Alondra obtuvo una orden de restricción luego de años y amenazas de su pareja

La historia de violencia de Alondra Franco no comenzó cuando entró aquel día al Ministerio Público de Poncitlán, Jalisco, donde fue asesinada junto a su madre, Liliana Tovar. La joven de 21 años empezó a vivir agresiones en su relación desde que quedó embarazada de su primer hijo hace ocho años.

Alondra vivía en su casa como si fuera una cárcel, estaba aislada y controlada por un sistema de cámaras de seguridad al interior de su vivienda, sus familiares se acercaron a buscarla en diferentes ocasiones, pero no ingresaban al domicilio para no generar problemas, sabían de las condiciones de maltrato con las que amenazaba Christopher “N” a Alondra, advierte su hermana Montserrat Franco en entrevista con La-Lista.

Si Liliana se presentaba en la casa de su hija Alondra, Christopher la corría y la amenazaba para que se retirara a cambio de no sufrir “consecuencias”. Las amenazas también eran para el padre y hermano de Alondra y eso la mantenía a Alondra con miedo.

El primer plan de Alondra para ponerse a salvo fue llamar a su padre desde el teléfono de una vecina el miércoles anterior al día de los hechos, el asecho de Christopher era tal que las llamadas y mensajes que Alondra recibía eran registradas en el celular de él.

Alondra le contó el plan a su padre. El domingo aprovecharía la ausencia de Christopher para escapar. Su entonces pareja, de 27 años, era DJ y se dedicaba a la organización de fiestas. Ese día, tendría un evento en Ocotlán y sería el momento en el que ella escaparía con sus hijos para ir a casa de sus padres.

La noche del domingo, Alondra y sus dos hijos, pasaron la noche en la casa familiar.

El lunes 30 de enero, alrededor de las 11 de la mañana, Alondra se presentó en el Ministerio Público de su comunidad, la persona que debía tomarle su declaración no se encontraba y entonces le explicaron qué hacer: tenía que acudir al Instituto de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres para que obtuviera protección y también acudir al DIF. Del DIF la enviaron a la sindicatura de Poncitlán, Jalisco, para que “le firmaran un papel” y que obtuviera una protección durante las siguientes 72 horas.

Alondra fue citada a las 11 de la mañana del día martes 31 de enero para concluir su denuncia y solicitar la extensión de la medida de protección por los próximos dos meses. Pero alondra no tenía tiempo ni espacio para poder moverse y seguir su denuncia.

Monserrat Franco, hermana de Alondra, la llevó a ella, al hijo más pequeño de Alondra y a su madre al Ministerio Público y se retiró para hacer unos mandados no muy lejos del lugar. Pronto recibió una llamada de su madre para que se regresara porque le habían solicitado más papeles a Alondra.

Monserrat no se encontraba a más de tres calles de la agencia, pero el feminicida de su hermana llegó antes al edificio público. A Alondra no la salvó la orden de protección ni en el mismo Ministerio Público.

Christopher entró a la agencia y disparó directamente en contra de Alondra y de su madre, todo en presencia de su hijo más pequeño.

Monserrat Franco detalló que la madre de Christopher sabía lo que iba a hacer, porque después de abatir a Alondra y a su madre, se llevó al niño “y se lo fue entregar a su mamá”. Así como dejó el coche a media calle para bajar a cometer un acto feminicida, dejó a su hijo en la calle para después darse a la fuga.

En los relatos del hecho, se describe que las acciones de Christopher sólo tomaron unos segundos. Amagó al personal auxiliar de la agencia ministerial y disparó sin que nadie pudiera detenerlo. Para ese momento, la policía de investigación se encontraba realizando trabajo de campo.

El peligro inminente en que estaba la vida de Alondra no fue claramente valorado por las autoridades. En el libro Sin marcas visibles de la periodista de investigación especializada en temas de violencia doméstica y de género, Rachel Louise Snyder, expone:

“El peligro aumenta radicalmente cuando la víctima intenta dejar a su acosador, y se mantiene muy alto por tres meses”.

La vida de Alondra corría un riesgo tal, que era obligación de las autoridades mantenerla bajo resguardo y vigilancia continua para evitar cualquier contacto con el agresor, según el Protocolo estandarizado para la tramitación, cumplimiento, control y seguimiento de Órdenes de Protección de víctimas mujeres, niñas y niños en los Centros de Justicia para las Mujeres, emitido por el gobierno federal.

La captura de Christopher sucedió en la ciudad de Tepic en las 24 horas siguientes después de suceder el doble feminicidio.

El 3 de febrero del año en curso Christopher “N” fue puesto a disposición del Juez de Control, quien lo imputó por los delitos de feminicidio y violencia familiar en agravio de su hijo.

En la audiencia, el detenido se acogió al término constitucional de las 144 horas que establece la ley, por lo que el órgano jurisdiccional le impuso prisión preventiva oficiosa y fijó la fecha para el martes 7 de febrero para desahogar la audiencia de continuación.

Familiares y amigos convocaron a la comunidad de Poncitlán a una marcha pacífica para manifestarse contra la violencia contra las mujeres y para solicitar a las autoridades las acciones necesarias para proteger a las mujeres en una situación de violencia.

La marcha tendrá lugar el martes 7 de febrero, a las 17 horas. Parte desde El Toril hacia el Ministerio Público y culmina en la Plaza principal de Poncitlán.

Alondra obtuvo una orden de restricción luego de años y amenazas de su pareja - Marcha_pacifica_Poncitlan_Alondra-1

La violencia contra las mujeres en Jalisco es algo que no se puede ocultar, ocupa el lugar nueve por el número total de feminicidios durante el año pasado. Al 31 de diciembre de 2022, el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública reportó en Jalisco: 35 feminicidios y 180 presuntas víctimas mujeres de homicidio doloso.

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