El FIFA Fan Fest pasó del ‘vamos a ser campeones’ al ‘otra vez lo mismo’
Aficionados de la selección de México presencian el partido contra Argentina en el FIFA Fan Fest. Foto: Sáshenka Gutiérrez/EFE

México no llegó solo a su cita con Argentina en Qatar 2022: fue respaldado por su afición desde todas sus trincheras, incluido el FIFA Fan Fest, instalado en la explanada del Monumento a la Revolución de la CDMX, que pasó del optimismo al desencanto sobre el futuro del Tri.

Pese a que el partido del Tricolor contra Argentina comenzaba a las 13:00 horas, sus seguidores llegaron a la Plaza de la República, incluso, desde antes del inicio del partido entre Francia y Dinamarca, que comenzó a las 10:00 horas.

La mancha verde frente a la pantalla gigante creció con el paso de los minutos hasta ser una alfombra como en la que México buscaría sumar sus primeros tres puntos en el Mundial de Qatar 2022.

Las clásicas porras de “México, México, México” y el “chiquitibum” ambientaron el FIFA Fan Fest. Los mexicanos que se dieron cita desde temprano calentaron gargantas junto con la comunidad francesa que acudió a ver a los actuales campeones del mundo asegurar su clasificación a octavos de final luego de vencer a los daneses.

La esperanza y el optimismo permearon el ambiente durante toda la previa. Carlos, con un sombrero negro de charro, comentó al pie del Monumento de la Revolución: “Sólo nos basta con ganarles 1-0” y con entusiasmo aseguraba que después de eliminar históricamente a Argentina, sólo era seguir derecho hasta la final. “Claro que se puede, vamos a ser campeones del mundo”.

Arturo y Erika desentonaban porque él traía un turbante rojo y ella un colorido penacho, pero los unían los extremos de la bandera mexicana que sostenían con sus tres hijos al centro. Todos uniformados con la playera de local de la Selección Mexicana se mostraban confiados de que Hirving Lozano y Alexis Vega “harían agua” a la defensa albiceleste y auguraban un 2-0 para dejar fuera a Argentina y encaminarse directo al tan ansiado quinto partido, por primera vez desde 1986.

Omar, con un turbante blanquiverde que combinaba con su playera de la selección, se atrevió a ir más allá. “Alexis Vega hace el primero y Funes Mori, de cambio, sentencia el partido para el 2-1”. Aunque como fanático del futbol no quería que Lionel Messi se quedara fuera de la Copa del Mundo, estaba convencido que “el país va primero”.

A falta de una hora para el comienzo, se conocieron las alineaciones oficiales. Todo tipo de comentarios se escuchaban entre los asistentes, pues la decisión de Gerardo “Tata” Martino de jugar con cinco defensas dividió la opinión, entre los que sabían del poderío ofensivo argentino y los que no creían necesario cambiar el clásico 4-3-3.

De manera casi imperceptible, la alfombra verde terminó por cubrir toda la explanada del Monumento a la Revolución. El lleno total fue inobjetable.

El pitido inicial del partido se ahogó entre los “Vamos México”, aplausos y gritos de todos los seguidores de la Selección Mexicana que arengaban a los suyos. El Monumento a la Revolución se volvió una sucursal del Estadio Lusail.

Incluso las nubes hicieron lo suyo: tras una mañana muy despejada, el sol dio un descanso a los asistentes por primera vez en todo el día.

La confianza estaba ahí. Cada balón divido, cada duelo ganado levantaba el ánimo del público asistente. A favor o no, todos terminaron por convertirse en creyentes de la línea de cinco defensas. La posesión fue argentina durante el primer cuarto de hora, pero sin generar peligro para México.

“México, México, México”, gritaba la gigante alfombra verde, como si estuviera convencida que sería escuchada por los jugadores mexicanos en Asia.

Sobre los segundos finales del primer tiempo y a través de los pies de Alexis Vega, México creó sus únicas dos oportunidades reales de peligro. La primera, un tiro libre bastante bien centrado, fue anulado por Emiliano “Dibu” Martínez, quien se colgó del balón en pleno vuelo; la segunda, un tiro muy desviado del delantero de Chivas que el portero argentino solo vio marcharse.

Esos momentos fueron festejados como victorias. La estrategia defensiva había funcionado hasta el momento. Argentina terminó el primer tiempo sin haber disparado a puerta, mientras que México los superó en esa estadística por la mínima diferencia.

Sin embargo, la segunda parte fue una historia completamente diferente y Argentina, como el sol que regresaba tras casi una hora de haber hecho las pases, no perdonó a México.

Lionel Messi se escabullía entre las líneas defensivas mexicanas como lo hacía el nervio entre los asistentes. El 10 argentino empezó a inclinar la balanza hacia los suyos y finalmente lo que nadie quería, ocurrió.

Ángel Di María controló por la banda derecha, recortó hacia el centro del campo y cedió un pase para Messi, a quien Héctor Herrera abandonó. La zurda más famosa de la actualidad acomodó un disparo inalcanzable para Guillermo Ochoa al fondo de las redes de la portería mexicana. Argentina se puso a la cabeza en el 64′.

A diferencia de otros goles, no había VAR o tecnología que pudiera anular el gol. Uno de los mejores jugadores de todos los tiempos se hizo presente con su magia, su magnitud enmudeció lo que minutos atrás era una escandalosa ola verde en la CDMX.

El silencio duró un par de minutos, los mismos que Martino tardó en hacer modificaciones. Carlos Antuna y Raúl Jiménez fueron las opciones que llegaron a la cancha en Asia para tratar de anotar el primer gol de México en Qatar 2022, a la par que los lamentos y insultos para los jugadores, para el entrenador nacional e incluso para los argentinos comenzaron a ser el ambiente principal en el FIFA Fan Fest.

“Otra vez lo mismo”, “Argentina nos tiene de hijos”, “Esto no lo remontamos” y hasta “Pinche Messi” salían de manera anónima de entre una masa verde que hasta poco antes festejaba.

México fue incapaz de generar peligro durante la última media hora de juego y eso fue aprovechado por los sudamericanos, que maniataron a conveniencia a su rival.

En el minuto 87, Enzo Fernández aprovechó la floja marca de Erick Gutiérrez para anotar el 2-0 y dictar sentencia para México. Ese gol significó el final del partido para muchos de los asistentes, que abandonaron el lugar mientras regaban maldiciones a su paso.

Una gran silbatina y mentadas de madre por parte de la afición acompañaron el pitido final del árbitro italiano Daniele Orsato, mientras un papá consolaba a su hijo diciéndole que todavía había esperanza si se goleaba a Arabia Saudita en la última jornada.

Como ese padre, varios de quienes se quedaron hasta el final, tampoco abandonaron la esperanza, como Trinidad y Fernando Rojas, que están seguros que México sufrirá, pero conseguirá clasificar a la siguiente ronda en la tercera jornada.

“Que no decaiga el ánimo para el siguiente partido”, dijo Fernando.

“Sí hay esperanzas de México (…) Nos falta una serie de combinaciones, pero México puede sacarlo”, remató el señor Trinidad, quien augura goles de “Chucky” Lozano y Alexis Vega para el partido ante Arabia Saudita este miércoles, donde México buscará la hazaña de golear, aunque ha sido incapaz de marcar en las primeras dos fechas.

Síguenos en

Google News
Flipboard