Así es como Bad Bunny se convirtió en la estrella del pop más grande del mundo
El cantante puertorriqueño Bad Bunny, es el más popular en Spotify en el mundo, pero no en Reino Unido. Foto: Stillz/Press

Ben Beaumont-Thomas/The Guardian

Cada diciembre, Spotify anuncia quién ha sido el artista con más reproducciones en línea del mundo y esto generalmente coincide con el más popular en el Reino Unido. Drake, el rapero canadiense que ha tenido seis éxitos en el número 1 en el Reino Unido, fue el primero en tres de los cinco años anteriores, con Ed Sheeran y Post Malone liderando a los demás.

Pero en 2020, alguien que nunca ha tenido un álbum o sencillo en solitario en el Top 100 del Reino Unido es el artista más popular del mundo: el cantante puertorriqueño de 26 años Bad Bunny, quien se ha reproducido más de 8,300 millones de veces este año solo en Spotify. Por supuesto, ha aparecido en un éxito del UK Top 10, pero eso fue en 2018, cuando su voz sonó menos de un minuto en I Like It, de Cardi B. En la actualidad, no aparece en ninguna parte de las 50 canciones más reproducidas de Spotify en el Reino Unido, y los británicos prefieren los clásicos navideños y las estrellas del pop de la Generación Z como Billie Eilish, Internet Money y 24kGoldn. Mientras tanto, el actual (y magnífico) sencillo de Bad Bunny, Dakiti, es el más reproducido en el mundo al momento de escribir este artículo, con más de 7 millones de reproducciones al día, 3 millones más que Positions de Ariana Grande, que marcha en segundo lugar.

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En un nivel desapasionado y empírico, este éxito se debe simplemente a que hay una métrica para ello. Antes de que llegara Spotify, no había forma de contar los hábitos de escucha del planeta en un solo gráfico, y América Latina, el mercado más grande de Bad Bunny, se está volviendo cada vez más influyente en el conteo global. La región tiene el tercer mayor número de usuarios de Spotify, detrás de Europa y América del Norte, y su número ha crecido un 30% año contra año. Las estrellas en español, incluido Bad Bunny, pueden acumular oyentes en países amantes del pop como Argentina y Colombia, además de la enorme población latina en los EU, donde está nominado a dos premios Grammy, y así dominar la lista mundial.

Sin embargo, el mismo Bad Bunny está destrozando estos simples datos duros; después de todo, hay una razón por la que el rapero y cantante se ha adelantado a muchas otras estrellas latinas que acumulan miles de millones de reproducciones, como J Balvin, Karol G, Maluma y Ozuna. “Su coeficiente intelectual  musical es simplemente astronómico”, dice su manager y director de su discográfica Noah Assad, quien ha trabajado con él desde 2016. “Me encanta la forma en que ve la cancha musical”, dice, como en el tenis: “Él ve las cosas en música que no entiendo, y seis meses o un año antes que nadie. ¡Le encantan las artes, le encanta la ópera! Mi chico es muy especial”.

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“Tiene un poco de todo”, dice José Luis Seijas, editor musical de la revista británica Latino Life. “Sus chistes son fantásticos, es un muy buen escritor. Puede ser bastante profundo, pero también es el tipo que quieres escuchar en medio de la noche en un club, mientras andas deprimido y sucio. Y hace muchas canciones de amor, y eso a las chicas les encanta“.

Nacido como Benito Ocasio, hijo de padres de clase trabajadora, una vez se ganó la vida empacando bolsas en un supermercado y sus letras son igualmente identificables: “No se trata solo de autos y chicas, se trata de todo”, dice Assad. “Cómo se sale de la tristeza y cómo hay una luz al final del túnel”.

Y aunque no entiendas la letra en español, el sonido de su voz llama la atención. Tiene un aire maravillosamente altivo y despectivo, como si te mirara con desdén por un par de gafas de sol exóticas que invariablemente se sientan en su nariz, y cuando canta, lanza su barítono desde el fondo de sus pulmones con las notas rozando ligeramente sus dientes y labios al salir emitiendo una hermosa textura vocal. Pero es igualmente experto en raps salivosos justo encima del micrófono, con un flujo melodioso en algún lugar en el medio.

