Niñas y niños migrantes: DIF estatales los reciben en albergues saturados
Niños migrantes juegan en la Ciudad de México. Foto: Sáshenka Gutiérrez / EFE.

A pie o sobre los hombros sus familiares. Caminando o corriendo. De Centroamérica o del Caribe. Este año miles de niños, niñas y adolescentes migrantes han llegado a nuestro país para solicitar refugio o tratar de cruzar a los Estados Unidos. Algunos han alcanzado la frontera norte, pero otros han sido detenidos por las autoridades para luego ser enviados a los albergues de los Sistemas Estatales para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

A principios de este año entraron en vigor una serie de reformas a las leyes de migración y de refugiados para impedir que los menores de edad extranjeros sean retenidos en estaciones migratorias. En lugar de eso, en caso de ser detenidos, los jóvenes deben ser enviados a las instalaciones del DIF hasta que se resuelvan sus procedimientos legales, pero algunas oficinas estatales de esta dependencia reportan que ya se encuentran saturadas.

Documentos obtenidos por La-Lista a través de solicitudes de información a los DIF de todos los estados muestran que por lo menos en seis estados los centros de asistencia social han operado al tope durante este año. Un ejemplo está en Monterrey, Nuevo León, donde la casa hogar Fabriles tiene espacio para recibir a 40 niños, niñas y adolescentes, y entre enero y junio de este año albergó a 1,900.

Esto quiere decir que, en promedio, en el albergue Fabriles ingresaron 316 menores al mes. Aunado a esto, en Monterrey, así como en otras ciudades del país, los jóvenes pueden permanecer desde una semana hasta 50 días a la espera de que se resuelvan sus trámites migratorios.

También el DIF de Chiapas instaló un albergue temporal para menores migrantes en el municipio de Tapachula con capacidad para 80 personas, y en su caso reportó que entre enero y julio de este año recibió a 807. El mes de junio fue cuando más jóvenes atendió, un total de 150 con una permanencia de entre dos y 20 días.

El DIF de Michoacán también respondió la solicitud de información. A pesar de que esta institución solo ha recibido a 21 personas migrantes, en el documento que entregó vía transparencia expresó: “Se informa que esta institución trabaja por encima de su capacidad”.

Especialistas en temas de infancia celebran que el Congreso de la Unión haya aprobado las reformas a las leyes en materia de migración y refugio para que los menores de edad extranjeros no sean encerrados en estaciones migratorias; sin embargo, también cuestionan que autoridades federales y estatales no han dotado al DIF con recursos adicionales para asumir su nueva responsabilidad.

El hecho de que el Instituto Nacional de Migración (INM) ya no pueda retener a los menores de edad en los mismos espacios que los adultos “es un avance muy bueno, pero esta determinación no entró con un presupuesto destinado a hacer cumplir esto. Ahora está en la ley, pero llevarla a cabo es complicado”, dice Daniela Cervantes, coordinadora nacional de Abogacía de la organización Aldeas Infantiles SOS.

Otro fallo que la especialista ha detectado es que, al menos en Chiapas, el DIF no cuenta con recursos económicos para desahogarse canalizando a jóvenes migrantes a albergues privados como los de Aldeas Infantiles SOS, una ONG que atiende a niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados en los municipios de Comitán y Tuxtla Gutiérrez.

“A nosotros nos dicen que hay mucha demanda, muchos menores que necesitan un espacio, pero no tienen una partida presupuestal para canalizarlos”, lamenta Cervantes. “Existe esta necesidad de ver los vacíos porque no se consideró una partida presupuestal para atender de manera integral y adecuada a la niñez en México en situación de movilidad”.

El Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que en México hay 230 alojamientos de asistencia social públicos y privados para personas migrantes. Hasta el año pasado en estos lugares vivían 5,341 hombres y 3,320 mujeres, de estos el 34% son menores de edad, es decir, casi 3,000 en total.

Los datos del Inegi muestran que los estados con una mayor atención de menores migrantes el año pasado eran Michoacán, por ejemplo, con cinco albergues donde se atendían a 642 extranjeros, un promedio de 128 por inmueble. Sinaloa está en una situación igual, con siete centros de asistencia social y 890 asilados.

Daniela Cervantes retoma los datos del Inegi y cuestiona que tres de cada 10 albergues de todos los que hay en el país, no cuentan con servicios médicos; dos no dan alimentos a sus residentes dos veces al día, y uno no tiene camas.

“El panorama general es que hay una gran demanda, pero todavía falta cubrir muchas necesidades básicas”, señala la especialista.

DIF y alternativas de atención migratoria

En el 2021 ha incrementado el flujo de niños, niñas y adolescentes migrantes respecto al año pasado, cuando inició la pandemia de Covid-19. Según la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, entre enero y junio del 2021 el INM detuvo a 14,634 niños, niñas y adolescentes extranjeros, mientras que en todo el 2020 fueron 11,262.

El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, ya había alertado sobre el aumento del flujo desde marzo. En una conferencia matutina en Palacio Nacional, el canciller explicó que este incremento se ha dado porque migrantes adultos utilizan a los jóvenes para no ser detenidos en su tránsito a Estados Unidos.

El aumento en el flujo de movilidad ha también ha sido resentido por el DIF de Tlaxcala. En esa entidad federativa se construyeron dos centros de asistencia social para menores migrantes con una capacidad de 27 personas, y entre enero y junio han recibido a 219, un promedio de 36 por mes.

En San Luis Potosí las autoridades también registraron una mayor afluencia niños, niñas y adolescentes extranjeros en junio. En ese mes, a las instalaciones de los tres centros de atención del DIF potosino llegaron 267 menores de edad, cuando su capacidad de atención es de 140. De igual forma, las personas permanecieron en esos espacios entre una y dos semanas.

Ante estas cifras, José Lugo, coordinador de Incidencia Política de la oficina de Save The Children en México, explica que los centros de atención de los DIF estatales se han visto presionados porque no solo deben recibir a los menores de edad migrantes, sino que, para preservar la unidad familiar, no deben separarlos de sus padres, madres o cualquier ser querido que los acompañe.

“Todo ha ido muy lento, el DIF venía teniendo espacios para niños no acompañados, pero ahora con este cambio en la Ley de Migración ya tiene la obligación de brindar este apoyo o gestionarlo por lo menos para las familias en situación de movilidad“, menciona el experto.

Añade que la protección de menores de edad no se debería limitar a resguardarlos en un albergue que corre el riesgo de saturarse. A su parecer se debería dar prioridad a otros modelos de atención, por ejemplo, reunir a los menores de edad con familiares que ya están asentados en México, o que familias mexicanas cuiden temporalmente a los niños, niñas y adolescentes mientras se arregle su situación migratoria.

“Aquí lo que falta es una inversión muy fuerte en términos de crear nuevos espacios y capacitar al personal. Este no es un tema solo del DIF, sino que es de una política nacional en materia de migración y derechos humanos inclusive”, concluye el experto.

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