Profepa entregó a Black Jaguar White Tiger al menos 92 animales entre 2015 y 2018
Los felinos les fueron entregados por la misma dependencia que ahora les retiró decenas felinos y otras especies en condiciones críticas.
Los felinos les fueron entregados por la misma dependencia que ahora les retiró decenas felinos y otras especies en condiciones críticas.
La Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) le entregó a Black Jaguar White Tiger al menos 92 animales de 2015 a 2018.
Los datos obtenidos a través de transparencia forman parte de la investigación “El País de las Fieras”, realizada por Ana Ballesteros, Víctor Aguilar e Iñaki Malvido, egresados de la Universidad Iberoamericana, coordinados por el periodista Rafael Cabrera, y que fue publicado en La-Lista este año.
El reportaje que documenta el círculo vicioso de la comercialización de tigres, leones, panteras, jaguares y otras especies reveló que durante la gestión de Rafael Pacchiano Alamán (2015-2018) al frente de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Profepa entregó a Black Jaguar White Tiger, en promedio 22 animales al año. Desde el comienzo de la gestión de Víctor Manuel Toledo Manzur sólo les fueron entregados dos animales a la misma fundación.
La misma Profepa dio a conocer en 2018 el traslado de dos jaguares, un macho y una hembra, al predio de Black Jaguar White Tiger, ubicado en el Ajusco, debido a que la Unidad de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA) donde se encontraban los felinos ya no podía conservarlos.
En agosto de 2015, la Profepa, encabezada entonces por Guillermo Haro Bélchez, había entregado al “Gran Santuario Mexicano Jaguar Negro Tigre Blanco” 26 grandes felinos (16 tigres, nueve leones y un tigrillo), según un comunicado de esa época.
Ese mismo año, cuando entró en vigor la reforma a la Ley general de vida silvestre que prohibía a los circos tener animales silvestres en sus espectáculos, Black Jaguar White Tiger recibió también 115 ejemplares “rescatados” de los circos mexicanos, según el mismo comunicado.
La fundación contaba desde entonces con el registro ante la Semarnat SGPA/DGVS/03716/15 como Predio o Instalación de Manejo de Vida Silvestre (PIMVS), espacios destinados como “criaderos intensivos, viveros, jardines botánicos o similares que manejan vida silvestre de manera confinada con propósitos de reproducción controlada de especies o poblaciones para su aprovechamiento con fines comerciales”.
La fundación no solo recibía tigres, leones y panteras, en 2017 asumió la custodia de cuatro ejemplares de pavón cornudo.
En el operativo que realizó la Profepa esta semana, la dependencia encontró ocho grandes felinos en condiciones críticas, de los cuales cuatro leones, tres machos y una hembra fueron trasladados al Zoológico de Chapultepec el miércoles y tres leones y un tigre más fueron trasladados este viernes.
El resto de los animales permanecen en el predio de 37 hectáreas donde se encuentra Black Jaguar White Tiger, el cual se encuentra clausura. Personal de la Fiscalía General de la República se presentó este viernes al lugar, ubicado en el Ajusco, en el sur de la Ciudad de México.
La-Lista contactó a Profepa para consultar cuántos animales y de qué especies han entregado en total a Black Jaguar White Tiger, así como a la Semarnat para conocer de la última supervisión a este lugar, pero no se obtuvo respuesta al publicar esta nota.
El fundador de la organización, Eduardo Serio, difundió un mensaje en la cuenta oficial de Instagram de la fundación para decir que las denuncias sobre el hecho de que los animales se comían sus propias colas eran mentiras (usó el término bullshit), que la pandemias afectó particularmente por la falta de donaciones y que el año pasado recibió poco más de 700 mil dólares, que pueden sonar a mucho dinero, pero que para el número de animales que tiene es muy poco.
El mercado de especies salvajes
La exhibición en redes sociales de las ínfimas condiciones en las que se encontraban leones, tigres y otros ejemplares en un predio de la fundación Black Jaguar White Tiger es solo la punta del iceberg de la adquisición legal y el mercado negro de grandes felinos, así como la falta de acciones que aseguren el cuidado y buen estado de los animales asegurados por la Profepa.
Las probabilidades de que esos ejemplares acaben en otra fundación es más alta a que vayan a un zoológico, donde fueron recibidos solo el 1% de los 869 grandes felinos asegurados en México de 2001 a 2021, según la respuesta a una solicitud de información (Folio 300321), incluida en el reportaje “El País de las Fieras“. El destino del resto de tigres, leones, jaguares, leopardos y pumas no se conoce su ubicación, indica la primera entrega del reportaje.
En marzo pasado fue visto un tigre asomándose por la ventana del segundo piso de una casa en el municipio de Chimalhuacán, en el Estado de México. La Profepa acudió a asegurarlo, pero no informó si el ejemplar contaba o no con chip, el instrumento en el que se registran los datos de la adquisición legal de un ejemplar registrado ante la Dirección General de Vida Silvestre de la Semarnat.
Ese mismo mes, un tigre blanco estaba libre en el municipio de Huimilpan, en Querétaro, donde causó alarma entre los habitantes porque supuestamente se había comido a algunos animales de granja, pero el ejemplar de 10 años y 250 kilos murió a tiros por policías municipales. Ese animal sí contaba con un chip, lo que indica que fue adquirido legalmente y los datos de la persona a cargo de su cuidado estaban en bases de datos de la Semarnat.
Un tigre macho de solo dos meses de nacido que estaba a punto de ser trasladado en una caja de madera para su envío desde el aeropuerto de Mérida, en el estado de Yucatán, fue asegurado por personal de la Guardia Nacional y la Profepa el 7 de enero.
Y apenas hace unas semanas, un cachorro de tigre de bengala fue visto en una obra de construcción en el municipio de Tizayuca, Hidalgo, y fue rescatado por la Profepa para llevarlo a una Unidad de Manejo Ambiental.
El marco legal en México incluye la regulación para poseer especies como leones, tigres y otras especies amenazadas en México con el fin de evitar el mercado negro y es posible adquirir uno de ellos por un pago aproximado de 65 mil pesos a través de comercializadores registrados, documenta el reportaje citado.
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