¿Desinfluenciar? El objetivo de los influencers que combaten el consumismo ¿Desinfluenciar? El objetivo de los influencers que combaten el consumismo
Portada: Eduardo Septimo/La-Lista

¿Has comprado algún producto por la euforia que provocó en TikTok?, ¿tu influencer favorita te ha recomendado adquirir algo invaluable? o ¿gastaste alguna vez en accesorios para tu casa o cocina que nunca habías pensado que necesitabas? Tranquila, esto podría ser el resultado del boom de los creadores de contenido, que ha ido de la mano de la publicidad y el marketing en redes sociales.

Personajes con millones de seguidores que durante la pandemia hacían videos de baile, motivacionales o de comedia, ahora usan sus canales para promover tintes, computadoras, accesorios del hogar, productos de belleza, electrodomésticos y hasta autos…

Mientras tú pasas el rato en tu celular o intentas distraer la mente con videos cortos, estos influencers utilizan las aplicaciones más populares –como TikTok o Instagram– para convencerte de comprar, y muchas veces lo hacen sin que te percates de ello.

La fórmula fue infalible por un periodo de tiempo, pero poco a poco surgieron sus detractores conocidos como desinfluencers; que emergieron desde el 2021, tuvieron un boom en el 2023 y ahora han evolucionado y empujan otros fenómenos.

Pero, ¿qué son los desinfluencers?

¿Desinfluenciar? El objetivo de los influencers que combaten el consumismo - Desinfluencers-buscan-frenar-consumismo-1280x853
Los desinfluencers son creadores de contenido que rechazan el consumismo y buscan hacer conciencia. Foto: Pexels

Influencers que te enseñan a reparar electrodomésticos, a zurcir la ropa, a escoger los zapatos de mejor calidad y menor precio, a fabricar tus herramientas y hasta a cultivar tus propios alimentos. Estos creadores están por todos lados y también se han diversificado.

Seguramente, te has topado con sus contenidos en el carrete, pero quizá no sabías que sus perfiles rechazan el hiperconsumismo, la moda rápida, mejor conocida fast fashion, y la tendencia al alza de crear necesidades en el espectador mediante las experiencias de “los otros”.

Danielle Cruz, quien es crítica de medios y editora digital independiente, apunta que los perfiles que se dedican a desinfluenciar no solo producen contenido con la intención de “regañar” al usuario de redes sociales, sino con la meta de proponer otras formas de reutilizar, reparar o enmendar lo que se tiene en casa y con ello frenar el consumo desmedido.

“Es un movimiento muy particular, que te enseña a enfrentarte al monstruo y a la cultura del hiperconsumo. La intención que tienen es la de contrarrestar los contenidos que fomentan el consumo y promueven la idea de: ‘si no lo necesitas, no deberías comprarlo’. Y lo interesante es que han logrado hacer eco, tanto que las marcas también empezaron a buscarles”, explica Cruz.

De acuerdo con Statista, la plataforma global de datos e inteligencia empresarial, el mercado de la publicidad en redes sociales es el segundo más grande dentro de la publicidad digital y el año pasado generó ganancias por cerca de 207 mil millones de dólares. Además, se estima que esta cifra podría aumentar a 255 mil millones de dólares para 2028.

Estas cifras son la prueba de que la publicidad ha acaparado las redes sociales e incluso comprobarlo es sencillo.

Toma tu teléfono, abre tu aplicación favorita de videos y destina unos segundos de tu tiempo a explorar lo que te arroja el algoritmo. Seguramente, hallarás temas y personas de tu interés, algo que te haga reír o que te entretenga, pero asimismo encontrarás gente que simula contarte algo para terminar anunciando un producto o servicio.

En tan solo 5 minutos, esta clase de contenido llegará a ti en más de una ocasión, puede ocurrir hasta una vez por minuto, y sin darte cuenta, tu próxima compra podría estar determinada por ese consumo publicitario en las redes sociales.

De hecho, este 2024, las redes sociales atrajeron el 42% del tráfico hacia el comercio electrónico y el 17% de estas compras se concretó desde estos canales.

La paradoja de los desinfluencers

¿Desinfluenciar? El objetivo de los influencers que combaten el consumismo - Deinfluencing-contra-el-hiperconsumo-1280x854
“Desinfluenciar” es el verbo que utilizan algunos creadores de contenido para difundir la idea de la “moda consciente”. Foto: Pexels

Danielle Cruz indica que “todas las redes sociales están enfocadas en la publicidad y que todo el aparato logarítmico, así como el diseño de estas aplicaciones, están pensadas en que el espectador consuma”. Pero precisamente por eso, el movimiento de los desinfluencers significa algo así como un fallo en la matrix.

