La falta de agua se extiende en CDMX: hay más reportes de desabasto en más alcaldías

A mediados de 2023, Cristina y su familia se mudaron de casa. Rentaban un departamento en la colonia Santa Rosa, en la alcaldía Gustavo A. Madero (GAM) de la Ciudad de México, pero decidieron no renovar el contrato principalmente por la carencia de agua potable. Habían vivido ahí por casi 10 años, en los que un día tenían agua y al siguiente no, pero en los últimos dos años la situación se agravó. 

“Aunque ya dependíamos de un tinaco, el agua subía cada vez menos. El tinaco ya era insuficiente porque nos instalaban el agua cada tercer día”, cuenta a La-Lista. 

Con su esposo y sus tres hijos menores de edad, Cristina buscó habitar otro departamento en una colonia aledaña, en la alcaldía Azcapotzalco, hasta que supo por otros vecinos que en esa zona también había problemas con el suministro de agua. Finalmente, la familia encontró “su mejor opción” en un edificio de Los Reyes Ixtacala, en Tlalnepantla, Estado de México.

“Cuando llegué aquí me dijeron que no iba a sufrir por el tema del agua, que aquí siempre había agua. Al mes de llegar hubo un corte de tres días. No tengo tinaco, dependo totalmente del agua que me llega por la tubería (…) Parece que el agua ya no llega a ningún lado”, lamenta la mujer de 37 años. 

De enero de 2018 a agosto de 2023, la Ciudad de México acumuló 352 mil 454 reportes por falta de agua en distintas alcaldías, y el 2022 fue el año que rompió el máximo histórico, con 90 mil 467 denuncias, de acuerdo con el Portal de Datos Abiertos del Gobierno de la Ciudad de México. 

Gustavo A. Madero es la alcaldía con el mayor número de reportes por falta de agua, con 47 mil 722 en dicho periodo. A esta le siguen Coyoacán (40 mil 428), Tlalpan (39 mil 789) y Benito Juárez (39 mil 501), aunque también llama la atención la incidencia en Cuauhtémoc (25 mil 545) y Álvaro Obregón (25 mil 234)

Por otra parte, las alcaldías del oriente de la ciudad –que históricamente han padecido por la falta de suministro de agua– registran menos reportes, a excepción de Iztapalapa, con 26 mil 785 denuncias.

Estos reportes reflejan lo que pasa en la Ciudad de México y la zona conurbada: la escasez se ha extendido a las alcaldías que antes contaban con el mayor suministro de agua, mientras que en el oriente se “normalizó” la carencia y los habitantes tuvieron que buscar alternativas. 

“Hay una desigualdad histórica en el abastecimiento de agua. Alcaldías como Cuauhtémoc, Benito Juárez y Coyoacán estaban acostumbradas a recibir mayores dotaciones de agua y a consumir hasta dos tinacos al día. Hoy la realidad ha cambiado y ahora es en esas alcaldías donde se originan más reportes por desabasto”, dice Armando Rosales, presidente de la Representación en la Ciudad de México de la Asociación Mexicana de Urbanistas. 

Santiago Echarri, urbanista por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, considera que la alerta en las alcaldías del norte y poniente de la ciudad tiene que ver con el almacenamiento en el Sistema de Cutzamala, “que atraviesa su peor crisis”. 

“Desde hace 20 años estudios alertaron que de continuar con el uso desmedido del agua y la urbanización, la Ciudad estaría en una situación de vulnerabilidad hídrica, y ya estamos en ese momento”, agrega Enrique Castelán, profesor investigador de la Universidad La Salle.

Crisis multifactorial

Cristina cree que la falta de agua en la zona donde vive se debe a la sequía en el Sistema Cutzamala y a que “como ciudadanos tampoco la cuidamos, ya nos la acabamos, porque además ya somos muchas personas, la población creció mucho”. 

Los especialistas consultados por La-Lista explican que la actual crisis en el suministro de agua tiene múltiples factores, que van desde el cambio climático hasta la mala gestión de los recursos hídricos. 

Armando Rosales refiere que la crisis de agua que vive actualmente la Ciudad de México tiene sus antecedentes en el siglo XX, pero se agravó en los últimos siete años debido a una menor captación de agua de lluvia por el cambio climático y el crecimiento de la urbanización. 

“Desde la década de 1970 se advirtió de un problema serio de escasez en la Ciudad de México, y que si continuábamos extrayendo agua de pozos habría problemas de hundimiento y la escasez se agravaría. Se establecieron dos planes de acción: perforar pozos de manera emergente para poder satisfacer la demanda de agua potable y, en el mediano plazo, abastecer agua desde el Sistema Cutzamala. Los dos planes se explotaron antes de lo previsto”, señala el profesor de la UNAM. 

Desde febrero de 2023, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó que el Sistema Cutzamala se encontraba en su nivel más bajo de almacenamiento, con el 50.6% de su capacidad y una captación de lluvia de solo 28%. Para enero de 2024, el organismo reportó un mínimo histórico: el almacenamiento se redujo al 39.8%.

