Árboles de navidad en el Ajusco, entre el estigma y la fuente de trabajo

En una camioneta blanca viaja Julio César Reyes, productor de árboles de navidad, junto a dos de sus trabajadores, Antonio y Giovani. A un costado de la carretera México-Ajusco y a pocos kilómetros antes de llegar a su lugar de trabajo, los dos jóvenes bajan de la camioneta para colgar una lona que anuncia “Gran venta de árboles navideños, KM 14.5”.

Reyes, originario de Santo Tomás Ajusco, es uno de los tantos productores de árboles de navidad naturales que se encuentran en la alcaldía Tlalpan de la Ciudad de México. La-Lista conoció su historia y los retos que demanda su trabajo, así como el proceso para obtener uno de los símbolos más importantes en estas fiestas decembrinas. Te contamos en imágenes.

El Ajusco, ubicado en Tlalpan, es un referente para la compra de árboles navideños. De acuerdo con la propia alcaldía, este lugar es el número uno en la Ciudad de México en la producción de pinos.

Árboles de Navidad “Piedra Suelta”, fundada por Jerónimo Reyes (padre de Julio), es uno de los negocios que se pueden encontrar en esta zona. Para que la producción esté lista en la época decembrina, la plantación comienza en julio.

La familia Reyes comenzó la siembra de árboles navideños hace aproximadamente 20 años, pero tuvo que pasar casi una década para que pusieran en marcha el negocio y la venta al público.

Cada año, la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corena) repone a los productores los árboles naturales que vendieron en diciembre. Julio César y su equipo los resguardan de uno o dos años hasta que se encuentren listos. Este 2022 resembraron 2,000 árboles.

La familia Reyes planta dos tipos de árboles: el vikingo y el canadiense. Uno de los retos a los que se ha enfrentado es la competencia y la sobredemanda del tipo canadiense; mientras que el vikingo es “discriminado” por sus características robustas.

Para Julio César, lo más especial del proceso para tener el árbol de navidad es la siembra. Tras cuidarlo por uno o dos años, el pino alcanza su tamaño ideal, unos 30 centímetros, y en noviembre es instalado, listo para su venta.

Del 20 de noviembre y hasta el 22 de diciembre, Árboles de Navidad “Piedra Suelta” abre sus puertas para que las familias escojan su árbol y lo corten con la ayuda de las 15 personas que trabajan en el negocio.

“Mucha gente dice que no es bueno cortar un árbol, pero lo que no saben es que para nosotros es una fuente de empleo, que todo el año trabajamos y que estamos ayudando a la ecología, porque nos han comentado que (los árboles) son captadores de agua, y cuando llueve, toda el agua va para la ciudad”, dice Julio en entrevista para La-Lista.

Tras haber cortado el artefacto, el equipo empieza a quitar la brea _(un tipo de arbusto que se encuentra dentro del árbol), para después subirlo a un tambo que contiene una red que empaca el producto para que no se dañe. Los costos dependen del tamaño, el mas barato es de $800 pesos mexicanos.

Antonio y Giovani, de 19 y 15 años, respectivamente, tienen un par de meses laborando con la familia Reyes. Aunque ya trabajan, los dos tienen la meta de terminar sus estudios.

Para Julio es muy importante que la gente siga visitando y comprando sus árboles de navidad, pues además de ser su principal ingreso económico, es un oficio que ha compartido con su papá desde muy pequeño, un legado familiar que no quiere que termine.