Ociel Baena: ser primer magistrade en pleno 2023 significa que no hemos avanzado
Ociel Baena, magistrade del Tribunal Electoral de Aguascalientes. Foto: Majito Vázquez/La-Lista

Jesús Ociel Baena Saucedo es magistrade en el Tribunal Electoral del Estado de Aguascalientes y la primera persona no binaria en ocupar un cargo de este tipo en México y América Latina. El pasado 17 de mayo, en el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, recibió de manos del canciller Marcelo Ebrard el primer pasaporte expedido con género no binario. Días antes, el 10 de mayo, le fue entregada la primera acta de nacimiento no binaria en el estado de Coahuila, de donde es originario. También en 2022 obtuvo el título de doctore en Derecho con la primera tesis doctoral escrita con lenguaje no binario.

Para le magistrade, estas “primeras veces” no son motivo de celebración, pues lamenta que otras personas de la comunidad LGBTIQ+ no tengan acceso a derechos universales como los que ha logrado.

“No me da orgullo decir que soy ‘la primera persona en’ porque quiere decir que no hemos avanzado prácticamente nada. Es lamentable que haya primera veces en pleno siglo 21, en pleno 2023, cuando hay muchísimas personas no binarias, de género fluido, personas queer, que no tienen acceso a algo tan simple como actas de nacimiento con su identidad, que tiene que contratar a un abogade y esperar alrededor de un año para que le entreguen su documento, es un calvario al que no se ven expuestas las personas heterosexuales”, dice Ociel Baena en entrevista para La-Lista.

Con 38 años de edad, Ociel Baena pasó la mayor parte de su vida asumiendo una identidad de género impuesta. Fue hasta hace cuatro años, cuando inició un litigio estratégico para acceder a una magistratura, que se asumió como persona no binaria.

“En mi infancia me asumía como mujer, luego me masculinicé, y a mis 34 años, a partir de este litigio, yo me doy cuenta que no necesito cumplirle el capricho a nadie. Ahí decidí asumir una entidad no binaria y que mi expresión de género fuera esa que nunca me atreví a hacer”, cuenta le magistrade.

Uno de los recuerdos de su infancia fue crucial para su expresión de género: una falda tableada color verde que era de su hermana. “Me encantaba esa falda, y el 17 de mayo de 2021, cuando decido que ya no me interesa vivir para la gente, me compré una falda, unos tacones, me puse un saco, camisa y moño de hombre, no me depilé, me dejé un poco la barba, me pinté los labios y así me fui a la oficina por primera vez en mi vida. Ese día salí a la calle con una expresión de género no binaria, haciendo uso de mi derecho humano al libre desarrollo de la personalidad”.

Su figura rompió los paradigmas del formalismo que prevalece en la impartición de justicia, y las consecuencias fueron los ataques en su contra.

“A la gente le empezó a molestar mucho mi expresión de género. Diario me llegan solicitudes de información en las que se me señala que por qué me dejan vestirme de esa manera, que hasta cuándo voy a dejar de homosexualizar el tribunal, que por qué me permiten utilizar la bandera LGBTIQ+, que cómo es posible que utilice mi identidad para dictar sentencias en beneficio de grupos en situación de vulnerabilidad”, detalla.

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Ociel Baena tiene 15 años de trayectoria en materia electoral. Foto: Twitter @ocielbaena

El camino a la primera magistratura no binaria

Baena Saucedo tiene más de 15 años de trayectoria laboral en materia electoral, pero nunca imaginó que lograría acceder a una magistratura.

En su familia, de escasos recursos en su infancia, fue la primera persona que obtuvo un título. Esto no le garantizó un puesto inmediato. Cuando intentó acceder al servicio público se topó con los exámenes de oposición del entonces Instituto Federal Electoral (hoy INE) y se dio cuenta de las limitaciones, especialmente al tratarse de una persona con una identidad de género distinta.

“Hay resistencia para contratarnos y eso vuelve más difícil el acceso a estos espacios. El litigio que inicié hace cuatro años fue porque desde 2011 se abrían concursos al Servicio Profesional Electoral exclusivos para mujeres a partir de la reforma a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales que obliga a la alternancia de género, pero me di cuenta que esto no aplicaba para las personas LGBTIQ+, en realidad no teníamos ningún derecho político-electoral en igualdad de circunstancias”, cuenta Ociel Baena.

Hasta hace un par de meses, ya como magistrade, se volvió a enfrentar a esta situación cuando participó en el concurso para formar parte del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), en el cual le dieron trato como hombre cisgénero, aun cuando se registró como persona no binaria.

“En todo momento se me se me encasilló en la lista de hombres, y al último, a pesar de que fui el quinto lugar en los mejores promedios, no se me designó para una quinteta (…) Es un reflejo de que las autoridades nos mienten, nos dicen que tenemos las mismas oportunidades de participar cuando no es cierto”.

Crímenes de odio y exclusión

Cuando una persona LGBTIQ+ es excluida del mercado laboral y de los puestos de toma de decisiones se perpetúan las violencias, los estigmas y los crímenes de odio hacia la comunidad.

De acuerdo con un informe publicado por la organización Letra S, en 2022 fueron asesinadas al menos 87 personas de la diversidad sexual en México, una cifra 11% superior a la registrada en 2021.

“Vivimos en una sociedad totalmente ajena a nuestra realidad, que nos discrimina, nos excluye, nos violenta sistemática y estructuralmente, que no nos permite acceder a los trabajos, pero cuando nos orilla al trabajo sexual o a ocupaciones como estilismo, se nos violenta aún más, se burlan de nosotres”, expresa Ociel Baena.

Desde su trinchera, le magistrade busca impulsar la agenda LGBTIQ+ para demostrar a las autoridades de todos los niveles de gobierno que “tenemos derecho a estar en los espacios donde se toman decisiones, que los derechos políticos-electorales son derechos, no favores, y que llegamos para quedarnos”.

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