Patrick Mahomes no va tras los pasos de Tom Brady; quiere alcanzar a Michael Jordan
Patrick Mahomes celebra su victoria en el Super Bowl del año pasado. Puede ganar su segundo campeonato el domingo. Fotografía: Larry W Smith / EPA

He aquí una lista de los quarterbacks que han llevado a sus equipos a ganar el Super Bowl en años consecutivos en sus primeros tres años como titulares en la NFL:

Tom Brady.

Y ya. Esa es la lista.

El domingo, Patrick Mahomes va a tener la oportunidad de alcanzar la hazaña histórica de Brady. Pero Mahomes ya está pensando en un camino diferente al de Brady, quien de ser un sólido prospecto colegial se convirtió en uno de los atletas más famosos de EU.

Agreguen a esa lista a los que ganaron Super Bowls consecutivos como titulares tres temporadas y pueden añadir a Russell Wilson, que ganó uno y perdió uno, a la lista de Brady y Mahomes. Esto es es muy instructivo. Wilson cabe dentro del molde de Brady. A ambos los pasaron por alto cuando salieron de colegial  y se colaron en el draft. Ambos jugaban en grandes equipos defensivos cuando llegaron a la liga. Ambos brillaron inmediatamente y fue su brillantez lo que llevó a sus equipos de ser muy buenos a ser grandiosos. Pero la carga de ganar y perder no cayó directamente sobre sus hombros. Tenían grandes defensivas que les ayudaron mucho y Mahomes no cuenta con eso.

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A lo largo de esta semana, se han escuchado comentarios sobre Brady y Mahones, ambos en el aspecto un poco tonto de que los quarterbacks no juegan uno contra otro, sino que se enfrentan a las defensivas y por medio de sus estilos pueden ejercer cierto impacto uno sobre el otro hasta cierto punto y en el intangible, el aspecto del legado. Un quarterback, Brady, es el mayor ganador de nuestra época. El otro, Mahomes, quiere alcanzarlo.

Se hablará de pasar la estafeta. De una era que abre camino a otra. Pero el camino de Mahomes es otro. No está persiguiendo a Brady y a sus récords. No quiere un lugar en el Monte Rushmore de los quarterbacks. Está en busca de algo más importante: quiere alcanzar a Michael Jordan y a Tiger Woods a Babe Ruth y a Serena Williams y a Ayrton Senna.

Mahomes va tras ese extraño espacio que coloca a un atleta en el centro de la cultura pop lo que los vuelve indivisibles del deporte que juegan pero les permite existir siempre, de la misma forma en que Michael Jordan todavía prevalece en la NBA. Jordan no ha jugado en la NBA desde hace 17 años, pero la economía de la NBA, desde los debates culturales a los documentales a los acuerdos comerciales de tenis o a los grupos propietarios, todavía se debe a Michael Jordan.

Colocar a Mahomes dentro de ese grupo cuando su carrera apenas comienza podría sonar hiperbólico o blasfemo pero hay que considerar que ningún otro quarterback en la historia de la NFL ha tenido un principio de carrera similar al de Mahomes. Y ninguna otra posición tiene un lugar parecido en el panorama deportivo de EU como lo es la de un quarterback titular de la NBA.ç

Para llegar a las alturas de Woods, Ruth, Williams, no sólo tienes que ganar, tienes que dominar.

El récord de Mahomes como titular es de 44-9, combinando la temporada regular y los playoffs. Medir a un quarterback por sus victorias es un estándar ridículo si se es objetivo; un indicador que con frecuencia se cita sin pensar mucho en las particularidades del juego y del elenco de apoyo del jugador. Pero sí hay un punto de quiebre cuando el impacto de un jugador en un equipo es tan evidente, cuando el récord de juegos ganados y perdidos es tan abrumador que no puedes dejar de señalar que se trata de dominancia.

Mahomes se hizo cargo de un equipo de mediana a buena calidad y los convirtió en gigantes. Y sí, Andy Reid es uno de los entrenadores sobresalientes de su generación. Y sí, Mahomes ha mantenido una excelente línea ofensiva en Kansas City. Y sí, los receptores Tyreek Hil Y Travis Kelce son completamente inatrapables, tan buenos como Mahomes  haciendo lo suyo. Pero es Mahomes el que dirige el coro.

