para la mujer sino hasta 1954, entonces el que haya llegado a la presidencia Claudia Sheinbaum es un logro muy grande y ojalá que esto suceda también en los Estados Unidos.
¿En qué punto está el mundo luego del Me Too y las nuevas olas del feminismo?
Creo que está en un punto muy malo. De hecho estamos con muchas guerras, muchas muertes y es muy preocupante y muchos presidentes llevan realmente dictaduras como lo que vemos en Venezuela, Honduras y Nicaragua, es muy preocupante. Luego también lo que vemos en Medio Oriente, Rusia, Ucrania. Es un momento de liderazgo muy poco democrático y preocupante.
¿Qué te llevó a escribir las memorias de tu juventud en La Fiesta Prometida?
Creo que tiene que ver con mi edad porque empecé a ver hacia atrás y me empecé a dar cuenta que viví dos momentos excepcionales tanto en la CDMX como en Nueva York.
Decidí escribir estas memorias y de hecho el libro está dividido de esta manera. De alguna manera las vivo como dos ciudades hermanas que cambiaron con momentos importantes: el México de los 60 y 70, antes del TLCAN, donde hubo muchos cambios; y el Nueva York antes de que llegara el Sida, que terminó con la libertad y provocó la muerte de tantos amigos.
He retrato un México mágico, hermoso, bondadoso, pero también el México miserable, de pobreza, la parte dolorosa. Y una de las cosas que más me ha gustado de la publicación del libro fue el rescate de algunas personas como Waldeen von Falkenstein, que es un personaje que tendríamos que rescatar porque hizo mucho por la danza y su figura hoy está olvidada.
Abordas tus momentos en México y NY, las personas que te cruzaste, ¿pero cuáles fueron los momentos que más aprecias en cada ciudad?
En la parte que toca a México lo que más me movió escribir fue la parte sobre Chona, que fue mi nana. Ella no sabía escribir o leer, entonces cuando fui al kinder y a mi primer año de primaria, empecé a leer y escribir. Entendí en ese momento que yo podía ser su alfabeto. Le leía sus cómics, el periódico, poco a poco le podía leer el nombre de una calle, a dónde iba un camión.
Fue una parte importante, incluso de alguna manera como de mi preparación como escritora porque me di cuenta de lo importante y poderoso que es saber leer y escribir.
En la parte de NY es una cosa que está en todo el libro, pero creo no me di cuenta sino hasta terminar el libro que se trata de una obra sobre mis amigas, sobre la amistad. Entonces esa es una parte importante de todo el libro, pero también de NY, la amistad.
Luego de La Fiesta Prometida y La viuda de Basquiat, ¿existirá una nueva parte de tu biografía?
Quizá, vamos a ver qué pasa. No tengo nada planeado, pero vamos a ver. Lo que sí es que se compró el derecho de hacer la película de La Fiesta Prometida, entonces eso es muy emocionante.