‘No me hice menos hombre por hacerme la vasectomía, estoy orgulloso’  ‘No me hice menos hombre por hacerme la vasectomía, estoy orgulloso’ 
César y Fernando son parte del 2% de hombres en México que recurren a la vasectomía como método de anticoncepción. Foto: Francisco Castillo y Majo Vázquez/La-Lista

Fernando Moctezuma Ojeda llevaba varios años preguntándose si de verdad quería tener hijos. Analizó todos los aspectos posibles: la situación climática en el mundo, la economía de México y la propia, así como la responsabilidad de criar a otra persona. Hasta que en 2018, a sus 23 años, encontró la respuesta definitiva: no deseaba ser padre, y para evitarlo se haría la vasectomía.  

Le contó esta decisión a su pareja de entonces, quien estuvo de acuerdo, y al cabo de unos días, acudió muy temprano a una clínica de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México convencido de realizarse la vasectomía. Esperó su turno, respondió los cuestionarios que le entregó el personal de salud y lo pasaron a una camilla para practicarle el procedimiento de manera gratuita. En menos de 30 minutos, Fernando ya estaba vasectomizado.  

“Creo que si no quieres ser padre, y ya lo decidiste, ¡qué bueno! Ahora haz lo que te corresponde, llámese vasectomía o condones. Socialmente, esta responsabilidad (de la anticoncepción) recae mucho en las mujeres y nos exculpa como hombres, pero también nos toca hacernos responsables”, expresa el joven de 29 años.  

Cada año, más de 40 mil hombres en México deciden realizarse la vasectomía, según estimaciones de la Secretaría de Salud. Aunque la estadística puede parecer muy alta, la realidad es que solo el 2% de los varones en edad reproductiva opta por este método de planificación familiar.  

Se trata de un método anticonceptivo masculino y permanente con la mayor efectividad (99%). El procedimiento es quirúrgico, dura entre 20 y 40 minutos, es ambulatorio, se utiliza anestesia local, los riesgos son mínimos y la recuperación toma solo un par de días.  

¿Por qué optar por la vasectomía?  

En el verano de 2021, César Ávalos Galicia acudió a una clínica privada de la Ciudad de México para realizarse la vasectomía por un costo aproximado de 5 mil 500 pesos. Había tomado la decisión dos años antes, pero la pandemia de Covid-19 frenó la posibilidad de someterse al procedimiento. Su único miedo en torno a la cirugía era la inyección de la anestesia, por lo demás no había dudas. 

“Fue un proceso, por fortuna, sin mayor complicación. No hubo ningún tipo de dolor ni molestia que analgésicos no pudieran calmar. Mi experiencia fue excelente. Fue más el tiempo de ida y vuelta desde mi casa que lo que tardó el procedimiento; estuve unos 10 minutos en sala de espera, y del quirófano salí 40 minutos después”, recuerda.  

César se tomó tres días de absoluto reposo –con paracetamol para el dolor y hielos para desinflamar la parte genital– y después de eso retomó sus actividades con normalidad, siguiendo las recomendaciones médicas, como no hacer ejercicio pesado ni tener relaciones sexuales hasta 20 días después del procedimiento.  

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César Ávalos Galicia se realizó la vasectomía en 2021, en una clínica privada de la CDMX. Foto: Francisco Castillo/La-Lista

De los 20 métodos de anticoncepción reconocidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo dos van dirigidos únicamente a los hombres: los preservativos y la vasectomía. Es por eso que el uso de métodos prevalece más en mujeres (76%) que en hombres, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

La Encuesta Nacional de la Dinámica Geográfica (ENADID) señala que hasta 2023 la operación femenina –o ligadura de trompas– fue el método anticonceptivo más utilizado en México (50%), seguido del DIU (15%) y del condón masculino (10%).  

A diferencia de cualquier otro método anticonceptivo, sobre la vasectomía pesan muchos mitos, como que es dolorosa, que no sirve o que afecta la virilidad de los hombres. Sin embargo, Gumaro Martínez Carrillo, médico adscrito al servicio de Urología del Hospital Juárez de México, enfatiza que este procedimiento no disminuye la libido ni la actividad sexual.  

“La vasectomía es un procedimiento que consiste en obstruir un conducto muy pequeño por el cual pasan los espermatozoides. No tiene nada qué ver con hormonas ni con otras sustancias relacionadas con el deseo sexual. Si es que la actividad sexual llega a cambiar, lo hace para bien, porque una vez que el hombre se realiza la vasectomía y tiene actividad sexual con su pareja ya no tiene la preocupación de que el método anticonceptivo pueda fallar”, explica.  

César Ávalos confirma que, a tres años de haberse realizado la vasectomía, se siente mucho más seguro y tranquilo de sus prácticas sexuales, pues ya no existe una posibilidad de embarazo.  

“Era algo que toda la vida me dio mucho miedo: la posibilidad de que se rompiera un condón o que el método empleado fallara de alguna manera me daba terror. Ahora que esa posibilidad quedó totalmente fuera de la mesa, a mi pareja y a mí nos da mucha tranquilidad y nos permite jugar y divertirnos sin ningún tipo de angustia”, expresa.  

El doctor Gumaro Martínez agrega que los riesgos de la vasectomía son mínimos: puede haber sangrado leve durante el procedimiento o dolor testicular crónico por el desgaste de un nervio, pero en ambos casos solo ocurre en el 0.1%, y ninguno pone en riesgo la vida del paciente.  

Vasectomía: el derecho a la planificación familiar 

Desde 1974, gracias a la promulgación de la Ley General de Población, la planificación familiar se estableció como derecho de todas y todos los mexicanos. Pero no fue sino hasta 1993 que programas de salud pública en México comenzaron a ofrecer servicios de vasectomía gratuitos como método anticonceptivo masculino. 

