El precio, diseño, registro sanitario y material, entre otros, son indicadores de la calidad de una copa menstrual.
Poco a poco, las personas menstruantes han descubierto e implementado a su vida nuevas formas de vivir su ciclo menstrual, alejándose de los dispositivos tradicionales como los tampones y las toallas sanitarias. El sangrado libre, los calzones menstruales y la copa menstrual son prueba de ello.
Sin embargo, en el caso de esta última, el mercado es cada vez más grande, provocando que los consumidores puedan obtener copas menstruales por distintos canales, lo que abre la puerta a la piratería en este tipo de dispositivos.
De acuerdo a ReportLinker, las copas menstruales se han posicionado como un mercado muy atractivo y en 2020, dicha industria se valoró en mil 155 millones de dólares. Sin embargo, a pesar de estas cifras, hay marcas no autorizadas que ponen en riesgo la salud de quienes las usan.
“La popularidad de la copa ya es un hecho. Cada vez encontramos más marcas”, dice a La-Lista Sally Santiago, gerente de marca de ProFemme, que distribuye copas menstruales en México. Por ello, explica, “es muy fácil que te vendan una copia pirata en línea, que es el espacio en donde normalmente se comercializan las copas”.
Las copas menstruales son reconocidas como dispositivos médicos clase II, explica Santiago. Esto significa que se puede introducir en el organismo y permanecer ahí menos de 30 días. Además, este tipo de dispositivos suelen tener un tiempo de vida de cinco años, aproximadamente.
Como consecuencia, debe estar respaldado para garantizar que su uso no afecte la salud de quien lo compra. En el caso de México, es la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) quien debe encargarse de supervisar y garantizar que una copa menstrual que sale al mercado en el país cumpla con las normas correspondientes respecto a los materiales, su fabricación, así como el proceso de producción y fabricación.
Pero la popularidad de estos dispositivos ha llevado a que se comercialicen muchas copas menstruales que no cuentan con este respaldo sanitario y cuyo origen, materiales y proceso de creación puede resultar dudoso y carente de calidad, dice Santiago.
Al respecto, en 2016 y 2017 Cofepris lanzó una alerta sanitaria sobre la venta ilegal de copas menstruales, que suelen hacerse populares gracias a sus precios accesibles y sus diseños atractivos.
¿Cuáles son los riesgos de usar una copa menstrual pirata? Sally Santiago indica que el material que se utiliza para la fabricación de las copas menstruales es silicón de grado médico, o bien de TPE (elastómeros termoplásticos).
Sin embargo, en el caso de las copas piratas no hay claridad sobre su material, lo que abre la puerta a alteraciones, por ejemplo, en el pH vaginal. O bien, pueden tener algún borde expuesto que, al momento de introducirlo al cuerpo, provoque desgarres o lesiones.
La gerente de marca de ProFemme explica que para asegurarte de que la copa menstrual que estás comprando está avalada por Cofepris y no te desencadenará ningún problema a futuro, hay que tomar en cuenta los siguientes puntos:
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