El Cutzamala abastece el 23.7% del agua potable que consume la zona metropolitana de la Ciudad de México, principalmente a las alcaldías del norte y poniente, y municipios conurbados.

“El suministro del Cutzamala puede llegar a 15 metros cúbicos por segundo, ahorita estamos en 8, pero entre 2009 y 2013 llegó a bajar a 7. El problema es que en esa época el almacenamiento de agua no fue tan bajo como lo es ahora, que se vive una temporada de muchas sequías y no se prevén lluvias en el futuro próximo, eso es lo grave. Estamos dependiendo de un sistema de mucha vulnerabilidad hídrica”, alerta Santiago Echarri. 

El plan del gobierno de la Ciudad de México para que el Sistema Cutzamala no colapse en la temporada de sequía –que se prevé de marzo a junio, según Conagua– es el suministro del agua por tandeo, una acción que ya se empezó a implementar en 300 colonias de 10 alcaldías. 

La medida se implementará hasta que llegue la temporada de lluvias –entre junio y noviembre–, sin embargo, en la Ciudad de México se prevén precipitaciones de menos de 25 milímetros, es decir, ligeras. Mientras que la sequía está actualmente entre moderada y severa, de acuerdo con mediciones del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de la Conagua. 

“Otra vez estaremos esperando a que la lluvia nos venga a rescatar, cuando en los últimos años el cambio climático nos ha demostrado que las sequías se presentan con mayor frecuencia, intensidad y por tiempos prolongados. Es una apuesta riesgosa, no estamos seguros de que este año caiga suficiente agua para subir los niveles del Cutzamala”, puntualiza Enrique Castelán. 

El crecimiento de la urbanización en las zonas de presas, lagos y bosques, las fugas (en las que se pierde hasta el 40% de agua) y la falta de inversión en el sistema hidráulico también son causas de la escasez en la Ciudad de México.  

Consecuencias: pozos sobreexplotados y “huachicol del agua”

A la crisis del agua en la CDMX se suman otros factores que, al mismo tiempo, son consecuencia. 

Armando Rosales expone que los pozos de la Ciudad de México –que eran el plan de acción inmediata en la década de 1970– se empezaron a perforar con mayor profundidad (de hasta mil metros), pues cada vez fue más difícil extraer el agua del subsuelo.

“En solo 100 años, toda el agua que se acumuló en la Cuenca de México durante miles de años, la hemos estado sacando de manera muy acelerada y esto ha ocasionado que el acuífero de la Ciudad de México lo explotáramos al doble de lo podíamos retirar o de lo que se filtra naturalmente de las lluvias”, dice Rosales. 

La práctica se volvió un “círculo vicioso” y también resultó rentable para grupos privados. Datos del Registro Público de Derechos de Agua (Redpa) dan cuenta de 726 pozos concesionados en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, en su mayoría para uso agropecuario, doméstico, industrial, para proyectos inmobiliarios, públicos y de servicios. 

Pero además, agrega Rosales, hay un número importante de pozos ilegales: hasta 2015 se tenían identificados alrededor de 2 mil 500, según una investigación de la Sociedad de Geografía de México. 

Además, desde hace más de una década el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) ha identificado tomas clandestinas en la red del Sistema Cutzamala. La última ordeña de agua se detectó a inicios de enero de 2024 en la alcaldía Tlalpan. El líquido era extraído por bombeo y almacenado a una pipa de 20 mil litros. 

Tras este hallazgo, Rafael Carmona, titular de Sacmex, informó a medios de comunicación que solo en 2023 se recibieron 208 denuncias ciudadanas por tomas clandestinas de agua. Los “piperos”, refiere Armando Rosales, también mantienen el control de los manantiales. 

Para Santiago Echarri, la solución al problema de la escasez del agua es la regulación de todos los factores que han provocado la crisis: los procesos de urbanización, la sobreexplotación, los recursos hídricos y la calidad del medio ambiente. 

“Debemos cuidar las presas que rodean al Sistema Cutzamala, no solo necesitamos agua, necesitamos agua de calidad, y los procesos urbanos son altamente contaminantes. Y para ello también necesitamos plantas de tratamiento de agua residual, tenemos que dejar de expulsar tanta agua de la lluvia y de los ríos que se mezcla con nuestro de drenaje para comenzar a tratar esa agua y, por lo menos utilizarla, para el riego”, plantea.

Los especialistas coinciden en que no es previsible que toda la Ciudad de México pueda llegar a verse como Iztapalapa, una de las alcaldías que más problemas de escasez de agua enfrenta desde hace años.

“Tal vez no toda la CDMX se llegue a ver como Iztapalapa, pero sí debemos tomarla como ejemplo de lo que sucede cuando no se hace nada”, concluye Enrique Castelán.