Los jóvenes, los nuevos pacientes para la vasectomía en México
En 2019, la cantidad de vasectomías practicadas en el sector público se duplicó frente a 2016, según la Secretaría de Salud.
En 2019, la cantidad de vasectomías practicadas en el sector público se duplicó frente a 2016, según la Secretaría de Salud.
Cuando tenía 18 años, Juan Ríos ya pensaba en realizarse la vasectomía, pero los comentarios que recibía de familiares y personas cercanas lo ponían a pensar si era una buena decisión. “¿Cómo de que no quieres tener hijos? Pero si es lo más bonito”, le decía uno de sus tíos. “¿Y quién te va a cuidar cuando seas grande si no tienes un hijo?”, le cuestionaba otro conocido. “Estás muy chico para eso”, le decía gente cercana.
Cuando cumplió 21 años, y tras un largo periodo de reflexión, Juan tomó la iniciativa y acudió a una clínica privada sin avisarle a nadie. “Es mejor pedir perdón que pedir permiso”, dice entre risas el joven habitante de Nezahualcóyotl, Estado de México, quien por 6,000 pesos y en menos de 20 minutos se hizo la vasectomía en 2019.
La decisión de Juan fue más allá de su rechazo a tener hijos, pues asegura que gracias a su intervención ahora se concentra en cumplir sus metas. “Quiero hacer mi examen a la Facultad de Derecho de la UNAM, soy socio en un CrossFit y tengo mi propio negocio. Siempre me ha gustado mantenerme ocupado, entonces, prefiero usar mi dinero y mi energía en mis proyectos personales y no en un hijo”.
Juan es parte de los hombres que han enfrentado los mitos de la vasectomía, un método anticonceptivo definitivo que, en sentido opuesto a todos los rumores que se han creado, no afecta el desempeño sexual, no reduce la sensibilidad, no genera cánceres y no deja daños físicos en los pacientes. Lo que sí ofrece este tipo de intervención es una efectividad de más del 99% en la prevención de embarazos si se lleva a cabo de manera adecuada.
La vasectomía es el procedimiento con el cual se cortan los conductos deferentes del hombre, la vía por la cual transitan los espermatozoides. Se trata de una intervención que dura menos de una hora, en hospitales privados puede tener un costo de hasta 10,000 pesos y en los hospitales del sector público se realiza de manera gratuita.
La vasectomía, en comparación con otros métodos anticonceptivos destinados a mujeres, aún tiene una baja utilización, pero eso es algo que ha ido cambiando en los últimos años. El 12 de noviembre del 2020, Karla Berdichevsky, directora general del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud (Ssa), dijo que en 2019 se realizaron 32,000 vasectomías, el doble de las que se hicieron en 2016.
Por otra parte, Eloísa González González, encargada del módulo de vasectomía de los servicios de salud de la Ciudad de México, explica que el aumento en e uso de este método de planificación familiar se dio justamente en el año 2016, cuando incrementó su difusión. La especialista estima que a partir de ese momento estas intervenciones han tenido un crecimiento anual de hasta el 15% y estima que en el futuro serán muchas más.
“En el 2016 yo realizaba unas 160 o 200 vasectomías y a partir de los siguientes años estoy haciendo más de 1,000 anuales en el sector público y en el privado 700 u 800”, señala en entrevista la doctora González, quien agrega que actualmente este procedimiento es solicitado principalmente por hombres jóvenes que no tienen hijos.
La vasectomía se comenzó a realizar en nuestro país hace más de 20 años, tiempo en el que había pocos especialistas capacitados para realizarla y muy poca demanda. Esto ha cambiado con el pasar de los años. Ahora los gobiernos estatales y el federal promueven este método anticonceptivo con jornadas intensivas gratuitas y entre la comunidad médica hay eventos donde se discute del tema y sus avances.
La falta de difusión no es el único motivo por el que la vasectomía no es recurrente en México. Este procedimiento está rodeado de miedos, estereotipos y creencias erróneas. En primer lugar, dicen las expertas, a los hombres les da temor que toquen sus testículos o su pene, pero durante la intervención estas partes del cuerpo no reciben ninguna herida y el paciente incluso se puede ir caminando.
Luego, está la idea de que la vasectomía terminará con el líbido masculino y afectará las erecciones, aunque no hay evidencia científica de que eso ocurra. De igual forma está el aspecto cultural por el que los hombres consideran que perderán su “virilidad” si aceptan este método o se preocupan por qué podrían opinar los otros.
“Aunque es un procedimiento con baja tasa de complicaciones, la realidad es que en México existen muchos mitos y tabús al respecto”, comenta Martha Olivia Gómez Alvarado, médico uróloga. “Lamentablemente por esto hay mucha gente que no opta por la vasectomía y prefieren realizar lo que en contraparte es el método anticonceptivo definitivo en la mujer: la Oclusión Tubaria Bilateral (OTB)“.
