Elisa Xolalpa, víctima de ataque con ácido, exige que se juzgue a su agresor por tentativa de feminicidio
En 2001, Elisa Xolalpa fue víctima de ataque de ácido por parte de su expareja. Frente al Tribunal Superior de Justicia de la CDMX solicitó que se juzgue con perspectiva de género.
En 2001, Elisa Xolalpa fue víctima de ataque de ácido por parte de su expareja. Frente al Tribunal Superior de Justicia de la CDMX solicitó que se juzgue con perspectiva de género.
A 22 años del ataque con ácido que sufrió por parte de su expareja Javier Ediberto “N”, Elisa Xolalpa se manifestó este jueves frente al Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJ-CDMX) para exigir justicia.
Cuando Elisa fue atacada en 2001, el feminicidio aún no tenía una clasificación en las leyes, por eso lo refería como un intento de homicidio. Hoy, pese a que el tipo penal de tentativa de feminicidio ya existe, Javier Ediberto busca que el delito se reclasifique a lesiones.
“Estoy exigiendo justicia, la justicia que el Estado no me ha dado. Las instancias procuradoras de justicia me han revictimizado en varias ocasiones. He tocado la puerta varias veces porque la ley me debe justicia”, expresó Elisa Xolalpa.
La también activista pidió al magistrado Rafael Ponce rechazar el recurso de apelación que interpuso su agresor para ser juzgado por lesiones y no por tentativa de feminicidio, lo cual será resuelto este mismo jueves.
“Exijo al magistrado que juzgue con perspectiva de género y debida diligencia, que vea todo el contexto de violencia que he pasado estos 22 años”, agregó Elisa.
En 2021, Javier Ediberto “N” recibió una sentencia de solo cinco años de prisión por el delito de violencia familiar.
Cuando Elisa fue atacada con ácido tenía 18 años de edad. Javier Ediberto la ató a un poste de su casa, en la zona chinampera de la alcaldía Xochimilco en la Ciudad de México. El químico deshizo las cuerdas, lo que le permitió a Elisa escapar.
Elisa Xolalpa corrió mientras el ácido quemaba el 40% de su cuerpo. Llegó hasta la casa de unos vecinos que la protegieron pese a las amenazas de su agresor, quien exigía que se la entregaran “para terminar lo que empezó”.
En estos más de 20 años, Elisa ha tenido que ser sometida a diversas cirugías para mejorar su calidad de vida. Sigue siendo una mujer campesina en Xochimilco, aunque ahora debe tomar medidas más estrictas para no exponerse al sol.
En estos procesos —como el intento de su agresor para la reclasificación del delito—, Elisa tiene que dejar de cosechar en las temporadas de cempasúchil y nochebuena, lo que impacta en su economía.
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