Paraderos de zona oriente: solo se denuncia un delito cada dos días

Las prisas por llegar a su trabajo hicieron que Alejandro Rincón se metiera a un bulto de gente que intentaba entrar por la fuerza al Metro en la estación de Constitución de 1917. El joven de 25 años sintió un jalón por aquí y otro empujón por allá, pero finalmente pudo entrar a uno de los vagones. Eran las 08:20 horas y debía estar en su oficina a las 09:00 horas.

Tenía el tiempo encima, él vive en la colonia Los Ángeles de Iztapalapa y el call center donde trabajaba se ubica en la colonia Roma, más o menos a 50 minutos de distancia. Fue un día de febrero de 2022 cuando quedó atrapado entre decenas de personas y tuvieron que pasar tres o cuatro estaciones para que Alejandro pudiera acomodarse en uno de los pasillos del vagón.

En ese momento, cuando ya no iba estrujado por el resto de los pasajeros, intentó sacar el celular de su bolsillo. Lo había guardado en una bolsa de su chamarra que tenía cierre, pero al momento de querer sacarlo para ver la hora ya no lo sintió. Buscó en las bolsas de sus pantalones, en todos los rincones de su mochila y tampoco había nada.

“Yo creo que (el celular) lo sacaron cuando entré al vagón. Hasta cierto punto no creí que fuera a pasar porque la bolsa de mi chamarra era de cierre y nunca había tenido problema”, dice Alejandro con resignación.

Alejandro es un joven delgado y alto, pero no suele empujar con la misma fuerza que otras personas al momento de entrar al Metro. Él cree que el robo lo sufrió en Constitución de 1917 porque adentro del vagón no sintió ningún movimiento extraño de alguna persona.

El día del robo solo trató de examinar el suelo del vagón lo más que pudo, preguntó a los usuarios que iban a un lado de él si no había un celular tirado sin buenas noticias y siguió su camino al trabajo. No quiso denunciar lo que vivió en el transporte público por considerarlo una pérdida de tiempo, él no tiene confianza en la efectividad de las autoridades de seguridad de la Ciudad de México.

“No vi quién me lo robó ni el momento exacto (en el que le quitaron el celular). Sin esos datos no creo que la policía me devolviera el teléfono”, lamenta el joven.

Alejandro no es el único que ha sido víctima de robo en el transporte público. La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) abrió al menos 161 carpetas de investigación en 2022 por delitos ocurridos en los paraderos de Constitución de 1917, Tláhuac y UAM-I, ubicados en la zona oriente de la capital. Una denuncia cada dos días como dato visibles, sin contar los que ocurren y nunca llegan a ser denunciados.

El paradero Constitución de 1917 se ubica en la alcaldía Iztapalapa, en la periferia de la Ciudad de México. En él transitan alrededor de 200 mil personas cada día para subir al Metro, el Trolebús, el Cablebús o los microbuses y camiones para llegar a distintos puntos de la Ciudad de México o del Estado de México.

Durante el año pasado la Fiscalía capitalina abrió 100 carpetas de investigación por delitos cometidos en el paradero de Constitución de 1917 y sus alrededores. Pero este no el único punto de transporte público que genera problemas en la colonia Los Ángeles, ya que a un kilómetro de distancia, a las afueras del Metro UAM-I, se ubica otra base de camiones que registró decenas de delitos en 2022.

Las autoridades de la Ciudad de México abrieron 53 investigaciones por delitos ocurridos dentro del Metro UAM-I o en sus inmediaciones. También en la zona oriente, pero en menor medida, la Fiscalía inició otras ocho indagatorias por crímenes ocurridos en los alrededores del paradero del Metro Tláhuac, ubicado en la alcaldía del mismo nombre en la colonia El Triángulo.

El robo a pasajero en transporte público, el robo a casa habitación y el robo a personas que caminan en las inmediaciones de los paraderos fueron los delitos más denunciados en la zona oriente de la capital.

La alta afluencia de personas, la poca vigilancia en la zona y la impunidad de estos casos genera que se cometan más crímenes en los puntos de transporte público.

Una revisión de los datos de la Fiscalía de la Ciudad de México exhibe que los paraderos de transporte público son un foco rojo de delincuencia. En el caso de Tasqueña se abrieron 194 investigaciones por delitos el año pasado; en Tacubaya 245; en Pantitlán 118; y en Indios Verdes 154. Cifras parecidas a la registrada en los paraderos de la zona oriente de la capital.

En todos los casos los paraderos de transporte público concentran casi la mitad de los delitos que se cometen en las colonias donde se ubican, una muestra de la inseguridad que se vive en estos lugares.