‘No podía ni hablar’: lesionados y familiares narran horas de terror tras accidente en el Metro

Susana Salinas Hernández, una comerciante de 28 años, es una sobreviviente del accidente de trenes que se registró este 7 de enero en el Metro de la Ciudad de México. Se dirigía a una central camionera para tomar un transporte a Toluca, donde realizaría un trámite, cuando ocurrió la tragedia.

Susana logró comunicarse con su hermana instantes después del choque. “No podía casi ni hablar, me dijo que me trasladara y me vine súper rápido”, dice Diana Salinas, la familiar de la víctima.

Fueron minutos de mucho estrés para Diana. Su hermana le hablaba con voz entrecortada, sin poder terminar bien sus oraciones, y al mismo tiempo veía en las noticias que dos vagones se estrellaron en la estación Potrero de la Línea 3 del Metro.

Diana salió a toda prisa de su casa en Ecatepec, Estado de México. Llegó a la estación Potrero y ahí pidió información de Susana, quien fue trasladada al Hospital Regional 1 de Octubre para ser revisada.

Aunque su hermana ya estaba internada desde temprano, su familia no ha recibido información en horas. “Ya son las 2:30 de la tarde, llegamos a las 10:30, estamos esperando porque no sé si (mi hermana) traiga una fractura, la metieron a los Rayos X y estamos a la espera”, narra Diana.

El número de afectados por la tragedia del Metro es incierta. En un principio las autoridades repostaron solo 10 personas heridas, pero hasta ahora la cifra ha sido actualizada a 57, según Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México. También se contabiliza una mujer fallecida, identificada como Yaretzi.

En cuanto la noticia se dio a conocer, el Metro Potrero empezó a registrar mucho movimiento. Llegaron policías y militares para acordonar la zona, decenas de ambulancias se hicieron presentes para sacar a los heridos, trabajadores del gobierno de la Ciudad de México trataban de descifrar la identidad de los afectados para, al mismo tiempo, atender a sus familiares.

Adentro del Metro, paramédicos trabajaban para sacar a cuatro personas que quedaron prensadas en los vagones accidentados. Según las autoridades, algunos de los afectados pudieron salir por su propio pie y otros requirieron el apoyo de camillas.

El movimiento afuera de la estación Potrero duró horas. Las autoridades pegaron un par de cartulinas con la frase “informe a familiares” en una reja que en días normales separa la calle de un área donde se estacionan camiones de transporte público. Ahí llegó una, dos, tres y más personas que tenían la sospecha de que su ser querido había sufrido el accidente en el Metro.

Karol González llegó a la zona para buscar a Raymundo Martinez Ángeles, un hombre mayor de 67 años, amigo de su familia a quien iba a ver a las 10:20 horas de este lunes 7 de enero, pero como no llegó al lugar donde se encontrarían, imaginó lo peor.

“Es un señor que tiene discapacidad visual y de la tercera edad. No tenemos contacto con él desde hace más de una hora y no nos dan respuesta de dónde está”, dijo Karol, quien afortunadamente se enteró de que el señor Raymundo resultó ileso.

La incertidumbre y el terror por el accidente del Metro se trasladó de la estación Potrero a los distintos hospitales donde los y las afectadas fueron trasladadas. El gobierno de la Ciudad de México envió a los heridos a 10 hospitales, la mayor parte al San Ángel Inn Chapultepec.

Muchos de los heridos han salido a pie del hospital, mientras sus familiares esperan afuera por información sobre su salud. A las personas afectadas se les ha informado que las autoridades capitalinas se harán cargo de los gastos de su atención médica y podrán volver a esta institución médica en caso de requerirla.

Del San Ángel Inn salió a pie Luna, una pequeñita de 7 años que viajaba en el Metro con su papá, Emmanuel de 44 años. Apenas se habían subido al vagón en la estación Potrero, dirección Universidad, cuando ocurrió el accidente.

Luna iba en las piernas de Emmanuel, su padre la pudo proteger del impacto del choque, pero recibió el impacto con su hombro.

“Afortunadamente no hay fracturas, sólo el susto”, dice Paola Iriarte, madre de Luna y esposa de Emmanuel.

Al salir del hospital los tres volvieron a su casa, todavía con el dolor y el temor que les causó la nueva tragedia del Metro que hizo recordar cuando un vagón de la Línea 12 se desplomó el 3 de mayo de 2021.

En esta ocasión el saldo de muertos y heridos fue menor, pero de nueva cuenta el transporte público más utilizado por los capitalinos ha quedado bajo la lupa por su mal funcionamiento.