8M | ‘En Venezuela no se conmemora ni se lucha por la mujer en estos momentos’: migrante

Laura Valero y su novia Marisabel Palma llegaron puntuales a la cita. Su contingente las esperaba a un costado del Monumento a la Revolución cuando el reloj marcaba la 1 de la tarde y el termómetro los 27 grados Celsius.

Ambas eligieron playeras blancas, shorts de mezclilla y pañuelos morados, estaban listas para comenzar a marchar con su tribu Reconecta con la paz rumbo al Zócalo.

“Es la segunda vez que marcho en el 8M en Ciudad de México, es un honor estar aquí con tantas mujeres de otra cultura y sabiendo que en mi país no se conmemora, ni se trabaja, ni se lucha en estos momentos”, dijo Valero, de 25 años de edad en entrevista con La-Lista.

Hace cuatro años que migró a México y había tenido ganas de unirse a la lucha de las mujeres mexicanas, pues en Venezuela, su país de origen, no se les permite salir a las calles a marchar.

Así que cuando vio el gran movimiento que se hace en México, decidió unirse, pese a que no estaba segura de si era una buena idea o no, ya que algunas personas cercanas a ella le habían dicho “cosas espantosas” sobre la marcha.

“Mi primera vez fue en 2022 y aunque todo mundo me advirtió que podía ser horrible, que me tenía que cuidar, me uní”, recuerda. Con un poco de temor, pero con la convicción de hacerlo, se fue a marchar. “Puede más la fuerza que uno tiene en el interior, así que salí junto con mi novia, vinimos solas y nos unimos a la causa”, afirmó.

‘Un honor marchar en México’

La experiencia del año pasado la llenó de tal manera que este 2023 se alistó, junto con su novia, para marchar nuevamente en la Ciudad de México.

“Este año me uní con un equipo de mujeres mexicanas, lo cual da mucho orgullo y mucho honor, y salimos todas juntas desde Revolución para acompañar a las demás mujeres”, comentó.

Al igual que miles de mujeres en el mundo, Laura salió a marchar en busca de una igualdad y para pedir por que las mujeres dejen de ser vistas como objetos sexuales.

“Me uno a esta lucha porque fui violentada, porque la persona que me abusó sigue libre; me uno a la lucha porque quiero salir en falda, porque quiero llegar bien a mi casa, porque me da miedo salir sola, porque estoy harta de compartir mi ubicación, porque hay mujeres que se desaparecen a diario y soy la voz de esas mujeres que ya no están”, expresó.

Una lucha constante en Latinoamérica

No es la primera vez que Laura reside fuera de su país de origen. Anteriormente vivió en Perú y Argentina, donde también tuvo que pasar por situaciones incómodas.

“En Perú también sufrí acoso, es un país donde las mujeres tienen la voz calladita y no tienen fuerzas todavía o no consiguen el panorama para salir”, expresó.

No fue distinto en Argentina, donde “también sufrí acoso, me perseguían, robaron mi número de teléfono de mi curriculum, nunca pude trabajar porque me pedían fotos desnuda, te pagan por eso, por tu cuerpo”, comentó. “Aquí en México igualmente, no se puede salir en el Metro sola, no puedes vestir de falda, todos los hombres te miran, te dan comentarios y estás constantemente en una lucha interna en ser lo que eres o acoplarte a este machismo”, dijo.

Para Laura está claro que la lucha continuará, por lo que seguirá gritando, marchando y luchando por los derechos de las mujeres.

“Espero que nos eduquemos y eduquemos a la sociedad, que encontremos un norte y encontremos la igualdad, que tengamos las mismas oportunidades y que nos sintamos seguras, que seamos libres, que se implementen leyes porque el sistema es una mierda y no nos protege”, finalizó.