La Ruta de la Seda sanitaria hace escala en México por el Covid
Insumos médicos procedentes de China. Foto: Martha Delgado/Twitter.

La pandemia trajo los cubrebocas chinos KN95 en un país que solía usar los norteamericanos N95. “Desde luego, se verificó la equivalencia — aclaraba el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, en relación a los estándares de seguridad de China y el de Estados Unidos –. Nosotros en México usamos normalmente la producción que hace la compañía 3M, que es norteamericana”.

El canciller acudió a Palacio Nacional el 9 de abril para presentar un acuerdo de compra de insumos médicos a China que amortiguaría la catástrofe de la pandemia.

China ha sido uno de los grandes protagonistas de la pandemia del Covid-19. No solo porque los contagios empezaron en la ciudad de Wuhan, en diciembre de 2019, sino por la asistencia médica que ha proporcionado al resto del mundo.

El día anterior a la comparecencia del Ebrard, aterrizaba en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez un Boeing 787-8 con 728 mil guantes y 820 mil respiradores KN95 de la compañía Guangzhou Powecom.

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Procedían de Shanghái. Era el primero de los 25 vuelos que Aeroméxico operaría a lo largo del 2020 para abastecer a instituciones públicas de salud en el país. Se hizo gracias a un puente aéreo entre la ciudad china y la capital mexicana, que las autoridades de ambos países habilitaron especialmente para la pandemia.

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Insumos médicos procedentes de China llegando a México. Foto: Martha Delgado/Twiter

Hoy venden cubrebocas hasta en los semáforos, pero hace menos de un año, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó la epidemia de Sars-Cov-2 a la categoría de pandemia, el equipamiento de protección personal se convirtió en uno de los productos más demandados en el mundo.

China respondió de forma rápida y masiva al llamado de ayuda de México. El 25 de marzo el gobierno de la República Popular asignó la compañía Meheco para proveer material médico a los mexicanos y en doce días, ya estaban cargando las primeras mercancías con destino al país. 

Entre mascarillas quirúrgicas, ventiladores, guantes, googles, cubrebocas KN95, caretas, pruebas PCR, termómetros y demás material, llegaron en total casi 21 millones de unidades de insumos médicos.

“Eso sí nos dijo el gobierno chino: ‘Ustedes encárguense del transporte’. Entonces hablamos con Aeroméxico”, aclaraba Ebrard, en la misma comparecencia. La aerolínea realizó más de 125 operaciones, además de las 25 oficiales del Gobierno mexicano, porque México se convirtió en el punto de llegada y distribución de material médico chino hacia el resto de América Latina.

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“No era encomienda del gobierno mexicano ni chino, era un servicio de carga (de Aeroméxico) que permitió atender la emergencia con velocidad y estar a tiempo en los diferentes países en los momentos más álgidos”, aclara a La-Lista el embajador de México en China, José Luis Bernal.

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El canciller mexicano y el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, en 2019. Foto: Marcelo Ebrard/Twitter.

El diplomático asegura que 2020 fue el primer año en el que se usaron todos los mecanismos de diálogo que tienen México y China, a excepción de la Comisión Binacional.

“Cuando hay demanda a nivel mundial, hay que hacer fila. Hablaron los dos presidentes (de México y China) y Xi Jinping (presidente chino) tomó la decisión y comunicó a las empresas del Estado que había países que requerían una atención prioritaria — explica Bernal —. Ahí es donde entra la voluntad del Estado chino de colaborar con México con los suministros”.

El embajador insiste en la importancia del “diálogo político” pero lo cierto es que México es hoy el principal destino de exportaciones de China en América Latina. En 2019, las compras que México le hizo al dragón asiático ascendieron a 46,400 millones de dólares, por encima de las de Brasil. “Nos hemos configurado como un socio muy importante para China por la relación que hemos construido y por las fortalezas que México le ofrece”, asegura el diplomático.

La Ruta de la Seda de la Salud

No forma parte formalmente de ella, pero con la pandemia, México fue un una parada más en la llamada Ruta de la Seda de la Salud. Este concepto nació formalmente en 2017 en un acuerdo con la OMS y es la rama médica del proyecto de globalización y desarrollo chino que el presidente Xi Jinping lanzó el 2013: Una Ruta Una Franja. 

