Acusan al partido gobernante de Japón de violar la carta olímpica de los derechos LGBT
Fotografía: Eugene Hoshiko / AP

El partido gobernante de Japón fue acusado de violar la carta olímpica después de que no aprobó un proyecto de ley para proteger los derechos de la comunidad LGBT, durante una ronda de pláticas que se vio empañada por los arrebatos homofóbicos de parlamentarios conservadores.

Las reuniones a puerta cerrada que se celebraron este mes para discutir una iniciativa, propuesta por la oposición, que establece que la discriminación contra las personas LGBT “no debe ser tolerada”, terminaron sin un acuerdo después de que algunos legisladores del Partido Liberal Democrático (PLD) dijeron que los derechos de las minorías sexuales habían “ido demasiado lejos”.

De acuerdo con informes de medios japoneses, se pospuso una decisión sobre una propuesta rival del PLD que pide al gobierno que “promueva el entendimiento” de las personas LGBT.

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El fracaso en respaldar una ley propuesta para proteger los derechos LGBT recibió condenas de grupos de derechos humanos, los cuales dijeron que el partido merece una “medalla de oro por homofobia”, dos meses antes de que Tokio sea la sede de los ​​Juegos Olímpicos de 2020.

Un legislador no identificado describió a las personas LGBT como “moralmente inaceptables”, mientras que otro legislador, Kazuo Yana, dijo que las minorías sexuales “se resisten a la preservación de la especie que ocurre naturalmente en términos biológicos”, según se informó en los medios.

Eriko Yamatani, una exministra del gabinete, dijo a los periodistas, después de una discusión, que los derechos de las personas transgénero en otros países habían permitido a las personas nacidas como hombres “ganar muchas medallas” compitiendo contra las mujeres y usar los baños de mujeres.

“Dado estos absurdos, deberíamos tener un poco más de cuidado. Si esto se convirtiera en un movimiento social o político, ¿no habría consecuencias?”, declaró al periódico Mainichi Yamatani, quien se opone al aborto y la educación sexual en las escuelas.

Human Rights Watch acusó al PLD de entregarse a una “retórica horrible” y señaló que la carta olímpica prohíbe la “discriminación de cualquier tipo”.

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“No es algo nuevo que los funcionarios japoneses insulten a las personas LGBT, pero es algo que está cada vez más fuera de contacto con la opinión pública japonesa y de cómo se ve al gobierno en el escenario mundial”, dijo HRW, que pidió a los legisladores que aprueben la ley de igualdad antes de la inauguración de los Juegos de Tokio el 23 de julio.

Laurel Hubbard, una levantadora de pesas de Nueva Zelanda, está lista para hacer historia este verano cuando se convierta en la primera atleta transgénero en competir en unos Juegos Olímpicos.

Los legisladores provocaron críticas en las redes sociales y surgió una petición en línea exigiendo que retiren sus comentarios.

Un alto funcionario del PLD describió los comentarios de Yana y Yamatani como “tontos”, mientras que otro que apoya la ley contra la discriminación propuesta le dijo al Mainichi que “no pudo soportar” algunas partes de la discusión”.

Pride House Tokyo y el grupo de campaña Athlete Ally con sede en Estados Unidos comentaron en un comunicado: “Estos comentarios, si son ciertos, violan el espíritu de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, que Tokio espera albergar“.

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El director de Pride House Tokyo, Gon Matsunaka, dijo: “¿Cómo pueden los atletas sentirse realmente seguros participando en un país donde un miembro del partido gobernante hace comentarios tan discriminatorios?“.

Japón es la única nación del G7 que no reconoce por completo las parejas del mismo sexo, pero un reciente fallo judicial generó esperanzas de un cambio en la ley después de declarar que no permitir que las parejas homosexuales se casen es inconstitucional”.

Los legisladores conservadores del PLD tienen un historial de insultos a la comunidad LGBT de Japón. En 2018, Mio Sugita, una legisladora de la cámara baja, consideró que las personas LGBT son “improductivas” porque no pueden tener hijos y desafió el uso del dinero de los contribuyentes para apoyar los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Las parejas del mismo sexo “no tienen hijos”, escribió en un artículo de una revista. “En otras palabras, carecen de productividad y, por lo tanto, no contribuyen a la prosperidad de la nación”.

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