‘Panti-demia’: Por qué la ropa interior de Bridget Jones está al alza en el confinamiento
Antes de Bridget Jones, pocos habían oído hablar de las pantis de control. Fotografía: Miramax Films / KPA Press / eyevine

El Diario de Bridget Jones nos introdujo a muchas cosas sobre la cultura británica de la década de los 1990. Casamenteras a fuerzas… La dieta del heno… La actitud de “muchachas rebeldes” en la que las mujeres no tienen sexo, sino que sólo se “revuelcan”… Aún así, 25 años después de que se publicó, y en un giro inesperado para el día de San Valentín, los “calzones de abuelita” fueron los que perduraron. 

Una edición reciente de la novela tiene unos 60 pares dorados en la portada. La edición original tenía una mujer triste que miraba por una ventana. Es un rediseño divertido, pero 25 años después, es uno que reduce este cuento de postfeminismo clasemediero a su ropa interior. Porque el alfabeto es al idioma inglés, lo que Bridget Jones a los calzones grandes. 

Tomó una pandemia global, y el hecho de que pasamos el día de San Valentín en casa, para hacer que más gente británica piense como Bridget. El tamaño de nuestros calzones aumenta y disminuye, pero últimamente aumenta más. La plataforma global de compras Lyst notó que las búsquedas de ropa interior “cómoda” y de “talle alto” subieron 46% en diciembre, mientras que las búsquedas de “calzones completos” en el sitio web de M&S aumentaron en el confinamiento. Agent Provocateur, que hace lo que dice en la caja, tuvo un aumento de 35% en ventas de calzones de talle alto en los últimos seis meses. 

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En el lado más lujoso de las cosas, las marcas (y celebridades) que promueven un tipo de inclusividad de lujo, como Skins de Kim Kardashian o Fenty de Rihanna, capitalizaron con el colapso cultural, y luego financiero, de las diminutas tangas de Victoria Secret, con calzones grandes, ajustados y hasta texturizados, que no solo acentuaban las caderas y traseros, sino los exigían. 

Antes de Bridget Jones, casi nadie había escuchado de los calzones modeladores. Eso no significa que no existieran. La ropa modeladora moderna, como la ropa interior diseñada para sumir la panza y darle al usuario una uniformidad como la de un androide, ha estado en las tiendas desde principios de la década de los 90. Pero fue hasta el 2000 que Spanx lanzó sus Footless Pantyhose, el estándar de oro para la ropa modeladora moderna, que son unas medias de control sin pies. Estas le abrieron camino a Power Panties, una versión compacta de lo mismo, que se convertiría en el artículo más pervasivo en la alfombra roja. 

Ahora, por supuesto, los calzones para apretar la panza los usan todos desde Jacinda Arden (dos pares a la vez) hasta Robert De Niro en El irlandés y cada Kardashian, Jenner o Karen en el camino. Hasta se puede explicar por qué algunos calzones de las celebridades migraron al exterior sin causar alarma. Algunos ejemplos memorables incluyen a Lady Gaga en la Met Gala en 2019, Davina McCall en The Masked Singer y muchas modelos en los desfiles de primavera/verano 2021 cuyos (grandes) calzones eran visibles debajo de un vestido traslúcido. Es poco probable que estos fueran de Spanx, pero francamente, ¿cuál es la diferencia? Un par de calzones con cualquier otro nombre se vería igual de grande. 

Serena Rees fundó Agent Provocateur en 1994, dos años antes de que el libro saliera. La marca es conocida por vender prendas interiores conscientemente anacrónicas, fuera del evento extraño que “necesita” algo, Rees siempre se ha inclinado por una silueta más grande. “Mi historial de ser una amante de los calzones grandes comenzó en mis días de antro cuando salía con un calzón grande fabuloso con medias de red y un excelente suéter (muy buenos hallazgos vintage), cuando trabajaba para Vivienne Westwood a principio de los noventas”, dice ella. Rees sostiene que se supone que Agent Provocateur siempre se trató de “calzones grandes con estilo”. Al lanzar su nueva marca, Les Girls Les Boys, también se enfocó en calzones grandes, pero unos con una silueta comparativamente neutral de género. El cambio dio frutos, en 2020 las ventas aumentaron 400%. “Fue un reflejo de los tiempos cambiantes”, ella dice, “pero también me guió la manera de pensar de la siguiente generación”. 

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El propósito de la ropa interior, conocida como “bragas” cuando se volvió la norma, era que fuera higiénica, cálida, y modesta. Pero también era por la silueta, dice la historiadora de moda Susanna Cordner, quien trabajó en la exhibición del Museo de Victoria y Albert Undressed: a Brief History of Underwear. “La diferencia entre las prendas estructurales del pasado y la ropa modeladora que compramos hoy es que se entendía que en el caso de, por ejemplo, una mujer victoriana con una silueta de campana, se usaban elementos ocultos como corsés y crinolinas para lograr esa figura”, ella dice. No podías ver las bragas, pero sabías que ahí estaban. El resurgimiento de los calzones grandes “podría verse como que el usuario prioriza su propia experiencia por encima de las presiones externas”

No fue el libro sino la adaptación de 2001 con Renée Zellweger que puso los calzones extragrandes y cómicamente poco sexy al frente y al centro. Como siempre en la mercadotecnia, es la imagen lo que cuenta, y la imagen que se quedó de Bridget Jones fue de los calzones grandes. La aburrida realidad siempre es menos interesante que el mito de la cultura pop. Aún así esta actualización con respecto a la ropa modeladora no solo reconoció que algunas mujeres la usan, sino que muchas tienen sexo con ella.

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