Las ambiciones de Ruta de la Seda de la Salud son generales. La meta es lograr una cobertura sanitaria universal mediante la construcción de hospitales, formación del personal de salud, colaboraciones en investigación y desarrollo, y acceso a medicamentos y tecnología médica china a lo largo de los países incluidos en la nueva ruta de la seda, como se conoce coloquialmente al proyecto de Una Ruta Una Franja.

Los antecedentes más inmediatos de la asistencia médica china están en África. En un artículo publicado en la revista The Lancet, en 2014, se estimaba que ésta ascendía a los 150 millones de dólares al año. 

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La pandemia se convirtió en su momentum. En marzo, el Gobierno chino ya había suministrado mascarillas quirúrgicas, respiradores KN95 y demás equipamiento médico a 120 países y cuatro organizaciones internacionales.

En México, los mayores donantes fueron chinos, incluidas empresas como el Instagram chino, TikTok; el Uber chino, Didi, y el Amazon chino, Alibaba, según datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

A la venta y donación de insumos, se añadió la vacuna. De las doce más avanzadas, cuatro son chinas. Xi Jinping dijo que cualquiera de ellas sería un “bien público global”. En América Latina y el Caribe, China anunció la creación de un fondo de mil millones de dólares en créditos para que los países puedan acceder a vacunas y medicamentos contra el Covid-19. 

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El gobernador del estado de São Paulo, João Doria, al inicio del ensayo de fase 3 de la vacuna china Coronavac. Foto: João Doria/Twitter.

Soft Power

La respuesta humanitaria de China se ha visto con recelo desde Occidente. Analistas y medios la bautizaron como la diplomacia de la mascarilla o de la vacuna.

En ella vieron una forma de limpiar la mala imagen y desconfianza que generó el país con su manejo de la pandemia (a China se la acusa de haber encubierto la existencia del Sars-Cov-2 cuando estalló el brote en Wuhan y a ello, le siguió el escándalo por el envío de material médico defectuoso en países como Holanda o España).

Las imágenes de aviones y trenes cargados con equipamiento médico y vacunas de China dieron la vuelta al mundo. Todo un despliegue del soft power y una forma de ganar terreno a los Estados Unidos su el liderazgo global.

En la capital de Serbia, Belgrado, paneles con el mensaje “Gracias hermano Xi” por el suministro de insumos médicos al país.

“Cediendo el campo de la salud pública a China, Estados Unidos permitirá que Pequín se configure no solo como un líder global en el desarrollo y distribución de la vacuna, sino en el salvador del mundo en vías de desarrollo”, publicaba la revista Foreign Affairs, en noviembre del año pasado. Ello, a raíz al rechazo de la Casa Blanca de participar en Covax, el programa de acceso equitativo a las vacunas contra el Covid-19 impulsado por la OMS.

Pero para el coordinador del Centro de Estudios China-México de la UNAM, Enrique Dussel, 2020 no ha supuesto ningún cambio sustantivo en cuanto a la cooperación sur-sur impulsada por China, sino en cómo el resto del mundo la percibió.

“Yo no veo que China tuviera una mala consciencia de haber sido el inicio de la pandemia; su cooperación internacional viene desde hace décadas — explica el también doctor en Economía —. Lo nuevo fue que la respuesta internacional de Estados Unidos y la Unión Europea en términos de salud y Covid fue discreta, tenían suficientes problemas internos”. 

Des del Gobierno de México aseguran que la pandemia afianzó la relación entre los dos países. Pero remarcan que México no forma parte del proyecto Una Ruta Una Franja y el hecho de que fuera un receptor prioritario de la asistencia china no cambió nada.

En ello coincide el académico: “López Obrador pidió ayuda y el único que reaccionó masivamente fue China, pero eso no significa que haya una estrategia mexicana a largo plazo con el país, que es lo que gustaría a Pequín”.

Llegaron las KN95 pero está por ver si ello sentará un precedente en la relación entre amos países. “China ofrece una cartera de cooperación muy amplia y México puede hacer uso de los instrumentos que quiera, como el de la salud —comenta Dussel—. Como dicen los chinos, hay que ser pragmáticos”.

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