‘Un acto de amor’
Daniel Ramírez tiene 29 años y desde que era un adolescente se había cuestionado si de verdad quería tener hijos. Ya había escuchado sobre la vasectomía y se había informado al respecto, pero apenas el pasado mes de abril se la realizó en una clínica privada.
Aunque en un inicio su principal motivación era no tener hijos y había planeado hacerse esta intervención hasta que cumpliera 30 años, adelantó la fecha al llegar a un acuerdo con su futura esposa. Antes de la vasectomía Daniel y su pareja utilizaban pastillas anticonceptivas, pero ella empezó a desarrollar molestias en las glándulas mamarias y ante esta situación ambos optaron por cambiarse al método definitivo.
“Bajo esa circunstancia lo hicimos lo más rápido posible, comenzamos vivir juntos en marzo y me la hice en abril”, relata Daniel, residente de Iztapalapa, Ciudad de México. “Otro beneficio para nosotros ha sido el económico porque de las puras pastillas anticonceptivas son $300 al mes si es que te salen baratas y la intervención costó $4,000”.
La organización internacional World Vasectomy Day ha calificado esta intervención como un “acto de amor” de los hombres a las mujeres, ya que ellas son quienes cargan el mayor peso de la planificación familiar con métodos anticonceptivos que sí pueden tener un impacto negativo en su salud.
Si bien en México no hay cifras actualizadas, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2018 del Instituto Nacional de Estadística Geografía (Inegi) detalla que hasta ese año el 48.5% de las mujeres optaron por el OTB como método de planificación familiar y solo el 2.7% tenía una pareja con vasectomía.
Este panorama, aunque muy lento, podría ir cambiando en los próximos años por la tendencia de hombres que están en busca de este método. La doctora Gómez Alvarado, también profesora de la Universidad Anáhuac y el Tecnológico de Monterrey, destaca que las personas jóvenes son las más interesadas.
“Nos ha llamado la atención al gremio de urólogos y urólogas que cada vez más pacientes jóvenes de entre 20 y 25 años deciden ya no tener hijos y buscan este procedimiento definitivo. Antes no era tan frecuente, antes quizá el grupo de edad mayoritario era arriba de los 30 a 35 años”, asevera la experta.
Asimismo, la doctora Eloísa González, de los servicios de salud de la Ciudad de México y capacitadora nacional de la técnica de vasectomía sin bisturí, explica que en su experiencia este método ha servido para acercar a algunas parejas.
“La mayoría de hombres viene con su pareja y a mí me gusta mucho eso porque de alguna manera ambos se hacen responsables de la planificación familiar que siempre iba más hacia nosotras”, señala la especialista. “Cuando esto se hace en pareja se sienten identificados porque ambos vienen y preguntan, además de que él está haciendo algo que ella ya sintió en el parto, en la menstruación o en el papanicolaou”.
Una decisión importante
La vasectomía es un método anticonceptivo permanente, pero las expertas consultadas señalan que sí puede ser reversible aunque no con un 100% de efectividad. El éxito de esta nueva intervención, en la que se trata de unir los conductos deferentes por donde transitan los espermatozoides y que habían sido cortados, depende del tiempo que haya pasado desde que se realizó el primer procedimiento.
“Sí es reversible, obviamente la reversibilidad del procedimiento de vasectomía ya es una situación mucho más compleja porque los conductos deferentes son milimétricos”, dice la doctora Gómez Alvarado. “Unir ese puente requiere de una habilidad quirúrgica mayor e incluso instrumentos especiales”.
Aunado a esto, la vasectomía no provoca que se dejen de producir espermatozoides en los testículos, sino que estos siguen su ciclo natural, nacen y mueren entre 70 y 90 días, y lo único que pasa es que no salen por medio de una eyaculación, sino que son absorbidos por el cuerpo humano.
Luego de realizar la vasectomía, las urólogas recomiendan a los hombres utilizar otros métodos anticonceptivos para tener relaciones sexuales porque su efecto no es inmediato. La Norma Oficial Mexicana 005 de planificación familiar indica que al menos en las siguientes 25 eyaculaciones después del procedimiento puede haber espermatozoides. Para conocer la efectividad de la intervención es necesario hacer una espermatobioscopía.
Para la realización de la vasectomía las expertas recomiendan a los interesados investigar bien el lugar donde se la realizarán en caso de ser el sector privado y añaden que en instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y la Ssa ya hay muchos urólogos y expertos capacitados para realizar esta intervención.
Sin embargo, la doctora González admite que un problema que prevalece en la comunidad médica es que algunos especialistas tienen prejuicios, sobre todo hacia los jóvenes. “Yo opero muchos ‘pacientes bateados’ que fueron al IMSS, al ISSSTE, a todos lados y no los quisieron operar, por ejemplo, jóvenes de 23 años ya con dos hijos y les dicen que son muy jóvenes”, cuestiona la experta.
A pesar de estas barreras, las especialistas animan a los mexicanos a romper con los prejuicios tanto de médicos como de la sociedad en general, así como analizar de manera consciente y responsable todo lo que implica este método anticonceptivo.