“Son creadores de contenido que se suman a la narrativa y a la tendencia, pero para proponer una contramedida. Sí utilizan los mismos métodos y canales de aquellos a quienes critican, pero es casi como si fuera una guerra de guerrillas, que intenta acabar con el enemigo desde adentro”, explica Danielle Cruz en entrevista.

La también activista aclara que los desinfluencers no son un movimiento contracultural, pero sí un movimiento político e ideológico que tiene detrás un trabajo de alfabetización digital en su comunidad y su entorno.

“No es el movimiento que quiere desmontar por completo la economía digital y sus sistemas, pero sí es una iniciativa que no se suma ciegamente a las narrativas de ‘comprar todo lo que te ofrezcan’“.

Para Cruz, quien lleva años estudiando los fenómenos de las redes sociales y el comportamiento de las tendencias, parece un poco irónico y contra intuitivo el que los desinfluencers utilicen la misma plataforma del hiperconsumo para mandar su mensaje, “pero lo cierto es que es la única plataforma en la que lo pueden hacer, al menos a una escala masiva”.

Bajo las frases: ¡Usa lo que ya tienes en tu clóset!, ¡no necesitamos todo lo que vemos solo porque está bonito! o ¡no acumules más desechos para este planeta! los desinfluencers han logrado posicionarse bajo el #deinfluencing, con más de 600 millones de visualizaciones tan solo durante el 20203.

Y su tendencia sobrevive porque las y los creadores también han evolucionado junto a la ideología que promueven.

“No hay un punto de origen específico de los desinfluencers. Como pasa con muchas tendencias del internet, tiene un nacimiento orgánico y fueron varias personas y varias cuentas las que empezaron a hacer contenidos similares, pero lo curioso es que nació en la pandemia, después de que todo mundo horneó pan de plátano en casa y en medio del cremiento brutal del e-comerce”, recuerda Danielle Cruz.

¿Cómo nació el #deinfluencing?

¿Desinfluenciar? El objetivo de los influencers que combaten el consumismo - desinfluenciar-movimiento-anti-influencers-1-1280x853
Las mujeres fueron las primeras en cuestionar el fenómeno de la publicidad en redes sociales. Foto: Pexels

Cristina es una joven que se dedica a las finanzas, pero que también graba videos con los que derriba mitos de las redes sociales. En 30 segundos y usando el #deinfluencing le pide a su audiencia tomarse un respiro para “regresar a la normalidad y ahorrar dinero”.

Sin una gran producción y como si fuera una plática casual, enumera actitudes y gastos que fomentan los influencers y que a largo plazo resultan insostenibles, como “comprar cada año el nuevo Iphone disponible, hacerte uñas cada dos semanas o adquirir marcas de lujo como parte del consumo natural”.

La joven invita a sus seguidores a ser autodidactas, a aprender técnicas de belleza que les ayuden a ahorrar, pero sobre todo comparte el mensaje de que nadie necesita “endeudarse y replicar las experiencias de otros para sentir felicidad”.

Cristina no es la única influencer con este pensamiento. Ella ha seguido una tendencia que nació en plena época de Covid-19 y que empezó a dispersarse gracias a mujeres racializadas e inconformes con las grandes marcas “que hacían dinero a costa del encierro”, según explica Danielle.

Estas mujeres tenían perfiles muy particulares, porque defendían su derecho a disentir y ponderaban la crítica hacia los productos virales, antes que la adulación.

“Las primeras cuentas que empezaron a compartir este contenido fueron cuentas de mujeres afrodescendientes y radicadas en Estados Unidos. Esto pasó hace tres o cuatro años. Y se caracterizaron no solo por tener un activismo digital, sino por impulsar organización comunitaria fuera de la cuenta”, detalla Danielle.

La espontaneidad, transparencia y capacidad crítica de estos perfiles lograron captar la atención del público y despertó entonces el fenómeno para “desinfluenciar” a los seguidores, donde se privilegiaban los mensajes directos y mordaces contra las marcas.

Hoy en día, este fenómeno ya no va al alza, pero ha derivado en una nueva generación de influencers que promueve el consumo responsable, que invita a comprar marcas nacionales y artesanales, que se une a la tendencia de la ropa de segunda mano, que divulga tutoriales para reciclar y reutilizar y que alerta sobre las tendencias basura.

¿Y tú, con qué influencers te identificas?, ¿a qué grupo crees que pertenecen tus creadores favoritos?

Síguenos en

Google News
Flipboard