No podemos mandar dinero al bolsillo de dictadores: congresista de EU
Foto: Norma Torres / Facebook.

La congresista demócrata Norma Torres nació en Guatemala hace 56 años. Lleva seis años en el Capitolio, primero como senadora por el estado de California y hoy, como representante. Es la única legisladora nacida en Centroamérica.

Es de las voces más directas y públicas sobre la relación que su país debe adoptar con los países del Triángulo Norte (El Salvador, Honduras y Guatemala). O mejor dicho, con sus líderes.

Ello le ha costado enfrentamientos con el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, en Twitter. De los últimos, cuando a petición de la congresista, el departamento de Estado desclasificó una lista con 17 nombres de políticos del Triángulo Norte sospechosos de corrupción y narcotráfico. Entre ellos, hay aliados del mandatario salvadoreño.

Torres se toma su trabajo en serio. Es miembro del Comité de Asignaciones, el que aprueba y supervisa el presupuesto de Estados Unidos. No puede ni quiere jugar con el dinero de los ciudadanos que se manda a otros países, aunque sea para fines de desarrollo.

Mientras, la Administración Biden sigue aplicando el Título 42 de una ley de salud que permite bloquear la entrada de ciudadanos por razones de salud pública. Esta política la comenzó Donald Trump, en marzo de 2020, y hasta mayo de 2021, se expulsaron a más de 750,000 inmigrantes indocumentados, según la organización Washington Office for Latin America.

La-Lista platicó con la congresista. Cinco días después, EU ponía fin formalmente al polémico programa migratorio conocido como Quédate en México, puesto en marcha por su antecesor, para que los inmigrantes que solicitaran asilo tuvieran que esperar a sus audiencias en los tribunales en México.

El presidente Joe Biden dijo que destinaría 4,000 millones de dólares en cuatro años para acabar con la migración de América Central, ¿qué van a priorizar?

No estoy de acuerdo con gastar este dinero en esta región hasta que tengamos un compromiso y un plan estructural de cómo estos tres países están enfocados en realmente hacer cambios. Cambios en la legislación para combatir el problema que tienen de corrupción, de falta de acceso a educación, salud, y la infraestructura que necesitan invertir específicamente en pueblos indígenas, de donde vienen muchos de los inmigrantes a la frontera del sur. 

Por esa razón, estoy contenta de que la USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) anunciara que va a cortar esa ayuda para el gobierno de El Salvador. Ninguno de nosotros queríamos tomar este paso pero es lo que podemos hacer después de ver que el presidente (Nayib) Bukele haya destrozado la Corte Suprema independiente, ha socavado la independencia de esos jueces y sigue amenazando a los periodistas y a cualquier persona que se opone a lo que quiere hacer. 

Pero sin esta ayuda, ¿no terminan perjudicados siempre los mismos?

Reconocemos eso y estamos tratando de ayudar y trabajar con grupos como la sociedad civil u organizaciones sin ánimo de lucro. Pero el trabajo de Estados Unidos no es solo mandar dinero. Mi trabajo también es decirle a mi comunidad cómo estamos gastando el dinero que ellos pagan al gobierno americano y que nosotros damos a esos gobiernos. Si se está usando para empoderar a estos dictadores en la región, no está bien.

¿Cómo prevén hacerlo con líderes como Nayib Bukele en El Salvador o Juan Orlando Hernández en Honduras de contrapartes?

Seguir tratando de trabajar con individuos y organizaciones, si no tenemos que ver otro modo. Nosotros no podemos seguir mandando dinero que nada más llega al bolsillo de estos dictadores. Eso es lo que tienen que ver los votantes, cómo hacen los líderes su trabajo porque lo que hemos visto estos últimos años, es que el líder de hoy es el de ayer, con las mismas mañas.

¿Por qué hizo pública esa lista de políticos sospechosos de corrupción y narcotráfico?

Una lista más larga va a salir el próximo mes. La razón es porque para mí es necesario saber con quiénes estamos trabajando, si son corruptos o narcotraficantes.

¿Qué rol tendrá México en la estrategia para el Triángulo Norte?