En la actualidad, el personal de salud público está obligado a realizar una serie de cuestionarios a los pacientes para saber si están verdaderamente convencidos de querer hacerse la vasectomía, sobre todo si son hombres menores de 30 años

Este fue el caso de Fernando Moctezuma. Cuando acudió a una clínica pública para realizarse la vasectomía, tanto enfermeros como el médico que lo atendió intentaron convencerlo de no someterse al procedimiento, pues aún era muy joven (23 años), no estaba casado ni tenía hijos. A su parecer, fue más el tiempo que tardó en escuchar los argumentos para disuadirlo de que “lo pensara mejor y regresara otro día”, que el tiempo que duró la cirugía.  

“Fueron muy insistentes, hasta que se cansaron, porque de verdad yo iba muy convencido de querer hacerme la vasectomía. Quizás si yo les hubiera dicho que sí tenía hijos o que estaba casado y que mi esposa lo aprueba, tal vez no hubiéramos tardado tanto. Pero al ser muy joven, soltero y sin hijos creo que por eso hubo esta labor de convencimiento de ‘te vas a arrepentir’. Y sé que estos intentos los aplican aún más con las mujeres que acuden a realizarse la operación femenina”, puntualiza.  

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Fernando Moctezuma Ojeda se realizó la vasectomía a sus 23 años, en una institución de salud pública de la CDMX. Foto: Francisco Castillo/La-Lista

En este sentido, el doctor Gumaro Martínez explica que en las instituciones de salud pública este es un procedimiento de planificación familiar, por lo que tienen que hacerle saber al paciente –sobre todo si son jóvenes de 18 a 25 años y no tienen hijos ni están casados– que la vasectomía es irreversible de forma natural; es decir, los conductos por los que pasa el esperma no volverán a unirse por sí solos. Y aunque quirúrgicamente se puede reconectar (en los primeros cinco años después de la cirugía), no se garantiza el éxito de fecundación.   

“Es más bien una práctica médica en la que se les orienta con el único fin de concientizarlos sobre la planificación familiar y el control poblacional. Hablamos desde una paternidad responsable y satisfecha, por eso no es de extrañar que el 90% de los pacientes que se realizan la vasectomía es porque ya tuvieron hijos”, comenta Gumaro Martínez.  

César Ávalos Galicia optó por realizarse la vasectomía en una clínica privada, porque sabía de casos como el de Fernando, en el que personal de salud pública hacía este tipo de convencimientos o que el proceso para acceder al método anticonceptivo de forma gratuita era tan desgastante que los pacientes terminaban desistiendo.  

César considera que sobre los hombres también pesa una carga social importante por la cual son “mal vistos” si deciden no tener hijos y vasectomizarse: “recibimos una educación muy marcada en el sentido de que debes tener hijos, porque ese es tu legado y porque es lo que tienes que hacer como hombre, porque es lo que va a mantener un proyecto de matrimonio, y todo esto es falso”, dice.  

En 2014, a sus 21 años, César se cuestionó por primera vez si realmente quería tener hijos o si más bien era una “inercia” a la idea de procreación con la que fue educado. Le tomó cinco años, terapia y mucha reflexión descubrir que no quería tener hijos por la simple razón de que no había nada en eso que lo emocionara.  

“Tener hijos o no tenerlos debe ser una decisión consciente que se toma en libertad. La gente no necesita razones para decidir tener hijos o no, tendría que bastar con el mero deseo o la ausencia de este. Lo que sí creo es que, si como hombre ya decidiste que no quieres, la decisión más responsable es hacerte la vasectomía”, refiere.  

‘Me gusta vivir con la vasectomía’

El índice de hombres que recurren a la vasectomía ha tenido un avance lento. Según cifras de la Secretaría de Salud, hasta hace 14 años solo se realizaban, en promedio, 10 mil vasectomías anuales. En 2022 se dio el aumento más significativo: las vasectomías crecieron en 66% con respecto a 2018, al pasar de 28 mil a 47 mil procedimientos. 

El doctor Gumaro Martínez plantea que este incremento de vasectomías se debe, en principio, a que la cultura y los prejuicios han cambiado en la última década.  

“Antes el porcentaje de vasectomías era tan bajo porque no había información suficiente ni adecuada sobre este método anticonceptivo. Pero, además, en la actualidad ya no hay tanto machismo, y cada vez más hombres quieren ser parte del método de planificación y no dejarles toda la responsabilidad a las mujeres”, indica.  

Ya pasaron seis años desde que Fernando Moctezuma se hizo la vasectomía y afirma no estar arrepentido. Su vida sexual y afectiva no ha cambiado en nada, incluso, señala que haberse sometido a este procedimiento no lo exhime de seguir usando preservativo como método de protección ante enfermedades de transmisión sexual.  

Estoy orgulloso de haberme hecho la vasectomía, no me hice menos hombre. Lo único que lamento es que hasta la fecha solo existan dos métodos anticonceptivos para los hombres, mientras que la responsabilidad de la anticoncepción sigue recayendo en las mujeres, muchas veces de forma dolorosa e invasiva, con efectos hormonales”, expresa.    

En tanto, César Ávalos señala que vive con una sensación de bienestar por el solo hecho de saber que ejerció su derecho y responsabilidad al someterse a un método anticonceptivo que no solo le da tranquilidad a él, sino también a las personas con las pueda llegar a relacionarse.  

“Está bien padre, me gusta vivir con la vasectomía. Fui capaz de hacer una muy pequeña intervención quirúrgica en mi cuerpo, que al final tiene un impacto muy importante para las personas que se relacionan sexualmente conmigo, para mí ha sido algo completamente invaluable”, concluye.  

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