Transición energética en México sufre reveses en actual sexenio: expertos

La meta de generar el 35% de energía limpia para el 2024 conforme los Acuerdos de París encuentra diversos desafíos en el tramo final de este plazo. Expertos sostienen que decisiones del presente sexenio han impedido una plena transición energética. 

“El potencial para generar energía con fuentes renovables es mucho más amplio en México de lo que se pueda estar desplegando. Lo cierto es que las autoridades energéticas y regulatorias han defendido la estrategia del balance energético y en eso estamos”, dijo Arturo Carranza, director de proyectos de energía de la consultora Akza Advisors. 

La Secretaría de Energía ha manifestado que el balance energético es un asunto de seguridad nacional con propósito de garantizar a la población el acceso a los servicios básicos de electricidad y combustibles, incluso si esto implica negar permisos a privados. 

Un revés para la mayor participación privada en el sector energético ocurrió con la cancelación de las subastas de energía, cuando el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) canceló la cuarta en diciembre del 2018. Se trata de un mecanismo de licitaciones donde generadores compiten por ofrecer el precio más bajo de energía. Cenace argumentó razones técnicas, económicas y de planeación. 

“Han quedado canceladas las subastas eléctricas, la generación aprobada supera los pronósticos de la demanda y esto con base a las autoridades energéticas (significa que) el balance energético hay que ajustarlo. Esto es lo que dicen”, apuntó Carranza. 

La energía eléctrica generada con tecnologías limpias representó el 26.1% de toda la generación en el 2022, de acuerdo con un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) que toma como base seis energías consideradas como limpias por el Cenace: biomasa, eólica, geotérmica, hidroeléctrica, nucleoeléctrica y fotovoltaica. 

Una consulta de estos datos en el periodo de enero a julio del presente año presenta este porcentaje en 22.96%. 

Reveses en el camino 

A finales de junio se dio a conocer el Ranking de Transición Energética del Foro Económico Mundial, donde México cayó 22 puestos en dos años al pasar de colocarse en el puesto 46 en el 2021 al 68 en el 2023.

El informe apunta que si bien países como Qatar y México lograron avances, “su progreso cayó por debajo del promedio de los demás países”, un aspecto que demuestra la dificultad de estas naciones para mantener el progreso.

“En lugar de acciones del gobierno, ha sido la falta de acciones o de política pública la que nos ha retrasado bastante. En primer lugar, todas las políticas que estaban de administraciones pasadas se dejaron de lado”, dijo Mónica Rodríguez, subdirectora en Integralia Consultores en comentarios a título personal. 

Para la experta el espíritu de la reforma energética no ha sido modificado, mas ha existido falta de cumplimiento de transición energética en lo que respecta a varias leyes. 

La gestión de la energía en la presente administración se da en un marco de disputa con participantes privados. 

“En el caso de esta administración algo muy claro es que se dejaron de otorgar permisos de generación de electricidad con fuentes limpias o renovables. El argumento es que se querían o se estaban solicitando por parte de empresas privadas. Y ya conocemos este bloqueo que hubo en el sector energético, este fue una traba importante, la otra es que ya no hubo una nueva política de transición energética, que planteara cómo lograr las metas que México ya tenía propuestas”, apuntó Rodríguez sobre los reveses de la transición energética.

Un análisis del IMCO apunta que entre el 2017 y el 2022 se incrementó 48.4% la energía limpia al pasar de 58.7 a 87.2TWh. 

Sin embargo, entre 2021 y 2022 la generación de energía limpia en el país se redujo -1.8% al pasar de 88.8 a 87.2 TWh, el centro de investigación lo atribuyó en parte a la caída de la generación de energía eólica (-3.6%) y solar fotovoltaica (-4.6%).

Nuevos proyectos

Existe una apuesta de parte del gobierno federal por que dentro de los nuevos proyectos se incluyan termoeléctricas, un tipo de energía no renovable por emplear fuentes fósiles como el gas. 

Un análisis del banco BNamericas de proyectos energéticos de más de 50 millones de dólares apuntó que entre 2023 y 2025 entrarán en funcionamiento 17.7 GW de potencia, de los cuales 66.2% corresponden a generación termoeléctrica.