Esperamos mucho de México. Sabemos que ha sido muy afectado por los mismos grupos de personas, niños, familias, que pasan por el país para llegar a la frontera y necesita ayuda. Necesitamos seguir trabajando con el gobierno mexicano para ayudarles a manejar esta tragedia de miles de personas que pasan por el país.

¿Confía en el presidente Andrés Manuel López Obrador?

Por el momento, no he estado muy involucrada con lo que pasa en México porque mi trabajo ha sido en el Triángulo y en mi distrito. Pero espero que siga colaborando.

¿Está de acuerdo con que México tenga que enviar miles de agentes para frenar una migración que deberían gestionar ustedes?

Si estas personas están pasando por México, también está involucrado en esto. No me parece bien militarizar ninguna frontera. Nosotros hemos ayudado a entrenar soldados no solo en Guatemala, sino que también en México. Desafortunadamente no estuvieron actuando como nos habían dicho. Por eso en los últimos dos años apoyé recortar la asistencia a los militares de Guatemala, de Honduras y, este año, a El Salvador. 

¿Lo puede explicar?

En Guatemala dimos ocho Jeeps a los militares porque nos habían dicho que los necesitaban para manejar el narcotráfico en la frontera con México. Hace dos o tres años usaron esos vehículos para rodear la embajada de los EU e intimidaron a nuestros agentes. Por esa razón, promoví quitarles la asistencia. En Honduras averigüé qué militares estaban usando del equipo de entrenamiento contra los pueblos que deberían estar protegiendo. Eso, para proteger el narcotráfico del hermano del presidente.

¿Qué opina de que se mantenga la frontera terrestre cerrada y la aplicación del Título 42?

México es muy importante para la economía de EU. Pero está la pandemia y nosotros perdimos más de medio millón de americanos aquí. Ahora ya estamos empezando a vacunar. Hemos priorizado México y Canadá para la asistencia de vacunas. Acaban de anunciar 80 millones de vacunas que la Administración de Biden ha ordenado y estamos comprometidos a priorizar todo Latinoamérica. 

Entonces, ¿no cree que es para evitar que los migrantes puedan entrar?

No, la prioridad del presidente ha sido salvar vidas y es lo que ha hecho. Si fuera ese el motivo, no se aceptaría ni siquiera a los niños. Hoy ya no están en jaulas, están en centros de detención hasta que se encuentran sus padres. No todo en EU está abierto y no podemos sacrificar vidas por economía.

¿No es contradictorio con el hecho de que Nueva York fomente el turismo de vacunas?

Nueva York no quiere turismo de vacunas pero nosotros tenemos la vacuna y no pedimos identificación, se la damos a todas las personas que hacen su cita para vacunarse. El turismo de vacunas se inventó en esos otros países por personas que tienen plata para pagar por el viaje y llegar a inyectarse. 

Cada día ingresan unas 567 armas ilegales a México procedentes de EU. ¿Qué planes tienen para controlarlo?

Eso es algo que siempre escucho de los representantes mexicanos, es algo que he tratado de abogar aquí en EU, por ejemplo, me opuse muy duramente cuando el presidente Trump cambió a quien iba a estar en cargo de la venta de armas. Le quitó la responsabilidad al Departamento de Estado y se la dio al de Comercio. Tenemos que ser más cuidadosos con quiénes estamos armando.

¿Hay alguna propuesta en concreto?

Por el momento, no. Estamos en una pandemia y no se puede hacer todo.

¿Qué espera de la visita de la vicepresidenta Kamala Harris a México el 8 de junio?

Espero que puedan finalizar un plan con México sobre cómo podemos ayudarles durante el tiempo que están hospedando a estas criaturas que necesitan comida, acceso a médicos, todo eso. Cómo podemos trabajar juntos, qué acuerdo podemos tener para reducir el número de familias específicamente menores que pasan por ahí. 

El problema en la frontera sur no es nuevo, ¿qué garantiza que ahora encontrarán una solución más efectiva?

La garantía y responsabilidad no es solo de Biden y EU. Decir eso es quitar la responsabilidad a los tres líderes del Triángulo Norte. La diferencia con lo que se hizo antes es que nunca nos hemos enfocado realmente en las causas de por qué se está yendo tanta gente. Reconocemos que gran parte del problema es porque hay mucha corrupción.

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