Manuel Guerrero: Espero que mi detención en Catar marque un antes y un después
En entrevista, Manuel Guerrero, detenido ilegalmente en Catar por ser gay y portador de VIH, confía en que su liberación se convierta en un parteaguas para la comunidad LGBT a nivel internacional.
En entrevista, Manuel Guerrero, detenido ilegalmente en Catar por ser gay y portador de VIH, confía en que su liberación se convierta en un parteaguas para la comunidad LGBT a nivel internacional.
Un mexicano en Catar, con nacionalidad británica, sacudió al país entero. Su detención ilegal y la denuncia de que las autoridades extranjeras lo retenían por ser gay y portador de VIH se volvió materia de organizaciones como Amnistía Internacional. Manuel Guerrero Aviña tuvo en vilo a todo México, que temía por su integridad y dudaba de su liberación. Pero hoy, seis meses después de su aprehensión, vuelve a casa.
En Catar, la ley islámica prohíbe las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y pena hasta con siete años de prisión a quienes incurran en prácticas homosexuales. Manuel fue detenido con base en engaños, el día que pactó un encuentro con otro hombre por medio de una aplicación de citas.
Aunque las autoridades acusaron a Manuel por posesión y consumo de metanfetaminas, su familia (incluido su hermano quien también fue víctima de una detención arbitraria) denunció que el mexicano estaba recluido a causa de su orientación sexual y que fue sometido a tratos crueles por la policía, quien le negó el acceso a sus medicamentos antirretrovirales.
Manuel Guerrero asegura sentirse afortunado de regresar a su hogar y confiesa que llegó a perder la esperanza mientras estuvo incomunicado. En entrevista con La-Lista, rememora el día de su liberación y confía en que su caso se convierta en un parteaguas de la defensa de derechos humanos y de la comunidad LGBT.
Comentaste en conferencia de prensa que tu arresto no te define, pero ¿quién es ahora Manuel Guerrero?
Sigo siendo Manuel Guerrero, lo único que siento es que he madurado. He aprendido otros temas que no estaban en mi espacio, pero definitivamente me siento una persona más fuerte, muy respaldado.
Creo que en esencia Manuel ahí sigue, no he cambiado. Mis amigos se sorprendían porque hacía bromas del tiempo que estuve detenido, pero porque no hay otra manera más que reírse, a veces, ¿no? Me decían: es que no es posible que hagas bromas hasta de las situaciones más difíciles, creo que es la única manera de sobrellevar las cosas y de poder seguir adelante.
Entonces, sí creo que tengo más experiencia, he aprendido también cosas de mi hermano, él me dijo qué es lo que no debo de hacer si soy detenido, pero espero no volver a ser detenido nunca más y creo que es ahora una nueva etapa de mi vida.
En medio de la tortura y las amenazas te negaste a “delatar” a otras personas gay o LGBT con las autoridades, ¿cómo encuentra uno empatía pese al dolor?
Ellos (las autoridades de Catar) me prometieron que si yo compartía nombres iba a poder salir antes, pero yo me di cuenta de que eso no iba a pasar, y aunque pasara ¿cuál era el sentido de poner a otras personas en aprietos?
O sea, ¿porque me está pasando a mí tengo que afectarle la vida a alguien más? No hubiera podido (señalar a nadie). Eso es algo que me hubiera dolido mucho. El compartir el nombre de otras personas no me iba a ayudar, absolutamente, en nada.
No podría dormir en la noche si hubiera compartido otros contactos, me hubiese afectado mucho. Hoy por hoy, eso es lo que me da tranquilidad, que resistí ante la manera en la que ellos me torturaban, sin darme acceso a mis medicinas. Descubrí que podía ser fuerte y no ceder ante ellos.
¿A qué idea te aferraste para pelear por tu liberación? Considerando que la legislación local y el estigma jugaban en tu contra
Bueno, tuve dos ejemplos súper fuertes: uno es mi madre, o sea, mi madre siempre ha estado ahí. Creo que yo decía: ‘si mi madre está luchando (por mí), yo tengo que luchar’. Y el segundo, obviamente, mi hermano que es un ejemplo claro de la lucha social. Él era también el que me daba fuerza para seguir adelante.
Si a eso le sumo el gran grupo de amigos y familiares que me estaban apoyando y el apoyo internacional de muchísimos países, de muchísimos lados, de quienes estuvieron juntando recursos, de quienes dedicaron su tiempo, dinero y esfuerzo a mi causa… No tenía el lujo de darme por vencido, tenía un compromiso con ellos.
¿Qué despertó en ti conseguir tu libertad? ¿Podrías describirme ese momento?
