¿Quién era Jaime Rodríguez, ex integrante de la banda de rock mexicano El Haragán?
Jaime Rodríguez, ex bajista de El Haragán y fundador de La Otra Cara de México, falleció este 17 de abril.

En un post de Instagram la agrupación dio a conocer la muerte del bajista
/Foto-Ig: el_haragan_y_cia
El rock mexicano atraviesa un momento de luto. Este 17 de abril falleció Jaime Rodríguez, bajista histórico de la banda El Haragán y Compañía, y fundador del proyecto independiente La Otra Cara de México, dos propuestas musicales que marcaron a distintas generaciones y ayudaron a forjar la identidad del rock urbano nacional. La noticia fue dada a conocer la noche del jueves por el locutor Iván Nieblas, mejor conocido como “El Patas”, a través de su cuenta de X (antes Twitter).
Rodríguez fue recordado en redes sociales como un músico carismático, amable y comprometido con su arte. Su influencia ha sido reconocida tanto por colegas como por fans, quienes hoy lamentan su partida y celebran su trayectoria. Aunque aún no se han confirmado las causas de su muerte, el impacto que deja su legado musical es ya incuestionable.
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¿Quién fue Jaime Rodríguez y por qué su legado es tan importante?
Nacido en Cuautitlán, Jaime Rodríguez fue bajista durante varios años de El Haragán y Compañía, banda clave del rock urbano que desde principios de los noventa ha contado historias de desigualdad, barrio y resistencia social. Su bajo, firme y profundo, fue parte fundamental del sonido que definió a toda una generación de seguidores del rock nacional.
Más allá de su paso por El Haragán, Rodríguez fundó La Otra Cara de México, un proyecto independiente que, sin contar con los reflectores del mainstream, logró establecerse como una propuesta sólida dentro del circuito underground. Su música mezclaba influencias del blues, rock clásico y sonidos latinoamericanos, siempre con una lírica cargada de crítica social y un claro compromiso con la identidad del país.
Con estos dos proyectos, Rodríguez ayudó a construir un lenguaje sonoro propio, alejado de las fórmulas comerciales y enfocado en narrar lo que pasa en las calles, en los barrios y en las mentes de una juventud que ha encontrado en el rock un medio de expresión y resistencia.
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¿Cómo reaccionó la comunidad del rock nacional ante su muerte?
La noticia del fallecimiento de Jaime Rodríguez conmocionó de inmediato a músicos, periodistas especializados y seguidores del género. Figuras del medio comenzaron a compartir mensajes de despedida, recordando no solo su calidad musical, sino también su generosidad y entrega a la escena.
Iván Nieblas fue uno de los primeros en manifestar su pesar, señalando: “Falleció Jaime Rodríguez, un tipo carismático y amable. Alguna vez bajista de El Haragán y posteriormente fundador de un longevo proyecto, La Otra Cara de México”.
En redes sociales, la frase “El rock nacional sigue de luto, pero Jaime Rodríguez vive en cada nota de su música” se volvió viral, acompañada por fotografías, videos de presentaciones en vivo y recuerdos compartidos por fans que lo conocieron en conciertos, tocadas independientes o encuentros casuales.
Las muestras de cariño y tributo también reactivaron un debate necesario sobre la falta de reconocimiento oficial para figuras del rock nacional que, como Rodríguez, han construido desde abajo un movimiento cultural con impacto profundo y duradero.
¿Qué deja Jaime Rodríguez al futuro del rock mexicano?
El legado de Jaime Rodríguez no está solamente en los discos grabados o en los escenarios pisados. Está en la forma de entender el rock como una herramienta de comunicación directa con el pueblo, como un vehículo para denunciar injusticias, retratar la realidad cotidiana y construir comunidad.
A diferencia de músicos que optaron por fórmulas más accesibles, Rodríguez siempre apostó por la autenticidad y por mantener viva la llama del rock urbano, con todo lo que eso implica: autogestión, cercanía con el público y un discurso honesto. Su trabajo con La Otra Cara de México, aunque menos difundido que el de El Haragán, representa una escuela de pensamiento musical y cultural que seguirá inspirando a nuevas generaciones de artistas independientes.
Su muerte deja un vacío que será difícil de llenar, pero también una ruta trazada: la del músico que no se rinde, que apuesta por el contenido, que se mantiene fiel a sus raíces. En un país donde muchas veces el arte independiente sobrevive con dificultad, figuras como Jaime Rodríguez demuestran que el compromiso, el talento y la pasión pueden romper cualquier barrera.
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