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Hay que agregar al equipo la brillantez individual de Mahomes. Ya tiene un par de trofeos del jugador más valioso en su haber, uno por la temporada regular y uno por el Super Bowl. Y ya tiene ese aire tan especial de Jordan; LeBron, Gretzky; los que votan por el jugador más valioso se rinden ante su excelencia. Mahomes es clara y evidentemente, el jugador importante, valioso y dinámico en la posición más valorada del deporte. Durante sus primeras tres temporadas como titular, terminó en segundo, primero y primero en la DYAR, la medida del valor total de un jugador. Ganó su trofeo de jugador más valioso en la temporada en que terminó en segundo lugar.

Y pensar que tiene 25 años apenas. La mayoría de los quarterbacks súper ganadores de múltiples Super Bowls, Peyton Manning, Troy Aikman, Terry Bradwhaw, John ELway, tenían al menos media década más cuando empezaron a sobresalir. Tienen que esperar a que un gallo a su alrededor llegue a su nivel o que llegue a un nivel en que los jale para alcanzar un título o más.

Mahomes ya tiene un título. El domingo en la noche podría tener dos. Y le quedan 10 ó  15 años de juego así es que no se puede saber cuántos títulos puede acomodar. ¿Cinco? ¿Seis? ¿Siete? ¿Diez? Con el paso del tiempo la NFL ha ido cambiando las reglas para hacer que el juego de pases, que parece más atractivo a los espectadores, sea más importante, así es que tener un gran quarterback nunca había sido tan importante. Y aunque la liga pocas veces ha tenido una cosecha tan fuerte de quarterbacks, hay mucha diferencia entre Mahomes y quien quiera que esté en el segundo lugar en la liga.

Hay un elemento estilístico en todo esto también. Incluso en una liga con Lamar Jackson, Josh Allen y Aaron Rodgers jugando a nivel de jugador más valioso, es Mahomes quien se mantiene como el jugador más telegénico de esta mini era. Puede hacer cosas que ningún otro jugador puede, ni siquiera los mejores, siquiera imaginar. Pases sin ver. Volar el balón fuera del estadio durante el calentamiento. Pases de 100 yardas. Pases laterales desde puntos impensables sin ningún problema con las leyes de la física. ¿Qué tan efectivos son los jugadores de videojuegos que rompen códigos , Michael VIck y Bo Jackson, tan efectivos como este jugador en el mundo real? ¿Qué tan seguido lleva esto a ganar no sólo un partido sino un campeonato? 

El estilo importa. Los que cenan en la mesa de los mejores atletas no sólo son ganadores seriales, rompen paradigmas. Tiger cambió la complexión entera del golf, literalmente. Serena hizo lo mismo. Jordan llevó el estilo de Superman uno a uno a la NBA, un estilo que se conservó más de una década tras su retiro  mientras las franquicias y la oficina de la NBA buscaban en todos lados al sucesor de Michael. Pero nadie podía replicar lo que Michael hizo, ni dentro ni fuera de la cancha. Incluso Kobe Bryant, que podía ser el facsímil más cercano, pasó la primera parte de su carrera más como un tributo a Jordan que como una evolución.

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Mahomes está en este rango. Representa el punto de unión entre lo viejo y lo nuevo. Juega con todo el ritmo, el tiempo y el intelecto de Manning, Brady y Brees combinados con el baile de tap, y el arte de los días de  Aaron Rodgers y tiene movilidad suficiente para ser una amenaza genuina mientras la era del paso y espacio sale del colegial y de la preparatoria para llegar al juego profesional. Y están estos momentos que lo dejan a uno con la boca abierta, imposibles de replicar pero divertidos de intentar que ayudan a llevar a alguien de ser un atleta talentoso a ser una figura cultural.

El domingo, Mahones no va a estar tratando de alcanzar a Brady o a los Bucaneros. No va a estar buscando otra oportunidad de ganar otro trofeo Lombardi para el jugador más valioso. Va a estar en el camino para convertirse en el atleta que defina a su generación.

¿Qué puede ser más apetitoso que ver a una joven estrella tratando de alcanzar el fantasma de Michael Jordan y para hacerlo tener que pasar por encima de Tom Brady?

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