Diciembre ¿temporada de temblores?

El temblor del 11 de diciembre probablemente te tomó por sorpresa, pero diciembre es el mes con mayor frecuencia de temblores de más de 6 grados de intensidad registrados en México en los últimos 122 años.

Aunque se hayan registrado tres sismos en la misma fecha, el 19 de septiembre, y muchas personas imaginen que septiembre es el mes de los temblores en México, los registros del Servicio Sismológico Nacional (SSN) indican que diciembre es el mes con más registros. Como aún faltan tres semanas para que termine el mes y se active o no la alerta sísmica, te compartimos los siguientes datos.

Desde 1900, fecha en la que inician los registros del SSN, se han registrado 319 temblores de 6 grados de intensidad o mayores hasta llegar a 8.2 grados, de los cuales 38 sismos en territorio mexicano ocurrieron en el mes de diciembre.

Le sigue el mes de junio, con 33 registros de sismos de más de 6 grados y uno de máxima intensidad registrada, que fue de 8.2 grados el 3 de junio de 1932, con epicentro en Casimiro Castillo, Jalisco, Con la misma intensidad se registró el sismo del 19 de septiembre de 1985, en el estado de Michoacán.

A estos meses, les siguen, abril, enero y septiembre, con 32, 30 y 29 sismos, respectivamente.

La lectura sobre las estadísticas de los sismos puede ser arbitraria. Si medimos solamente los sismos de más de 7 grados los meses con más registros son diciembre y septiembre, con 12 sismos cada uno y el mes de junio queda desplazado al tercer lugar.

Las personas expertas en sismología han advertido que no es posible predecir cuándo va a temblar. Pero conocen que los sismos más frecuentes ocurren en la zona de subducción en la zona del Pacífico, principalmente en las costas de Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Colima.

Después del tercer sismo registrado en 19 de septiembre,  Luis Quintana Robles, secretario académico del Instituto de Geografía de la UNAM, explicó ante medios que un sismo de alta intensidad no ocurre por cuestiones climáticas, como la temporada de lluvias, pero lo que sí puede favorecer la presencia de un sismo es otro sismo de fuerte intensidad que favorece la liberación de esfuerzos en una zona aledaña.

Los sismos de gran magnitud pueden ocurrir cuando las placas tectónicas se deslizan una sobre otra a unos 30 km de profundidad y, en lugar de deslizarse gradualmente cada año, pueden atorarse y moverse uno o varios metros en unos cuantos segundos, lo que genera ondas que se perciben como sismos.