‘Para ser buen líder debes conocer tus superpoderes’: Lori García, cofundadora de Kavak
Foto: Kavak

Loreanne García, o ‘Lori’ como le dicen sus compañeros, ha mantenido una relación muy cercana con sus hermanos, entre ellos Carlos, CEO del unicornio mexicano Kavak. El espíritu emprendedor está en su familia, pues ella buscó hace años ser emprendedora, pero aquel momento no era el indicado ni la idea correcta.

Se crió en Venezuela, donde estudió Ingeniería en Producción en la Universidad Simón Bolívar. Su trayectoria laboral inició en 2004, en la trasnacional Procter and Gamble (P&G), además de otras firmas como la consultora Mckinsey, en Caracas, y después en 18 países diferentes. A su llegada a México se desempeñó en una microfinanciera en el departamento comercial, y en Coca-Cola Femsa.

Pero fue mientras estudiaba un MBA en la Universidad de Stanford cuando se dio cuenta de lo mucho que le gustaba el emprendimiento y el tema de organización y gente. Pero fue hasta que Carlos le contó su idea de emprendimiento que comenzó a trabajar en temas que, a su parecer, eran importantes pero no urgentes, como finanzas, asesoría legal y recursos humanos. Poco después se convirtió en Chief People Officer, a cargo de la parte humana de la empresa, y cofundadora de Kavak.

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En entrevista para La-Lista, Lori comparte sus experiencias y aprendizajes durante estos años en la empresa que en menos de cinco años de existencia se convirtió en el primer unicornio mexicano en plena crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia por Covid-19.

El pasado 7 de abril levantó una ronda de financiamiento que cuadriplicó su valor alcanzando los 4 mil millones de dólares, colocándola, de acuerdo con Statista, como la segunda empresa con más valor en Latinoamérica.

La-Lista (L-L): ¿Cómo era la relación con tu hermano?

Lori García (LG): Siempre hemos estado muy unidos y mantenemos una relación cercana pese a la distancia. En total somos cuatro hermanos y sabemos que lo único constante entre los cambios es la familia y nos vemos como un equipo que da consejos personales y profesionales. Somos distintos y nos complementamos muy bien. Pero desde que Carlos y yo entramos a los veintes, decíamos que montaríamos algo juntos porque haríamos muy buen equipo. 

L-L: ¿Cómo fue la propuesta de Carlos para unirte a Kavak?

LG: Una tarde calurosa de junio, mientras estábamos sentados en una terraza, platicábamos. Yo acababa de tener a mi primer bebé. Carlos siempre ha sido un hombre de mucha visión e ideas que me compartía. Me contó de una que tuvo un par de años antes, durante un viaje a México. Kavak se apuntaba para algo interesante y con mucha oportunidad por delante. 

L-L: Antes de que él te contara, ¿tú tenías la intención de ser emprendedora?

LG: Sí, desde que estaba en la universidad y más en el doctorado, especialmente después de trabajar en la consultora, porque había estado muy en contacto con emprendedores, asesorándolos en presupuestos y estrategias. En Standford emprendí una plataforma para que las personas donaran su tiempo y su dinero a las causas sociales, pero no arrancó. He notado que más allá de la idea, es el compromiso que tengas con el problema. Quería emprender con la idea y el equipo adecuado. 

L-L: ¿Como con Kavak?

LG: Sí. Aquí dijimos vamos a hacer que funcione y cómo le hacemos para lograrlo. Esto fue un cambio de mentalidad importante de cómo enfrentar el emprendimiento y cómo te enamoras de lo que tienes que solucionar más allá del producto. Primero estuve apoyando durante dos meses y después Carlos me dijo que me uniera al 100%.

L-L: ¿En qué momento de tu vida estabas y cómo decidiste renunciar al trabajo seguro?

LG: Se conjuntaron varias cosas, la idea de Kavak ya llevaba un año, mi hijo estaba por cumplir su primer año de edad y me di cuenta de que el mundo corporativo no me permitía diseñar el tipo de vida que quería para estar junto a mi bebé. Así que decidí apostarle a Kavak. Había miedo de que la idea no agarrara la tracción que uno proyectaba, incertidumbre por lo económico, el equipo, cosas nuevas todos los días sin un manual que te diga qué y cómo hacerlo.

