Granjeros españoles derriban olivos de un siglo para tratar de reducir costos
Olivos en Andalucía, España. Fotografía: Perry van Munster / Alamy Stock Photo

Se están derribando  árboles de un siglo de antigüedad para usarlos como leña o como adornos para jardín ya que algunos productores de aceite de oliva en España están recurriendo a árboles más jóvenes y más productivos para reducir los costos.

Durante los últimos años este sector ha sufrido en España. La caída mundial de los precios del aceite de oliva se vio complicada con la tarifa del 25% de EU al aceite de oliva español. Los precios cayeron a niveles que hicieron sufrir terriblemente a muchos para poder salir tablas. La industria se está recuperando lentamente aunque los precios se mantienen muy por debajo de los niveles de 2018.

La volatilidad ha provocado que algunos desentierren los árboles que durante generaciones dieron vida a la producción de aceite de oliva. “Es una pena por estos árboles que tienen cien años”, dijo Juan Antonio Galindo, dueño de una granja de 40 hectáreas cerca de Sevilla a la radiodifusora RTVE. “Pero tenemos que cortarlos para hacer un cambio hacia los cultivos intensivos… la diferencia es enorme”.

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Calcula que la medida cortará sus costos de producción en más de 70%. Muchos árboles terminaron vendiéndose como adornos de jardín pero él no cree que alguien quiera comprar sus árboles. Muy probablemente terminarán usándose como leña, dijo. “Es un duro golpe ver cómo se van tus árboles, pero la cartera es importante”.

Rafael Pico, presidente de la asociación española de exportadores de aceite de oliva, dijo que el 70% de los productores del aceite de oliva de España tienen escalas de producción muy pequeñas que utilizan, con frecuencia, métodos tradicionales de cultivo.

“Es inevitable, pienso, que se de una reestructuración de estos olivares hacia un cultivo intensivo o súper intensivo”, dijo, apuntando hacia el crecimiento de cultivos intensivos en Australia y EU. “Si no lo hacen se pueden quedar fuera del mercado”.

La competencia mundial probablemente se intensificará cuando la UE y EU lleguen a un acuerdo para suspender las tarifas del aceite de oliva, y otras tarifas retaliatorias que se establecieron durante la presidencia de Donald Trump.

Aunque algunos productores de aceitunas están cambiando hacia la producción intensiva, no son la norma, dice Cristóbal Cano de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, que representa a cerca de 80 mil pequeños granjeros en el país. “No es la mayoría la que está derribando sus árboles para cultivar intensivamente”.

Algunos prefieren quedarse con la singularidad de los árboles de aceitunas más viejos de España. Desde la municipalidad valenciana de Traiguera hasta la ciudad de Casabermeja en el sur de españa, los granjeros están produciendo aceites de oliva infusionados con la historia de estos árboles.

Las protecciones legales han contribuido a proteger estos esfuerzos. Los legisladores de Cataluña votaron el año pasado para fortalecer la protección de los árboles de oliva más viejos, lo que recuerda una situación parecida en Valencia en 2006.

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“El cambio de cultivos tradicionales a superintensivos no siempre es la forma de obtener ganancias”, dijo Cano, argumentando que los factores sociales y ambientales también tienen que considerarse.

“Esta sostenibilidad triple es lo que necesitan lograr”, dijo. “Creo que los cultivadores de olivos están cada vez más conscientes de que nuestro futuro está en la diferencia de nuestros aceites y en informar a los consumidores del impacto social y ambiental que está detrás de cada litro de aceite de oliva”.

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