“Más que una lectura lo veo como una realidad, la estrategia para ampliar la generación eléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) toma como base fundamental la construcción de ciclos combinados que funcionan a partir del gas natural, que es fósil, aunque es menos contaminante que el petróleo y el carbón, por ejemplo. Esto tiene una explicación y parte del hecho de que la CFE tiene contratada capacidad de transporte y molécula en volúmenes muy altos de gas natural. La CFE justifica esta decisión diciendo que si tiene contratada una capacidad amplia de gas natural y por un largo tiempo pues su modelo de negocio marcaría en un sentido que se utilice esta capacidad”, apuntó Carranza. 

Por otro lado, una de las apuestas de energías renovables del gobierno federal se centra en proyectos como el de Puerto Peñasco, donde el gobierno generará 420 MW a la Corriente Alterna (CA), y se espera que genere al año mil 195 GWh, conforme a las siguientes dos etapas del proyecto. 

El 20 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró su compromiso de llegar al 35% de la generación de energía limpia durante su participación en el Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima. 

“Por último, el cumplimiento de compromisos de generar en el 2024 cuando menos el 35% de toda la energía consumimos en el país por medio de tecnologías limpias y renovables”, dijo López Obrador. 

Destacó la compra del gobierno de 13 plantas de Iberdrola (12 de ciclo combinado y una eólica); la modernización de 16 hidroeléctricas y la construcción de 3 plantas solares en Sonora y cuatro parques eólicos en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.

Planes a destiempo

Una de las dificultades para la transición identificadas por Rodríguez en el presente sexenio es la salida a destiempo de diversos planes energéticos.

“No sabemos si se hace a propósito o por incapacidad de la dependencia. Pero muchos documentos que están obligados a publicar en temas de política pública en la materia se han publicado tarde”, dijo la consultora. 

Este es el caso del Programa Nacional para el Aprovechamiento Sustentable de la Energía  2020-2024 que se publicó hasta el presente año. 

“Se publica en 2023 y ya es prácticamente imposible de implementar y habría que esperar que a la siguiente administración quisiera aplicarlo tal cual y le diera seguimiento y publicar el siguiente a tiempo, entonces realmente este se queda ya sin mucha aplicación y sin tener mucho impacto”, refirió Rodríguez. 

También sucedió con el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen), principal instrumento de planeación del sistema eléctrico. 

“Me parece que salvo este año, el resto de la administración todos los años se publicó tarde.… Hemos visto que hay algunos reportes de la CRE que se dejaron de publicar como el reporte del monitor independiente del mercado, también muchas cifras de la Sener se dejaron de publicar, hay mucha falta de información y muchas estrategias políticas de documentos que se publican con retraso y que sí generan afectaciones al sector”, apuntó. 

Perspectiva a futuro

La metodología del cálculo de la Energía Limpia para las autoridades podría ser la diferencia entre alcanzar las metas de transición energética planteadas en el Acuerdo de París o no, refiere Carranza.

La CFE ha empezado a hacer modificaciones para incluir el vapor a turbinas dentro de las energías limpias y así aumentar sus números. De acuerdo con un reporte de BnAmericas, dicha tecnología junto con la nuclear elevaron la generación de 15 GW en 2021 a 23.2 GW en 2022 bajo la categoría: energía libre de combustibles fósiles. 

“Siguiendo las decisiones regulatorias que se han tomado, esto es permitir incorporar diferentes tecnologías como generación limpia, sobre esa base existirán mejores condiciones para alcanzar las metas… Decidieron que cierto tipo de generación con base en el vapor de algunas centrales eléctricas contara como energía limpia, eso no se ha explicado bajo qué estándares internacionales es permisible”, apuntó Carranza. 

“Sobre esa base es presumible que sí podríamos alcanzar el 35% (para 2024), pero si este tipo de decisiones no entran en operación, como tengo entendido, por decisiones judiciales, la trayectoria que nuestro país ha seguido es muy clara en términos de que es muy poco probable que se alcance esta meta”, agregó. 

*Este artículo corresponde a la serie Desafíos de la Energía publicada por Causa Natura Media.