Inteligencia Artificial en EU: ¿Motor de economía resiliente o innovación sin límites que fomenta la desigualdad?
La inteligencia artificial va a redefinir la economía de Estados Unidos e impulsar sectores clave, pero significa retos éticos, energéticos y laborales.

Estados Unidos se enfrenta a la necesidad de regular la Inteligencia Artificial para que fomente la innovación pero no comprometa los derechos ni los empleos.
/La-Lista
La inteligencia artificial (IA) ya no es solo una promesa futurista, se ha convertido en el motor de una nueva era económica en Estados Unidos. En medio de tensiones geopolíticas, competencia global y una carrera por la supremacía tecnológica, el país se encuentra redefiniendo su enfoque frente a una tecnología que tiene el poder de transformar desde la infraestructura energética hasta la empleabilidad de millones de personas.
Según el estudio The Economic Impact of AI de la Fundación Friedrich Naumann, Estados Unidos atraviesa un momento decisivo: puede liderar esta revolución desde la resiliencia o limitarse a una visión de competitividad a corto plazo.
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Desde el inicio de la administración Trump-Vance, se han revertido normativas clave de la era Biden relacionadas con la IA. El nuevo enfoque gubernamental se desmarca de los valores de seguridad, responsabilidad y equidad que antes guiaban la adopción tecnológica. Ahora, se prioriza la “innovación sin trabajo”, eliminando barreras ideológicas que, según la nueva visión, obstaculizaban el liderazgo estadounidense.
La orden ejecutiva Removing Barriers to American Leadership in AI busca reposicionar a EU como líder indiscutible en inteligencia artificial, incluso a costa de eliminar regulaciones esenciales.
Pero esta apuesta no está exenta de riesgos. El estudio advierte que el auge de la IA está ejerciendo una presión sin precedentes sobre tres pilares fundamentales de la economía estadounidense: la energía, el empleo y la gobernanza.
Energía: IA con hambre de electricidad
Uno de los desafíos más apremiantes es el energético. Solo en 2024, la IA fue responsable del 4% del consumo eléctrico total en Estados Unidos, una cifra que podría duplicarse o triplicarse para 2030. Este aumento se debe al entrenamiento intensivo de modelos y al crecimiento de centros de datos, cuya demanda no muestra signos de desaceleración.
La Fundación Friedrich Naumann advierte que este ritmo de crecimiento amenaza con sobrecargar las redes eléctricas y comprometer los objetivos climáticos. Aunque el Departamento de Energía de EU trabaja en alianzas con empresas tecnológicas para mejorar la eficiencia energética, aún hay brechas significativas. Se promueve la exploración de alternativas como reactores nucleares modulares y el uso de baterías químicas para alimentar los centros de IA.
El informe también destaca que la IA no solo es una consumidora intensa de energía, sino también una aliada en su gestión. Ejemplos como el sistema “Edge AI” de Utilidata o el uso de drones con tecnología LiDAR para la gestión de redes eléctricas muestran cómo la IA puede optimizar el consumo y aumentar la resiliencia de las infraestructuras.
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Trabajo: ¿una revolución sin empleo?
Otro de los grandes ejes de transformación es el mercado laboral. Se estima que para 2030, el 30% de los empleos actuales en EU podrían ser automatizados, y hasta un 60% probar adaptación significativa antes de 2050. A diferencia de revoluciones industriales anteriores, la IA plantea una disociación clara entre crecimiento económico y generación de empleo.
Las llamadas dark factory, altamente automatizadas, son un ejemplo de esta desconexión. Aunque representan un avance tecnológico, generan pocos empleos sostenibles. Muchos trabajos creados durante la instalación de estas infraestructuras son temporales, dejando un vacío a largo plazo en la empleabilidad.
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El informe señala la falta de liderazgo claro en la transición laboral. Mientras el gobierno federal da señales mixtas, la acción se dispersa entre gobiernos estatales, municipios y actores privados. En este contexto, las recomendaciones incluyen:
- Ampliar programas de recapacitación profesional
- Incentivar empleos optimizados con IA
- Exigir transparencia sobre el impacto laboral de la IA
- Garantizar la participación activa de sindicatos y trabajadores en el proceso de adopción tecnológica
Gobernanza: una IA sin frenos
En materia regulatoria, Estados Unidos se ha alejado de modelos integrales como el de la Unión Europea (UE) y opta por una gobernanza basada en la innovación y la flexibilidad. Sin embargo, esto también implica riesgos. La ausencia de una Ley Federal de Privacidad de Datos limita la protección efectiva de la ciudadanía frente a posibles abusos o sistemas algorítmicos.
Aunque iniciativas como el Bippartisian AI Caucus y las leyes locales en California ofrecen esperanzas, la fragmentación normativa pone en duda la capacidad del país para establecer estándares sólidos. El estudio propone una serie de medidas para equilibrar innovación y seguridad, que se resumen de la siguiente manera:
- Establecer una ley nacional de privacidad
- Exigir documentación detallada en el desarrollo de sistemas de IA
- Permitir una regulación basada en riesgos
- Fortalecer capacidades institucionales
- Crear alianzas público-privadas para el desarrollo responsable de tecnologías.
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El dilema entre innovación y equidad
El informe de la Fundación Friedrich Naumann concluye que Estados Unidos está en una encrucijada. Si bien, posee los recursos y la capacidad para liderar globalmente la implementación de la IA en todos los sectores, corre el riesgo de dejar atrás a su propia población si no implementa estrategias integrales que promuevan la inclusión, la sostenibilidad y la responsabilidad.
La IA puede convertirse en el motor de una economía más robusta y resiliente, pero solo si se apuesta activamente por políticas públicas alineadas con el bienestar colectivo. Como resume el informe: “La IA no es solo una tecnología; es una fuerza transformadora que exige repensar cómo producimos, consumimos y trabajamos. Así que el momento de actuar es ahora”.