‘Me gustaría trabajar con Pixar’: la primera animadora mujer en Afganistán
Sara Barackzay ha ganado premios por su trabajo en temas como la paz, la guerra y los derechos de la mujer. Fotografía: Cortesía de Sara Barackzay

Una mujer en un vestido tradicional dobla los barrotes de una prisión. Una niña pequeña baila sin importarle que atrás pasan tanques de guerra y hay explosiones. Los dibujos de la primera mujer artista de animación, Sara Barackzay, reflejan la dificultades que ha pasado a lo largo de su joven vida.

Barackzay, perdió el oído cuando niña, dejó Afganistán para estudiar en Turquía, pero regresó con la esperanza de empezar una escuela especializada en el arte de la animación.

Ahora trabaja en una serie animada y además ilustra libros para niños, diseña ropa, da clases de arte y ha ganado varios premios.

Sus tópicos incluyen la paz, la guerra, los derechos de la mujer y los animales de su infancia ya que creció con los animales de la familia: gatos, conejos, pollos y hasta ranas, dice.

“Las mujeres afganas se esfuerzan tanto, tal vez más que otras, para lograr sus objetivos. Este es uno de los mensajes que quiero comunicar con mi arte”, agrega. “Siempre tuve grandes sueños, pero luchar por ellos nunca fue fácil. Las mujeres afganas tienen muchas limitaciones, y obtener mi libertad ha sido mi mayor reto y es una lucha que continúa. Sigo buscando mi camino.

Mi otro objetivo es cambiar la percepción que se tiene de Afganistán. Mi país está lleno de gente amable, comida deliciosa y tiene una cultura ancestral, y eso es lo que quiero mostrarle al mundo”.

Creció en y alrededor de Herat en el noroeste del país que es una ciudad antigua con una Mezquita Azul histórica y una vieja ciudadela. Barackzay empezó a dibujar a la edad de cuatro años. Sus padres se habían mudado temporalmente a un pueblo en las afueras de la ciudad cuando Sara nació para escapar del gobierno talibán, y regresaron a su pequeña casa de ladrillos después de la invasión de EU en 2001.

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Cuando era niña, la guerra estaba en todas partes”, dijo Barackzay. “Mi padre me ayudó a aprender a hablar porque yo no podía escuchar, pero fue difícil”.

La vida cambió cuando le dieron un auxiliar auditivo a la edad de ocho años y pudo ir a la escuela con sus hermanas.

“Se abrió mi mundo”, dice Barackzay. Terminó la escuela a los 15 años y presentó los exámenes para entrar a la universidad y solicitó una beca para estudiar animación en Turquía y convenció a su familia para que la dejaran ir allá cuando recibió una beca completa.

“Los pitufos”, dice, “es como aprendí turco de niña. También veía los programas en alemán, árabe e inglés, y ahora hablo todos esos idiomas”.

Ahora le enseña su arte a otras jóvenes afganas. “Incluso recibo amenazas por lo que hago, pero regresé a Afganistán a enseñar animación a otras niñas y a abrir una universidad aquí”, dice.

La creciente inseguridad y la ausencia de un buen sistema de salud han afectado su vida, dice.

Los enfrentamientos han aumentado en Afganistán. El año pasado murieron más de 3 mil civiles, según la ONU. La violencia creció muchísimo y más de 200 personas han muerto desde septiembre en ataques relámpago. EU está considerando retirar sus tropas en mayo por lo que existe el temor de que los enfrentamientos escalen.

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Sueño con hacer que el futuro sea mejor para algunas niñas en Afganistán, y unirme a Disney o a Pixar como  animadora algún día”, dice Barackzay. “Pero mi sueño número uno es para mi país: paz duradera”.

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