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Bad Bunny actúa en ‘The Tonight Show’. Foto: NBCU Photo Bank via Getty Images. 
NBC

El nuevo álbum El último tour del mundo exhibe su rango musical, utilizando el toque asimétrico del trap latino y la síncopa ondulante del reguetón (sus dos estilos principales) junto al ska-punk, el alt-rock y hasta una especie de balada Britpop en Trellas. Es su tercer álbum este año. “Muchas de sus grandes ideas se acercan a la fecha de lanzamiento, porque se trata del momento”, dice Assad. “No puedes tomar una buena decisión seis meses antes de un álbum, porque no sabes cómo será el mundo en ese momento”.

También parece una estrella del pop, con un toque de verdadero caos dionisíaco en su estilo que no se puede enseñar y que seguramente ha influido en el resto de sus colegas latinos, que a menudo comparten su colorida combinación de ropa de calle y ropa a la medida (algo como mezcla de Karl Lagerfeld y Joe Exotic, el amante de los felinos). “Y de nosotros quién va a hablar, si no nos dejamos ver”, canta sobre Dakiti. Este fabuloso cortejo de pavorreal cambia las imágenes francamente machistas o románticas utilizadas por generaciones anteriores de estrellas masculinas del pop latino (aunque mantiene ciertos elementos del status quo, como las mujeres en bikini bailando en el video de Dakiti).

También es crítico de la homofobia y la transfobia: en una presentación en la televisión estadounidense en febrero, vistió una camiseta condenando el asesinato de una mujer transgénero puertorriqueña, Alexa Negrón Luciano. “Habla como un chico normal, alguien del pub”, dice Seijas, quien dice que el porte honesto de Bad Bunny para usar faldas, por ejemplo, está cambiando la cultura: “En lugar de intentar intelectualizar todo el asunto como ‘fluidez de género’, él estaba como: ‘Compañero, supéralo. Estamos en el siglo XXI, relájate ‘. La gente decía, ‘oye, probablemente tenga razón’”.

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 Los británicos, entonces, se están perdiendo una estrella pop realmente vivaz y talentosa. Ahora parece que el éxito de otro éxito puertorriqueño, Despacito de Luis Fonsi y Daddy Yankee, que pasó 11 semanas en el número uno en 2017, fue una aberración, y nos cuesta conectarnos con el pop en español. Para Seijas, se debe a la falta de marketing y apoyo en lo alto de la industria musical del Reino Unido y culpa “a los intermediarios blancos de clase media que la dirigen: para ellos, la música latina sigue siendo Buena Vista Social Club y Ricky Martin. Creen que el reguetón pasará de moda la semana que viene. No los llamaría racistas, sino ignorantes y flojos”.

 Pero, dice, “la nueva generación de ejecutivos tiene una percepción mucho más amplia del mundo. No creo que la música latina se convierta en la música número uno en el Reino Unido, pero habrá más posibilidades de escuchar nuestra música en las estaciones de radio, en la televisión, en las listas de reproducción de Spotify”.

 ¿Qué pasa con la barrera del idioma? Seijas responde con el ejemplo de la música garage del Reino Unido, que descubrió al mudarse al Reino Unido desde Venezuela hace 20 años: “Todavía no puedo entender la mitad de las cosas que dicen, y todavía me encanta. La música es una vibra, un sentimiento “.

Assad dice que las colaboraciones del Reino Unido, incluida una reciente con Dua Lipa, podrían ayudar, y que la responsabilidad recae tanto en él como en su misión de convencernos: “Somos verdaderos creyentes en el calor humano: ve allí, aprende la cultura, educarnos a nosotros mismos sobre lo que necesitan. Podemos vernos diferentes, hablar diferente, pero todos tenemos sangre adentro”.

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Él verificó los datos de las listas del Reino Unido esta semana y vio que una canción de Bad Bunny finalmente se había colado entre las 200 mejores en Apple Music. “Estamos muy bien donde estamos, pero todavía tenemos más por hacer. Estamos en la página de apertura”. El mundo, claramente, no es suficiente.

Traducido por Leonor Guerrero

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