Pero tienes de dos: o vives en esa estructura de miedo o empiezas a hacer lo que tienes que hacer. Cuando inicias, te vas dando cuenta de que el miedo se queda atrás y vas empujando para llegar al cómo sí. La preparación es indispensable porque los retos cambian conforme vas creciendo. 

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L-L: ¿Qué emociones has experimentado con Kavak?

LG: Dos: orgullo e incertidumbre. La primera cuando llegamos a metas importantes, como ser unicornio. Cuando emprendes, todo el tiempo estás corriendo y cuando llegas a estas metas, es cuando te puedes parar, voltear a ver y decir: wow. Y la segunda, con el Covid, porque cuando íbamos agarrando fuerza y decidimos pisar el acelerador, pronto tuvimos que frenar en seco, con una incertidumbre enorme y entendiendo una realidad compleja. Los primeros meses fueron muy difíciles. 

Fuimos ágiles y dividimos al equipo que debía estar en casa y el que podía enfrentar el Covid con todas las medidas y protocolos, reducir costos, etc. El equipo comenzó a ver cómo mejorar y cuando pensábamos que estábamos tocando fondo, comenzamos a subir y tomando fuerza para agarrar la ola del ecommerce y la relevancia del auto, pues Uber no era una opción por miedo al contagio; las familias se sentían seguras así. Nosotros estuvimos ahí para capturar esto.

L-L: ¿Qué pasa cuando se convierten en unicornio?

LG: Fue un nivel de energía increíble por lo que estamos haciendo, la aceptación de los clientes y un nivel de compromiso gigante. Ser un unicornio parece una meta pero no lo es, es parte del arranque y una apuesta que hacen por nosotros y que debemos trabajar para que se cumpla.

También un compromiso con el ecosistema para empezar a abrir camino para otros emprendedores. En los siguientes años, lo que viene para México será impresionante porque hay más talento, capital, comunidad y un efecto positivo que traerá cosas buenas.

L-L: ¿Cuáles son las características que debe tener un emprendedor para afrontar todo estos cambios?

LG: Ver los problemas como una oportunidad para mejorar, porque siempre te topas con uno; cómo manejar el riesgo y la innovación; y atraer gente que se enamore de la idea: equipo, clientes e inversionistas.

L-L: ¿Cómo ser un buen líder?

LG: La mejor forma de ser líder es siendo tú mismo porque si no, reflejas incongruencias. Debes entender cuáles son tus ‘superpoderes’, en qué cosas eres bueno, en dónde necesitas ayuda y rodearte de gente que te dé esa visión distinta porque a veces no lo ves, es tu punto ciego.

L-L: Mencionas los ‘superpoderes’, ¿cuál es el tuyo?

LG: La empatía. El tema de entender cómo se puede sentir una persona frente a lo que hace o vive. Eso ha hecho que Kavak sea una empresa enfocada en personas. Otro sería la estructura. Soy una persona muy organizada, cosa que me ha ayudado a combinar mi vida personal y profesional para lograr cosas.

L-L: ¿Alguna vez te imaginaste llegar a este nivel?

LG: Antes de Kavak no pensé algo tan grande, pero ya adentro lo vi real en el segundo año. Algo que podía ocurrir, pero en el que todavía faltaba trabajar duro. El sueño cumplido es el impacto que se ve en la vida de las personas, tanto clientes como empleados.

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L-L: Recientemente, Kavak tuvo un levantamiento de capital que cuadriplicó su valor. Con esto en la mesa, ¿qué viene para la empresa y para ti?

LG: Para la empresa es acelerador con expansión. Queremos crecer y estar cerca con los clientes, más países e inversión en equipo y tecnología para asegurar la experiencia de los clientes.

Para mí, construir una empresa global manteniendo nuestro enfoque en las personas. Y ser una voz para más mujeres emprendedoras y jugar mi papel hacia un mundo más inclusivo y que para otras, y mi hija, no sea una pelea tan dura.

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