Yo no sabía que iba a ser el liberado. Cuando tuve la última audiencia, el juez quedó en avisarme, pero obviamente nunca me avisaron. Entonces, recuerdo pasar esa última noche solo porque todos los demás compañeros se fueron a dormir. Era como aceptar que todavía iba a pasar más tiempo (preso), porque pues no me habían avisado el resultado.
Pero en la mañana, a las 7 de la mañana, llegó un guardia. Yo ya estaba despierto porque estaba esperando la visita, ese día era día de visita, y lo que pasó fue que me dijo: ‘toma tus cosas’.
Creí que me iban a mudar de celda, porque ya había pasado por todas las celdas del centro de detención. Pensé que era un movimiento más y me dijo: ‘estás en libertad, agarra tus cosas y tienes 5 minutos’. Yo no podía creerlo, no podía creer que habíamos conseguido mi libertad. Estaba súper emocionado, súper contento; creí que habíamos perdido la audiencia, que no me iban a dejar en libertad.
Tú has sostenido que las autoridades cataríes usan la aplicación Grindr para detener personas gay, ¿cuál crees que es su responsabilidad en tu detención arbitraria?
No solamente usan Grindr, también Tinder, Scrub… y creo que las aplicaciones deberían de poner más recursos en tratar de evitar que esto suceda.
Este perfil (que usó la policía catarí para detenerme) era verificado, quiere decir que la aplicación verificó que la persona en verdad existía. Eso era como un sello de seguridad, ¿no? Entonces, yo sí siento que debería de haber, no te puedo decir qué, pero la tecnología necesaria. Deberían haber recursos para identificar que las personas que están utilizando la aplicación son personas reales y que no se trate de la policía.
Sí creo que debería haber un compromiso de estas organizaciones, para poder evitar (lo que me sucedió) y si esto continúa lo ético sería cerrar ese mercado. Si ellos no pueden ofrecer la seguridad a través de la tecnología que tienen y de los controles que existen, entonces creo que deberían de salirse.
Tras esta experiencia violatoria de los derechos humanos, ¿qué mensaje envías a la población gay que reside en Catar y en otras naciones donde se castiga una orientación sexual diversa?
Nosotros somos extranjeros y al final lo decía: siempre me consideré afortunado de tener la posibilidad de salir de ahí y de regresar a vivir a un país donde puedo ser libre, pero el mensaje para los cataríes es que hay opciones. El médico Nas Nohamed es el ejemplo, vive en Estados Unidos y fue declarado oficialmente como el primer gay catarí que pidió asilo político.
(Para) aquellos individuos que están siendo perseguidos en Catar mi mensaje es que pueden lograr estabilidad y felicidad fuera de Catar. Los invitaría a buscar cómo poder vivir en libertad y salir de su propio país.
¿Perdiste la esperanza estando en prisión o confiaste en que México y las organizaciones internacionales podrían abogar por tu libertad?
Hubo un momento en que sí perdí la esperanza, creí que se estaba complicando el caso. Pensé que si me decían que oficialmente sería condenado por ser gay podían ser hasta siete años de prisión, entonces llegó un momento en que toqué fondo.
¿Pasar siete años de mi vida en cárcel? No sé qué hubiera hecho. Se cruzaron pensamientos un poco feos, creo que hasta preferiría quitarme la vida antes que pasar siete años en prisión. Pero fue solo un momento, (porque) vas viendo que las cosas cambian, que mejoran.
Creo que el momento más bajo fue cuando ellos cortaron toda comunicación, fue cuando dije: ‘ya no me veo siguiendo en esta lucha por años sin tener acceso al mundo exterior, acceso a cartas, a llamadas, a visitas“. Esa última semana (que pasé en prisión) fue vivir en aislamiento total.
Lo interesante fue que cambiaron las cosas, que a partir de ahí repuntó todo.
¿Cómo quieres que se recuerde tu caso?
Quiero que se recuerde mi caso como un caso de éxito. A pesar de que no obtuvimos legalmente el resultado que quería (salir como inocente), creo que sí fue un caso donde generamos tanta presión a nivel mundial que pudimos lograr de manera efectiva mi liberación.
Desde el momento en el que yo salgo del centro de detención y puedo vivir el proceso en libertad, ya es un cambio.
Entonces, creo que sí me considero afortunado. Yo creo que ha sido un caso de éxito. Creo que ha sido uno de los primeros casos (de defensa de los derechos humanos) de la comunidad gay y con VIH, no solamente viviendo en Catar, sino en el Medio Oriente.
Espero que este sea como un parteaguas para que también el gobierno catarí cambie su forma de actuar, y que piense más las cosas cuando detenga o discrimine a alguien por ser gay, que el gobierno tenga cuidado porque siento que la comunidad internacional va a seguir observándolo.